La Antártica chilena se derrite: zona vive el año más caluroso en tres décadas
Estudio realizado por la U. de Santiago en el extremo norte de la península antártica, registró temperaturas máximas promedio que no se veían desde 1989.
No solo Chile continental sufre por el cambio climático. El territorio que el país administra en la Antártica también sufre. Según un análisis realizado por @AntarcticaCL, centro perteneciente a la Universidad de Santiago, el continente blanco registra su año más caluroso en 31 años, con temperaturas por sobre lo normal.
Según la investigación, liderada por el climatólogo Raúl Cordero y sobre la base de datos obtenidos en la Base Escudero de Instituto Antártico Chileno (Inach), en la isla Rey Jorge (zona norte del continente), el período enero-agosto de 2020 es el tercero más cálido, solo superado por 1982 y 1989, con temperaturas máximas en promedio de más de un grado durante el invierno, respecto a valores considerados normales.
Según Cordero, estos cambios tienen un claro responsable: el calentamiento global. "La península antártica es una de las zonas del mundo que más se calentó durante la segunda mitad del siglo pasado. Hubo una pausa en el calentamiento en esa zona durante las últimas dos décadas, pero quizás los últimos años, y en particular este 2020, podrían indicar que esa pausa en el calentamiento terminó”, explica Cordero.
Cordero señala que las temperaturas en toda la península antártica han estado durante este año más de 2°C sobre los valores típicos. “En el extremo norte de la península antártica, la temperatura máxima promedio ha sido en lo que va corrido del año, superior a los cero grados. Esto no había sucedido desde hace 31 años”.
Durante el invierno meteorológico 2020, es decir junio, julio y agosto, la península antártica también mostró temperaturas muy superiores a los valores típicos con más de 3°C por sobre lo normal, destaca la investigación. Las anomalías cálidas fueron particularmente agudas, influenciadas por altas temperaturas en junio y julio, con promedio por sobre los 5°C. En agosto disminuyó.
Además, el pasado 9 de abril, se registró la temperatura más alta (4,3°C) para el mes de abril desde 2004, mientras que el 7 de junio, fue la más alta para ese mes desde 2010, con 2,2°C. “Este invierno cálido evitó que durante 2020 se congelen las aguas de la Bahía Fildes, situación que habitualmente ocurre a fines de junio y principios de julio en la Isla Rey Jorge”, indica Cordero.
En dicha isla, en lo que va del año, se han registrado 34 días con temperaturas máximas consideradas muy altas. Esta marca, significa que es el sexto más alto registrado desde 1970, y la mayor marca desde 2006. Estos 34 días, son muy superiores a lo que habitualmente se registra entre enero y agosto en la zona en la última década.
Adicionalmente, 2020 anota cuatro olas de calor, dos en verano, una en otoño y una en invierno.
Calor y abundantes precipitaciones
A las altas temperaturas, en buena parte de la Antártica chilena abundaron las precipitaciones de nieve.
Luego de registros bajo lo normal durante el verano y otoño, el invierno meteorológico estuvo marcado por un holgado superávit de precipitaciones en prácticamente toda la península. Esto extiende los inviernos con intensas precipitaciones de los últimos años. Debido a la influencia del invierno y primavera, las precipitaciones anuales son superiores a las de hace un par de décadas.
Cordero señala que “contrariamente a lo que uno podría pensar, las precipitaciones en la península antártica están aumentando desde hace varios años. Este aumento anómalo también se debe al calentamiento global. En general, las alzas en la temperatura superficial del mar favorecen mayores precipitaciones (nieve)".
Las precipitaciones acumuladas en la Isla Rey Jorge hasta inicios de septiembre, fueron superiores a los 400 mm, registro similar al mismo período durante los últimos diez años. Esto significa un superávit del 30%, tras un aumento de 100 mm promedio desde 2010.
Lo ocurrido durante el invierno de 2020, con 271 mm entre junio y agosto, posicionan al presente año entre los cinco más lluviosos desde 1970. “De los diez inviernos con mayores precipitaciones, siete han ocurrido en los últimos diez años”, explica Cordero.
Durante el último invierno, se registraron 24 días con precipitaciones, que puede considerarse muy intensas, es decir, superiores a 6 mm. Esto quiere decir, que 2020 se posiciona entre los cinco años con más días con precipitaciones durante el invierno desde 1970.
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