La carrera por la vacuna contra el coronavirus
Apenas comenzó esta alerta mundial por el contagio masivo de coronavirus, científicos de todo el mundo han puesto sus esfuerzos en buscar una cura. El tiempo y los costos juegan en contra.
Solo en los últimos siete días, 30 países sumaron casos de coronavirus. La enfermedad, bautizada Covid-19 se esparce sin control alrededor del planeta. El último reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) contabiliza 87.137 casos confirmados. De esa cifra, el 91,7% se encuentran en China, principalmente en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei. Por eso China encabeza los esfuerzos para entender y combatir este nuevo virus. Hace una semana se conoció un avance logrado por una investigación de una universidad de Estados Unidos, sin embargo, ¿cuáles han sido los avances que ha generado China, hasta ahora el país más perjudicado por esta enfermedad?
En Asia, cada día aparecen al menos 600 casos nuevos de contagiados por el virus. Investigadores de China han trabajado para poder entender la naturaleza del microrganismo que provoca la enfermedad. El último hallazgo que hizo saber este país fue lo realizado en la Universidad de Tianjin, donde aseguran haber sintetizado una vacuna que se administraría de forma oral (en pastilla o aerosol).
El Diario del Pueblo publicó esta noticia, la cual fue replicada en distintos medios de comunicación del mundo. Allí se detalla que la investigación liderada por el académico de la Facultad de Ciencias de la Vida, Huang Jinhai, desarrolló una preparación de control “que utiliza levadura de cerveza (Saccharomyces cerevisiae) como portador, además de llevar una nueva Proteína S – o proteína espiga - de coronavirus con el fin de generar anticuerpos”.
“Un aspecto requerido para demostrar la seguridad y eficacia de una vacuna corresponde a estudios clínicos”, argumenta Alexis Kalergis, doctor en Microbiología e Inmunología y director del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia (IMII). El desarrollo de esta vacuna en China ha generado suspicacias. “Aparentemente, la vacuna que está desarrollando el grupo de Tianjin no ha sido evaluada en ensayos clínicos. Se debe descartar que la vacuna induzca un fenómeno conocido como exacerbación de enfermedad, el cual podría resultar si se induce una respuesta inflamatoria nociva en el individuo”, agrega Kalergis.
Además, “el problema es que las vacunas de administración oral nunca van a tener la misma efectividad que una que sea administrada por vía sistémica”, agrega Rosana Benítez, infectóloga de la Clínica Dávila. La especialista detalla que las vacunas que son administradas por la boca no alcanzan un 70% de eficacia, comparada con las que son inyectadas.
Por ello, los científicos chinos de otras universidades trabajan en prototipos inyectables.
“Algunos proyectos han entrado en la etapa de pruebas en animales”, dijo Zeng Yixin, subdirector de la Comisión Nacional de Salud a la agencia estatal de noticias Xinhua. Las autoridades presumen que entre abril y mayo próximo se comenzarán a realizar ensayos clínicos para validar las opciones de vacunas que han podido desarrollar hasta ahora. Ante esto, el profesor Huang dijo al Diario del Pueblo que su equipo “está realizando evaluaciones activas de toxicología animal, eficacia inmune y producción piloto”.
Hallazgo en Texas
La revista Science dio a conocer un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Texas que podría ser un avance sustancial para la fabricación de una vacuna en el futuro. “Nuestra publicación describe la estructura atómica de la proteína S, o “espiga”, que este nuevo coronavirus usa para unirse y entrar en las células huésped, de modo que pueda comenzar el proceso de replicación e infección”, detalla a Qué Pasa Daniel Wrapp, uno de los científicos que estuvo a cargo de dicha investigación. En el estudio, el equipo liderado por Jason McLellan logró realizar un mapa en tres dimensiones de dicha proteína.
Luego de su publicación, Wrapp asegura que "varios investigadores en China se comunicaron con nosotros para solicitarnos detalles sobre nuestra estructura, o los reactivos que se utilizaron durante nuestros estudios experimentales”. Debido a la importancia de este brote, el equipo de Texas tiene la impresión de que Covid-19 se ha convertido en un área de investigación extremadamente activa, particularmente en China.
La infectóloga de la Clínica Santa María, Pilar Gambra, asegura que “desde un punto de vista estructural no parece imposible hacer una vacuna para el coronavirus, ya que es un virus bastante estable, con solo seis cepas conocidas y con poca capacidad de mutar”. Esto difiere bastante de otros virus como el VIH, que posee múltiples cepas que pueden ir cambiando a lo largo del tiempo. El problema, según lo que explica la doctora Gambra, tiene que ver con el tiempo y el costo que implica diseñar una vacuna y administrarla a nivel mundial.
El estudio realizado en Texas es un paso importante para encontrar una vacuna, pero no el definitivo. “Al parecer todo apunta a que esta proteína es la clave, pero hay muchos pasos que realizar a posterior. Eso también me hace dudar un poco del anuncio de China”, afirma la doctora Benítez. Para que una vacuna pueda salir a la población debe pasar por varias fases de ensayos clínicos, que implica testear la vacuna en animales, pacientes sanos y pacientes enfermos. Todo esto podría tardar al menos un año.
“Existe la posibilidad de aislar los anticuerpos específicos, y que de esa manera se administre este suero a personas que están gravemente enfermas” agrega Pilar Gambra. Para quienes estén en estado grave de esta enfermedad sería posible administrar antisueros, que consiste en administrar una parte inocua del coronavirus en el organismo, con el fin de que éste genere anticuerpos.
Los siguientes pasos
Para tratar de encontrar una cura efectiva contra el Covid-19, probablemente los científicos se centrarán en el descubrimiento y el aislamiento de anticuerpos terapéuticos o moléculas pequeñas que sean capaces de neutralizar el virus. Los investigadores de Texas continuarán con su hallazgo, y buscarán saber si la proteína S que pudieron mapear sirve como una vacuna eficaz.
En China, las autoridades de ese país declararon que seguirán incentivando la investigación y el desarrollo de vacunas que puedan frenar el nivel de contagio de coronavirus en su población. Incluso en Chile, en el Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia se encuentran desarrollando una vacuna candidata a combatir el COVID-19. “Estamos ya trabajando en una propuesta, a fin de estar mejor preparados en caso de que el virus llegue”, dice Kalergis.
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