Para fines de la década de los 70, ya existía bastante certeza del calentamiento de la Tierra. Por ello, en 1979 se organizó la primera la Primera Conferencia Mundial sobre el Clima en Ginebra (Suiza). En esta ocasión, el Programa Mundial de Investigaciones Climáticas se lanzó, bajo la responsabilidad de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Consejo Internacional de Uniones Científicas (CIUC).
De estas organizaciones nacería en 1988, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) fue establecido por la OMM y el PNUMA para llevar a cabo, a intervalos regulares, una evaluación del estado del conocimiento sobre el cambio climático.
Es esta organización administrativa la que da origen a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, establecido en la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro (Brasil) en 1992.
De esta convención, a su vez, nace la Conferencia de las Partes (COP), como la que se realizará en Santiago en diciembre.
"Ser sede de la COP25 representa un desafío enorme para el país, transformándose en el evento internacional más grande que ha organizado Chile desde el Mundial de Fútbol de 1962, pero es una oportunidad inmejorable para avanzar decididamente en el desarrollo sustentable. La acción climática para mitigar y adaptarnos al cambio climático es clave para conseguir el desarrollo integral que queremos", dice la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt.