Aunque fue decretada hace más de cuatro décadas como danza nacional, solo en las últimas actualizaciones curriculares los profesores de Educación Física son los responsables de enseñar la cueca metodológicamente. Más aún, directores y coordinadores de educación extraescolar aprovechan la ocasión para generar nuevas instancias de participación de la comunidad escolar como lo son muestras de cueca escolar o galas folklóricas entre otras.
Sin embargo, la cueca traspasa la educación formal y evidentemente un decreto presidencial. Los maestros de la cultura tradicional y los folklorólogos que son los estudiosos de estas materias afirman que para definir si una manifestación es tradicional o no requiere de una serie de características. La cueca tiene cada una de ellas: vigencia, carácter, música, vestuario y formas. Vigencia porque está viva, porque la vemos bailar desde el más sencillo escenario hasta el más exclusivo salón, la mantienen viva adultos, jóvenes y niños y aunque no todos pudiesen bailar de la mejor forma, para muchos es un sentimiento comparado con el mejor de los ritmos y bailes de moda.
El carácter viene de la mano del momento que ella adorna como fiestas familiares, casamientos, fiestas patrias. Por ser una danza de pareja, ésta también está presente en el izamiento del pabellón patrio, acompañando un féretro en un funeral, con un huaso corralero y su corcel. La música es poesía y con letras cada vez más románticas. Su vestuario también es del más amplio espectro, dependerá del tipo de cueca y momento en que se baile.
Los estereotipos del folklore como los ballets y todas las manifestaciones que tienen por objetivo mostrar un fenómeno adornado con luces, maquillaje, vestidos, figuras de piso, etc. se alejan de la visión tradicional de la misma y aun cuando es relevante y necesaria que exista con la mayor de las calidades posibles, también es necesario estudiar y entender la cultura tradicional.
Los juegos tradicionales también han sido fuente de inspiración para la celebración de Fiestas Patrias en colegios y, si bien existen los tradicionales como el palo encebado, encumbrar volantines y jugar con el trompo, hay otros que también fueron tradicionales y que van en retirada como polcas o bolitas, el salto en pantys viejas, el caballito de bronce y tantos más.
Por último, vale la pena preguntarse, ¿cuáles son los juegos tradicionales de hoy?, ya que el folklor no es historia. La cultura tradicional no solo nos identifica, se vive, y convive con nosotros.
*Yonathan Fuentealba Henríquez, Docente de la Carrera de Educación Física Unab, Concepción.