Fue en su apogeo, el cuarto lago más grande del mundo. Pero hoy, el Mar de Aral, en Asia Central, solo conserva el 10% de su volumen de agua, está muy cerca de desaparecer, y se ha vuelto en un símbolo de la crudeza del actuar humano. Ha perdido una superficie hídrica tan grande como Irlanda.

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A la izquierda, el Mar de Aral en el año 1989, y a la derecha, en 2014.[/caption]

Ubicado entre Uzbekistán y Kazajistán, en su plenitud tuvo una superficie de 68.000 kilómetros. Era tan grande que llegó a suministrar la sexta parte de todo el pescado que se consumía en la ex Unión Soviética (URSS).

Y fueron precisamente ingenieros de la ex URSS quienes comenzaron a generar su colapso, desviando los ríos que lo alimentaban para nutrir las secas estepas de la zona, para plantaciones agrícolas como el arroz. Aunque tuvo su apogeo en la década de los 60, el plan original data de la época de Stalin, quien desvió el cauce de dos ríos que alimentan el lago: el Amu Daria y el Sir Daria.

Y aunque esta es la principal razón del colapso, el cambio climático, que ha hecho más secos los inviernos de la zona, también está colaborando en el desastre ambiental. El Aral pasó de tener 68.000 kilómetros cuadrados a solo 7.000.

Imágenes satelitales tomadas por la Nasa en agosto de 2014 revelaron que, por primera vez en la historia moderna, la cuenca oriental del Mar de Aral se había secado por completo. De hecho, ahora esa zona se conoce como el desierto de Aralkum .

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Imagen que muestra la progresión de la desaparición del lago.[/caption]

Ciudades abandonadas

El colapso del mar de Aral, no solo es un desastre medioambiental, también ha generado un gran problema social. Muchas de las prósperas ciudades costeras fueron también, literalmente secándose, producto del fin de la industria pesquera de la que dependían. Muchas personas emigraron, y las pocas que permanecieron en la zona, han debido enfrentar inesperados problemas de salud, producto del polvo que se genera en el suelo, además de que mucha del agua que aún queda, está altamente contaminada.

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Uno de los puertos abandonados en la ribera del lago.[/caption]

Pese al desastre, hay gente que aún cree que el mar de Aral se puede recuperar. Hace diez años  que hay organizaciones locales, tratando de recuperar parte de su esplendoroso y húmedo pasado.

En los últimos años hubo una leve recuperación del caudal del agua en la parte norte del lago. Kazajistán construyó una represa en la parte sur, la que sin embargo impide que el agua circule hacia Uzbekistán y pueda seguir recuperando el sector norte.