A fines de agosto de 2014, Carolina Cubillos y Pablo Aguilar, biotecnólogos de la U. de Antofagasta y estudiantes de doctorado, se propusieron averiguar si existía algún tipo de forma de vida habitando en las salmueras de litio, en el Salar de Atacama. La bibliografía mundial existente entonces decía que no. Ni siquiera había un link directo entre litio y microbiología.
Fue mucho tiempo de investigación -reconoce Cubillos-, horas de lectura, de revisión en internet, largas horas de viaje y días acampando en los salares para recoger muestras y varias horas más de análisis en el laboratorio, pero lo que descubrieron fue sorprendente: aun en la más alta salinidad de las salmueras concentradas de litio viven bacterias y arqueas, microorganismos extremófilos de los que por primera vez se tenía noticia en un hábitat que es 14 veces más salado que el agua del mar y tiene la más alta salinidad nunca antes registrada.
"La salinidad produce estrés en los microbios, por eso se pensaba que en las salmueras de litio y de sal no había vida. Nosotros analizamos las salmueras naturales de litio del Salar de Atacama y las salmueras concentradas que salen de los pozos de evaporación, y encontramos que, dependiendo de la concentración de sales de litio que hay en las pozas, hay poblaciones de bacterias y arqueas viviendo en ellas", dice Cubillos.
Además, determinaron que las salmueras de litio concentrado tienen la más alta salinidad detectada en ambiente natural hasta ahora: 556 gramos por litro de sales (dominadas por cloruro de litio).
"Las bacterias están dominando ambientes con altas concentraciones de litio y alta salinidad, superando situaciones de estrés. Pensábamos que en un ambiente tan estresante podríamos encontrar arqueas, pero la mayor población era de bacterias", agrega Cubillos.
Según Cristina Dorador, académica de la U. de Antofagasta y directora del Laboratorio de Complejidad Microbiana y Ecología Funcional de esta universidad, gracias a la tecnología de secuenciación de ADN se ha logrado estudiar nuevos ambientes, encontrando que hay cientos de millones de bacterias viviendo en los salares. "Esta investigación, de un valor científico importante, es un ambiente nuevo, donde no sabíamos que había vida. Por ahora, tampoco sabemos si el litio tiene un rol biológico. Se utiliza como tratamiento en algunas enfermedades psiquiátricas, pero tampoco está tan claro cómo funciona".
A juicio de Dorador, "encontrar esas bacterias nos abre una ventana para estudiar el posible rol biológico del litio. Además, hay un potencial biotecnológico por estudiar en las bacterias mismas, porque al vivir en condiciones extremas deben tener adaptaciones especiales que se deben investigar, y es probable que sean capaces de producir nuevos compuestos que incluso podrían ayudar a obtener nuevos antibióticos o antitumores, por ejemplo, tal como se ha descubierto en otras plantas y organismos que viven en condiciones extremas, como en la Antártica", dice la investigadora.
Es hora -agrega- de hacer más investigación y de averiguar este nuevo ecosistema. "El modelo económico que tenemos trata de buscar recursos a corto plazo, la extracción de recursos naturales, sacar litio, sacar cobre, madera, peces. Pero podemos hacer las cosas de manera muy diferente sin dañar el medio ambiente".
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