El lago Urmia, en el noroeste de Irán, alguna vez fue el lago más grande de Medio Oriente y uno de los lagos hipersalinos más grandes de la Tierra, cuyos ríos forman deltas permitiendo verdes campos agrícolas; los suelos blandos y el suministro de agua cercano sustentan la agricultura en una región que de otro modo sería seca. Por lo mismo, el lago y sus humedales han sido declarados Reserva de la Biosfera por la Unesco.
Pero este inmenso lago hoy se ha convertido en su mayor parte en un salar seco. Si bien experimentó un resurgimiento en 2020 debido a inusuales precipitaciones, la tendencia histórica muestra que se ha estado secando desde 1995, perdiendo casi el 90 % de su superficie.
La dramática desaparición del lago más grande de Medio Oriente: hoy solo es un gran salar
El 7 de septiembre de 2023, el instrumento Operational Land Imager-2 (OLI-2) del sátelite de la Nasa Landsat 9 capturó esta imagen del lecho del lago desecado.
Contrasta con la imagen de tres años antes (abajo), adquirida por el instrumento Operational Land Imager (OLI) del también satélite de la Nasa, Landsat 8, el 8 de septiembre de 2020, cuando el agua llenaba la mayor parte de la cuenca y los depósitos de sal solo eran visibles alrededor del perímetro del lago.
La reposición se produjo tras un período de precipitaciones superiores a la media que envió una oleada de agua dulce a la cuenca, ampliando su huella hídrica. Desde entonces, las condiciones más secas han hecho que los niveles vuelvan a bajar.
Causas de la desaparición del lago más grande de Medio Oriente
“La tendencia a largo plazo de Urmia ha sido hacia el secado. En 1995, el lago Urmia alcanzó su nivel máximo; luego, en las dos décadas siguientes, el nivel del lago bajó más de 7 metros y perdió aproximadamente el 90 por ciento de su superficie”, dijo la Nasa en un comunicado.
“Las sequías consecutivas, el uso agrícola del agua y la construcción de represas en los ríos que alimentan el lago han contribuido a la disminución”, señaló la agencia espacial.
El deterioro del estado del lago afecta el sustento de las comunidades circundantes, particularmente aquellas que dependen de la agricultura y la pesca. También ha contribuido a problemas de salud, ya que la exposición a la sal y las partículas de polvo del lecho seco del lago puede provocar problemas respiratorios.
Implicaciones ecológicas y de salud
La reducción del lago Urmia tiene implicaciones para la salud ecológica y humana. El lago, sus islas y los humedales circundantes constituyen un hábitat valioso y están reconocidos como Reserva de la Biosfera por la UNESCO, sitio Ramsar y parque nacional.
El área proporciona zonas de reproducción para aves acuáticas como flamencos, pelícanos blancos y malvasía cabeciblanca, así como una escala para especies migratorias . Sin embargo, con los niveles bajos del lago, el agua que queda se vuelve más salina y grava las poblaciones de artemia y otras fuentes de alimento para animales más grandes.
Un lago que se encoge también aumenta la probabilidad de que el polvo del lecho expuesto sea arrastrado por los vientos y degradando la calidad del aire. Estudios recientes han relacionado los bajos niveles de agua en el lago Urmia con impactos en la salud respiratoria de la población local.