Thor Heyerdahl estaba convencido que las culturas polinésicas tuvieron contacto con sus pares sudamericanos antes de la llegada de los españoles a América. Para la década de los 40, su idea era descabellada. La inmensidad del océano Pacífico la transformaba en una tesis muy improbable. Pero el convencimiento del noruego era tal, que en 1946 comenzó la construcción de una balsa siguiendo la tradición inca, para así probar su teoría.
Su proyecto, bautizado Kon-Tiki, en alusión al primer nombre conocido del dios inca Viracocha, zarpó en 1947 navegando por el Pacífico, una balsa construida con troncos, plantas y materiales naturales de Sudamérica. Navegó 8.000 kilómetros desde Perú hasta el archipiélago Tuamotu.
La expedición demostró que no había razones técnicas para impedir que los habitantes de América del Sur se hubieran establecido en las islas de la Polinesia. Pero su tesis nunca convenció a antropólogos y arqueólogos. La mayoría sostiene que la colonización de la Polinesia ocurrió desde el oeste hacia el este, y sin llegar a Sudamérica.
Pero este miércoles, un estudio, a casi 20 años de su muerte, revalidó su hipótesis.
La investigación, dirigida por científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford (Estados Unidos) en el que también colaboraron investigadores del Instituto de Ciencias Biomédicas de la U. de Chile, estudió el ADN de 807 personas procedentes de 14 islas polinesias y poblaciones nativas americanas costeras del Pacífico, desde México hasta Chile,y puso fin al misterio: los polinésicos se mezclaron con nativos sudamericanos hace 32 generaciones atrás. Si se considera una generación cada 25 años, esto es 800 años atrás, mucho antes de lo que se creía.
La investigación alegró a su hijo, el oceanógrafo y biólogo marino Thor Heyerdahl jr, quien en 2019 estuvo en Chile devolviendo algunas cosas que su padre había sacado de Isla de Pascua para su estudio y que se había comprometido a devolver. “Estoy convencido de que las teorías de mi padre revitalizarán y estimularán más investigaciones de la prehistoria de la Polinesia y especialmente en la Isla de Pascua”, dice a Qué Pasa desde Noruega.
-¿Qué le pareció el reciente estudio publicado en Nature, que con una muestra de ADN demostró la conexión entre Polinesia y América del Sur, antes de la llegada de los españoles?
No soy antropólogo, sino oceanógrafo y biólogo marino. Con ese trasfondo, estoy convencido, sin lugar a dudas, de que mi padre tenía razón en los aspectos principales de sus teorías de migración trans-pacífica, de que había habido contacto prehistórico entre Sudamérica y la Polinesia.
-¿Qué diría Thor Heyerdahl si pudiera ver este estudio?
El comentario de mi padre a este estudio de ADN sería que esto confirma lo que él pasó toda una vida intentado demostrar, y que lamenta no estar presente cuando se publicaron estas grandes noticias. Le diré si alguna vez nos reunimos en alguna parte.