"Cuando a un alumno le pones un 2, eso le pesará el resto del año. Pero en realidad, puede que él esté partiendo más atrás y avance mucho más que el resto". Esa es la reflexión que hicieron en el Liceo Manuel de Salas (LMS) cuando, hace dos años, eliminaron la tradicional escala numérica de notas, para pasar a evaluar a sus alumnos con un "logrado", "medianamente logrado" y "por lograr".
Este año, las notas fueron eliminadas hasta 4° básico, de manera similar a lo que propone el proyecto de ley del senador Jaime Quintana (PPD), que hoy fue aprobada por la Comisión de Educación del Senado, y que ha generado un debate entre expertos sobre la conveniencia de dejar fuera las calificaciones numéricas de la sala de clases.
En el LMS, uno de los encargados de acabar con las notas fue Jorge Zubicueta, profesor de Lenguaje, quien explica que adoptaron el modelo de evaluación conceptual, en la que mediante criterios y categorías se mide a los alumnos. "Lo importante es la conceptualización final, que evalúa todo lo que aprendió durante el año, por lo que no hay castigo como en las calificaciones numéricas, ni discriminación entre estudiantes", explica.
Según él, esto favorece el aprendizaje, porque los niños se sienten más motivados en aprender y no se estresan tanto. Pero también es favorable para los apoderados, porque "en una calificación conceptual se detalla mucho más la información que se le entrega, de forma más profunda y diversa".
"Antes, los apoderados les preguntaban a los chiquillos qué nota se sacaron, y ahora les preguntan qué han aprendido. Y a final de año no todos los apoderados retiran el informe de calificaciones, porque lo importante es la evaluación conceptual y los comentarios de los docentes sobre el estudiante", agrega Zubicueta.
Autonomía de los colegios
El problema para este liceo, y otros que también han adoptado el cambio, es que más allá de las evaluaciones que hagan, a fin de año deben enviar un reporte al Ministerio de Educación con notas numéricas.
La ministra de Educación, Marcela Cubillos, explicó hoy que se debe cuidar la autonomía de los colegios para establecer sus sistemas de evaluación propios, pero "también hay que cuidar que los padres sepan de verdad si los niños están aprendiendo lo que tienen que aprender. Dentro de esos márgenes, por supuesto que hay mucho espacio para la libertad y autonomía".
Por lo mismo, Zubicueta cree que el Congreso debe permitir el cambio legal que se está proponiendo, para que no tengan que transformar sus evaluaciones a una escala numérica. "En países como Gran Bretaña o Finlandia, que tienen este sistema de no evaluar numéricamente, sino que conceptualmente, es el Ministerio de Educación el que le dice a los colegios que no pongan calificación, sino que evalúen conceptualmente", asegura.
Otras experiencias
El Liceo Manuel de Salas no es el único colegio que ha erradicado las notas. Al menos una decena de establecimientos han hecho el cambio, entre los que están el Colegio Seminario Padre Alberto Hurtado de Chillán, el Colegio Inglés de Talca, el Colegio Humberstone de Iquique, el Colegio Artístico Santa Teresa de Machalí, el Colegio Alessandri de Curicó y el Colegio Divino Maestro de Pichilemu.
Estos planteles están organizados en una plataforma, coordinados por el Departamento de Estudios Pedagógicos de la U. de Chile. La académica Teresa Flórez, a cargo de la iniciativa, explica que en esa plataforma los colegios pueden "intercambiar experiencias, compartir material, y que queremos abrir a otros colegios que quieran sumarse a esta iniciativa. Nuestra percepción es que esto seguirá creciendo, porque a las escuelas les hace sentido".
A su juicio, el cambio legal que se propone para eliminar las notas es positivo, pero se requiere que el Mineduc no exija a fin de año la conversión del "logrado" y "por lograr" a una escala numérica. "Con la voluntad política, todo es posible. Y sería un mensaje más claro para las escuelas no tener que conciliar estas evaluaciones con la escala de notas", puntualiza.