La “falla dormida” que despertó cuando llegó Sebastián Piñera: Así fue el recordado sismo del cambio de mando

Chile's newly sworn-in President Pinera waves after receiving the sash as former president Bachelet and President of Senate Pizarro look on at the Congress in Valparaiso
La “falla dormida” que despertó cuando llegó Sebastián Piñera: Así fue el recordado sismo del cambio de mando. Foto: Reuters.

Un reciente estudio entregó nuevas claves para entender cómo son los sismos que ocurren en la corteza, como el que se sintió desde Pichilemu el 11 de marzo de 2010, pueden ser activados por grandes terremotos previos.


Todos miraban asustados, veían con miedo el techo del Congreso Nacional por si un trozo se desprendía sobre sus cabezas. El recordado temblor del cambio de mando en 2010 fue un suceso difícil de olvidar, sobre todo por las autoridades extranjeras invitadas al acto republicano. A poco más de 200 kilómetros al sur de Valparaíso, en Pichilemu, una falla geológica despertó y liberó su energía alrededor ¿Sabemos qué fue lo que provocó este suceso?

El investigador principal del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (Cigiden) y académico de Geología de la Universidad Católica del Norte, Gabriel González, publicó recientemente un artículo en la revista Nature Scientific Reports que abre camino a una nueva manera de entender las fallas geológicas en zonas de subducción. Esto, según indicó González, ayuda a entender cómo existen fallas dormidas que pueden ser activadas con grandes liberaciones de energía, como el caso del temblor de Pichilemu y su relación con el terremoto del 27 de febrero de 2010.

La “falla dormida” que despertó cuando llegó Sebastián Piñera: así fue el recordado sismo del cambio de mando

“Lo que pasó en ese entonces es que se activó una falla, que estaba dormida y no tenía ninguna actividad sísmica. No tenía ningún indicio geológico de haber tenido movimientos recientes, y por lo tanto era como una falla dormida en el fondo”, describe el geólogo.

Pero esta falla de Pichilemu se reactivó después del terremoto, lo que llamó mucho la atención porque no fue una réplica del terremoto del 27F, que correspondió a un movimiento de subducción entre la placa Sudamericana y la placa de Nazca. “Era un sismo generado por un campo de fuerzas distinto al que generó la subducción. El de Pichilemu fue un régimen de campo de esfuerzo diametralmente opuesto”, relata González.

Members of the Congress and guests at the inauguration ceremony of Chile's president-elect Pinera react as a strong aftershock shook the region a few minutes before the ceremony began in Valparaiso
Asistentes al cambio de mando presidencial reaccional al temblor del 11 de marzo de 2010. Foto: Reuters.

Eso dio la idea de que, si bien el sismo del 11 de marzo no era réplica, ni del mismo tipo que el terremoto del 27F, podría haber una conexión entre ambos. Ante esto, González agrega que “la falla del terremoto finalmente activa de alguna forma una falla en la corteza y genera este sismo”.

Afortunadamente, según comenta el investigador, la falla de Pichilemu no cortó la superficie de la tierra, sino que toda la sismicidad quedó dentro del interior de la superficie, en el interior de la corteza. “Pero ambos eventos muestran algo que un terremoto de subducción grande produce: una relajación en la placa superior que es capaz de activar fallas corticales de magnitud importante”. Esos son terremotos que generan aceleraciones muy grandes, porque el foco donde se irradia la energía está más cerca de la superficie.

Por eso lo sintieron tan fuerte en el Congreso, cuando estaba el cambio de mando. “Eso genera a los ojos de la ciencia una muestra, un proceso importante que tiene que ver con el cambio de esfuerzo y una relajación del estrés en las fallas de la placa superior, activada por un sismo de subducción importante” remarca González. Esto sentó las bases para que los científicos empezaran a relacionar los terremotos de subducción -como el del 27F- con las fallas de placa superior. Al parecer existiría una relación entre ambos.

Esto podría indicar, incluso, que sea posible anticiparse a la aparición de un sismo como el vivido en marzo de 2010. “O sea, cada vez que había un terremoto de subducción grande, magnitud 9 o 8.8 —como los de Sumatra en 2004, Chile en 2010 y Japón en 2011—, algo puede pasar en la placa superior que se activa en fallas corticales. También se activaron volcanes, producto de la relajación del esfuerzo. Entonces, tanto en Chile hubo actividad, hubo varios volcanes que entraron en erupción”, destaca el geólogo.

Falla de Atacama
El equipo investigó este tipo de fallas en el Desierto de Atacama.

Ante esto, en el sistema de fallas de Atacama, cerca de Antofagasta, el equipo dirigido por González identificó escarpes de falla, que es cuando se encuentran dentro de la corteza. Estos cortan la superficie de la tierra y la desplaza, lo que genera un salto de 2 a 5 metros. “Y eso lo veníamos estudiando hace mucho tiempo, y que aporta la evidencia del origen son los terremotos como el que ocurrió en el Maule en 2010″.

La conclusión es que obtuvieron es que estas fallas detectadas en el desierto de Atacama fueron generadas por terremotos de magnitudes cercanas a 7. Además, descubrieron que el tipo de deformación también era resultado de relajación de la placa superior. “Pero lo que nos dimos cuenta con este estudio, y ahí viene la relevancia de esto, es que los terremotos en el sistema de fallas en Atacama tienen una recurrencia larga, del orden de 20.000 a 30.000 años, una distancia gigante entre un evento y otro”, remarca el geólogo.

En cierto sentido, los recientes descubrimientos hicieron que los científicos replantearan grandes conclusiones que existían hasta hoy. Por ejemplo, las fallas en la superficie de la Tierra muestran una interacción compleja con los grandes terremotos que ocurren en el fondo del mar. A su vez, las fallas estudiadas se mueven muy lentamente y los terremotos que producen ocurren con poca frecuencia. Esto significa que estas fallas son menos activas por sí solas, de lo que se creía.

Otro punto también que emanó del estudio es que la tasa de deslizamiento y la recurrencia de terremotos en las fallas estudiadas son mucho más lentas y largas de lo que se pensaba anteriormente. Las fallas pueden permanecer inactivas durante decenas de miles de años. Este hallazgo cambia la comprensión de la dinámica de estas fallas y su papel en la deformación de la corteza terrestre. Además, se encontró evidencia de que las fallas estudiadas han invertido su cinemática, pasando de fallas inversas a fallas normales. Este descubrimiento podría tener implicaciones importantes para la comprensión de la evolución tectónica de la región.

Falla de Atacama
Escarpe de la Falla de Atacama y grietas abiertas.

Para esto, los científicos utilizaron una nueva técnica de datación por luminiscencia que ayudó a determinar la edad de los eventos sísmicos. Esta técnica podría ser útil para futuros estudios paleosismológicos en la región.

“La importancia de este estudio es que nos indica que necesitamos conocer con mayor detalle las edades y estudiar más fallas en Chile para llegar a un cuadro completo que no solamente nos va a ayudar a entender cómo funcionan estas fallas que están cerca de la costa, y que generan deformación de la superficie de la tierra, sino que a través de ellas podemos entender escalas de tiempo de terremotos de subducción grandes, cada cuánto tiempo recurren y eso es muy importante para tener una adecuada visión de la amenaza sísmica en Chile”, concluye el investigador.

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.