La fatiga es la secuela más común en las mujeres; el virus tiene la capacidad de atacar y destruir la placenta y los niños también pueden desarrollar Covid prolongado: tres cosas que aprendimos del coronavirus esta semana
Por alguna razón, ciertos síntomas que persisten a la infección con Covid-19 son más frecuentes en las mujeres, entre ellos la fatiga, la dificultad para respirar y la pérdida de cabello. Además, investigadores descubrieron el daño que causa el Sars-CoV-2 directamente a la placenta.
1. Fatiga, dificultad para respirar y pérdida del cabello son síntomas pos covid más frecuentes en las mujeres
Algunos síntomas como la fatiga, la dificultad para respirar, el dolor o la pérdida de cabello son más frecuentes en mujeres que en hombres después de sufrir Covid-19. Así lo indica una investigación liderada por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (URJC) y en la que también participa la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Pero eso no es todo. Las mujeres también son más propensas a tener secuelas como ansiedad, depresión o mala calidad del sueño.
“Hasta la fecha, no estaba claro si el género podía ser un factor relevante en la presencia de síntomas pos-Covid-19. Algunos trabajos habían encontrado una mayor presencia de determinados síntomas en las mujeres que en los varones, pero este es el primer estudio que busca específicamente contestar a esta pregunta”, destaca María Luz Cuadrado, Catedrática e investigadora del Departamento de Medicina de la UCM y Vicedecana del Hospital Clínico San Carlos.
El trabajo, publicado en el Journal of Clinical Medicine, se realizó en cinco hospitales de Madrid.
En total, el 60% de los pacientes presentaban uno o varios síntomas ocho meses después de haber sufrido la enfermedad, siendo el promedio de síntomas de 2,25 para las mujeres y 1,5 para los hombres. La fatiga, la dificultad para respirar, el dolor de cabeza o de otras localizaciones, la pérdida de cabello y los problemas oculares fueron más frecuentes en las mujeres.
Entre otros síntomas, se mencionan también la pérdida de olfato y gusto, las palpitaciones, la diarrea y la pérdida de memoria, pero en estos no se detectó diferencia de género.
2. Distinto a otros virus: el Coronavirus daña y destruye la placenta, no al feto
Cuando las mujeres embarazadas se contagian con el virus Zika o el de la rubéola, estos virus pueden atacar directamente al feto porque traspasan la placenta. Pero con el virus Sars-CoV-2, la situación es distinta.
El virus puede atacar y destruir la placenta directamente, lo que provoca la asfixia y muerte del feto. Según un estudio publicado en la revista Archives of Pathology & Laboratory Medicine.
El docto David Schwartz, patólogo perinatal en Atlanta (Estados Unidos) y quien lideró el estudio dijo que nunca antes habíamos visto este nivel de destrucción por una enfermedad infecciosa. “Hizo que la placenta no fuera apta para llevar a cabo sus funciones. Estos fetos y recién nacidos murieron por asfixia por falta de oxígeno”, agregó.
En el estudio, Schwartz y su equipo examinaron 68 muertes perinatales en 12 países. Los 68 bebés nacieron muertos o murieron dentro de los siete días posteriores al nacimiento. Todos tenían madres que no estaban vacunadas y se habían infectado con el coronavirus durante el embarazo. Su estudio incluyó exámenes de las 68 placentas, así como 30 autopsias.
El cuadro, denominado placentitis por Sars-CoV-2, se produce por una acumulación de una proteína llamada fibrina, que provoca la coagulación en el sistema vascular del órgano; la muerte de células en la capa celular protectora de la placenta; e inflamación inusual en la placenta.
Entre las placentas analizadas, más de las tres cuartas partes del órgano estaban tan dañadas que el órgano no podía suministrar oxígeno y nutrientes al bebé en crecimiento. En otros casos, casi toda la placenta estaba muerta.
3. Covid prolongado o persistente también puede afectar a los niños
No son muchos casos, pero los especialistas están viendo un aumento. Se trata log covid o Covid persistente en niños, un cuadro que se creía solo afectaba a los adultos, que tras una infección con el virus Sars-CoV-2, siguen presentando síntomas por semana o meses después.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) cerca de una cuarta parte de las personas que han tenido el virus experimentan síntomas que continúan durante al menos un mes, pero una de cada 10 sigue sin sentirse bien después de 12 semanas. Esto ha sido descrito por grupos de pacientes como ‘Long Covid’”.
Una entrevista con Según La doctora Nusheen Ameenuddin, pediatra de la Clínica Mayo en Estados Unidos, uno de los daños prolongados vistos en niños por casos de Covid-19, por la forma en que el virus afectó sus cuerpos, son el daño neurológico a causa de los derrames cerebrales.
En los últimos meses, lo que se creía era un cuadro que afectaba a algunos adultos ha tenido un giro. Hoy ya se sabe que el Covid prolongado también puede afectar a los niños.
Según La doctora Nusheen Ameenuddin, pediatra de la Clínica Mayo en Rochester, Estados Unidos, en el último tiempo han visto un aumento de los daños prolongados vistos en niños por casos de Covid-19, entre ellos el daño neurológico a causa de los derrames cerebrales.
“Incluso cuando observamos las estadísticas de datos. A a menudo no tomamos en cuenta la cantidad de niños que tuvieron derrames cerebrales por Covid u otros efectos secundarios que alteran la vida. Literalmente tenemos niños cuyos cerebros nunca volverán a ser los mismos, incluso si sobreviven al covid”, agrega.
Para Lucila Andrade, Neuróloga Infantil de la Clínica Ciudad del Mar, la probabilidad de que niños padezcan problemas neurológicos asociados al contagio de Covid-19 es baja. También “hay algunos trastornos –que son trastornos desmielinizantes– que generalmente se recuperan y no dejan secuela, pero hay otros como las meningitis o como las encefalitis que pueden dejar patología secuelar como la epilepsia”. El derrame cerebral sería muy inusual, dice.
“De las enfermedades más graves todas tienen tratamiento, pero cuando son muy complicadas en la recuperación eso ya es más lento y tiene un pronóstico distinto”, agrega la neuróloga.
La doctora Ameenuddin dice que “si un niño tiene un derrame cerebral y tuvo parálisis por ese derrame, eso obviamente puede ser una condición de larga vida, pero con terapia quizás puedan recuperar algo de control de la función. Pero realmente depende de la gravedad de lo que sucede”.
Sobre las cifras de niños con Long Covid en Estados Unidos, Ameenuddin dice que aún se está recopilando información y aprendiendo al respecto, pero se están empezando a ver más casos de este tipo “porque vimos que más niños se infectaron durante la fase de Delta y –actualmente– con la de Ómicron, con esas variantes”.
El pediatra infectólogo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Juan Pablo Torres, afirma que es complejo llegar a una cifra que “refleje la magnitud completa del Long Covid en los niños. Ya sabemos que sería muy bajo, pero dentro de ese porcentaje –que va entre el 1% y 3%– también hay ciertas limitaciones de los estudios”.
“La gran mayoría de los niños, un 99% o 98% no debería tener ningún compromiso o secuela a largo plazo, pero como todo en la pandemia, es dinámico”, agrega.
Para algunos especialistas el Síndrome Inflamatorio Multisistémico (PIMS) o también conocido como MIS-C, afección que puede inflamar distintas partes del cuerpo como los pulmones, corazón, riñones o el cerebro, puede ser también considerado como Long-Covid.
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