Un asteroide, en una definición simple, es un cuerpo rocoso (celeste), y su tamaño es menor que un planeta y mayor que meteoroide, que se asume son pedazos pequeños de roca que fueron distribuidos por el espacio cuando se formaron los planetas.
El monitoreo del sector donde orbitan estos cuerpos celestes, es muy importante ya que a pesar que son menores que un planeta, al ser muy pesados, y moverse a altas velocidades, existe el riesgo de que impacten un planeta como la Tierra.
El 30 de agosto de este año, científicos del Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA confirmaron la existencia de un nuevo asteroide, descubrimiento en el que participó la estudiante de la carrera de Astrofísica con mención en Ciencia de Datos de la Universidad de Santiago, Amirah Luna Izidine.
El asteroide todavía no tiene un nombre oficial. “Nosotros tendremos el privilegio de nombrarlo más adelante. Por ahora, lo llaman de 2021 TK43″, explica la estudiante de Mozambique, que participó en los trabajos para alcanzar el descubrimiento y reportarlo en octubre del año pasado.
La joven explica que, en 2021, participó en el proyecto de búsqueda de asteroides IASC (International Astronomical Search Collaboration) a través de su equipo, ‘Detetives do cosmos’, utilizando el software Astrométrica, que procesa imágenes tomadas por dos telescopios en Hawái.
“Es el primer descubrimiento de un asteroide hecho exclusivamente por Mozambique. Es sólo el inicio de muchos más hallazgos y una motivación a invitar más mozambiqueños a participar de esta búsqueda y a levantar nuestra bandera”, destacó la estudiante.
Amor por la astronomía
Los asteroides, como el nuevo descubrimiento, normalmente se encuentran entre Marte y Júpiter, en una región del sistema solar llamada Cinturón Principal de Asteroides.
Sin embargo, hasta el momento el cuerpo rocoso descubierto en octubre de 2022 por la estudiante de la Usach, no dispone de tanta información ya que a pesar que ya fue confirmado por la Agencia Espacial, toma muchos meses el análisis.
Amirah Luna Izidine, de padre mozambiqueño y madre ecuatoriana, desde sus 12 años que ama la astronomía, por lo mismo que durante muchos años averiguó cuáles eran los mejores países para estudiar esta carrera.
Finalmente eligió Chile “por la buena educación en astronomía, las oportunidades laborales, el clima, el desierto de Atacama que permite tener los cielos más limpios del mundo” señala.
Además que que nuestro país algunos de los observatorios más del mundo “y en unos años un gran porcentaje de estudios astronómicos estará concentrado en Chile” añade.
Asimismo, define su experiencia en la carrea como motivadora, donde ha sido capaz de aprender muchísimo y desarrollar sus habilidades, “conocer profesionales de mi área e inspirarme en ellos. Por otro lado, ha sido también un desafío, ya que soy recién llegada al país y entré a una carrera enteramente nueva. En general, diría que ha sido una experiencia bastante única y enriquecedora, tanto a nivel humano, como estudiantil”, concluyó.