La historia de la paciente que nunca se enfermó pero terminó contagiando a 71 personas a partir del ascensor de su edificio
Una investigación rastreó el impresionante poder propagador de una mujer, y refuerza las teorías sobre el papel de los asintomáticos en la actual pandemia. Estudios estiman que chilenos pasan 15 horas al año en un elevador.
El 19 de marzo de 2020, una joven apodada “paciente A0”, regresó a su casa, en la provincia de Heilongjiang después de un viaje a EE.UU. Como la pandemia de coronavirus ya se había diseminado también en ese país, las autoridades chinas le ordenaron a tomar una cuarentena preventiva en su domicilio.
Tras su regreso, su vecino del piso de abajo (nombrado paciente B1.1 en un estudio que publicó su historia), resultó contagiado con la enfermedad. El único lugar que ambos compartían era el ascensor.
El 26 de marzo, la madre de este vecino (paciente B.2.2) y la pareja de la madre (paciente B.2.3) fueron a visitarla y pasaron la noche en su casa.
El 29 de marzo, la madre y su pareja fueron a una fiesta con un amigo (paciente C1.1 ) y sus hijos (C.1.2 y C.1.3), mientras que el 2 de abril, C.1.1. sufrió un accidente cerebrovascular y fue internado en un hospital que los investigadores del estudio designaron como “hospital 1″.
Ya para el 6 de abril, el paciente C.1.1 fue trasladado al ”hospital 2″ pues su condición se había agravado, acompañados de sus hijos (C1.2 y C1.3). El 7 de abril, B.2.3 comenzó con los primeros síntomas de la enfermedad, resultando positivo su test, la primera de las 71 personas identificadas en este estudio infectada de todo el grupo.
El 9 y 10 de abril se les realizó un testo a sus contactos directos, los que incluía a B1.1, B2.1, B2.2 y C.1.1. Todos dieron positivo. C1.1, internado en el “hospital 2″, fue puesto en cuarentena, después que ya había “logrado” contagiar a 28 personas en el “hospital 1″. En el segundo hospital infectó a 20 personas.
El 15 de abril, los científicos secuenciaron los genomas completos de los virus de este brote, resultando todos idénticos, lo que los llevó a concluir que el virus tenía el mismo origen: EE.UU.
Para el 22 de abril, el “paciente cero” o A0, seguía asintomático, pero ya había tenido la capacidad de contagiar a 71 personas.
Este gráfico, diseñado por los investigadores en el estudio, muestra la temible amplificación de los casos, y la importancia de la trazabilidad.
-Cada letra mayúscula corresponde a una familia y el primer número indica el orden en el que esa persona se contagió.
-El segundo número detrás de la letra se usa cuando hay varios contagios simultáneos. Por ejemplo: B2.3 sería una persona de la familia B, que fue infectada a la vez que B2.2.
El estudio fue publicado por científicos de la U. de Shiyan, la U. de Ciencia y Tecnología de Wuhan y el Hospital Tongji de Wuhan, y avalado por los Centro de Control de Enfermedades de EE.UU. (CDC, su sigla en inglés) en el que muestran cómo un solo caso asintomático puede provocar más de 70 casos de Covid-19.
La investigación, escribieron los autores, muestra el poder de los casos de los asintomáticos, pero también, el rol de los rastreadores de contactos, una de las principales estrategias para detener la propagación de la enfermedad.
Los ascensores son un lugar cada vez más utilizado por los chilenos. Según el Estudio de Satisfacción de la Dirección de Transporte Público Metropolitano de 2019, los chilenos pasan en promedio 15 horas al año movilizándose en un ascensor, esto quiere decir, más de una hora y media al mes.
Según estimaciones de la empresa InMedia - Soluciones Digitales, una persona que trabaja en un edificio, pasa en promedio 75 segundos dentro de la cabina, y eso se repite al menos unas cuatro veces al día.
El ascensor es un lugar peligroso para propagar el coronavirus, por el contacto físico estrecho que existe en estos lugares, y por el contacto de sus superficies, particularmente los botones y la
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