Actualmente Google se posiciona como la segunda compañía más poderosa del mundo a través de su multinacional matriz Alphabet Inc. Durante las últimas dos décadas, el gigante de Internet no sólo se ha transformado en sinónimo del negocio de las búsquedas, dominando casi el 80% de la cuota del mercado global en el área según Forbes.
Hoy además se encuentra dentro de las empresas más populares en aplicaciones de video (YouTube), direcciones (Maps) e incluso lugares para vender publicidad, alcanzando una capitalización bursátil de US$ 1,180,69 en septiembre pasado. Sin embargo, ese éxito no llegó solo. Fue una amistad la que cambió el curso de la compañía.
Un día de marzo de 2000, seis de los mejores ingenieros de Google se reunieron para discutir lo que, en ese entonces, amenazaba con ser la peor crisis de la compañía a dos años de su fundación. En octubre, sus sistemas centrales, encargados de crear un índice de contenidos en la Web, habían dejado de funcionar, por lo que si bien los usuarios podían escribir consultas en google.com, los resultados arrojados tenían un desfase de cinco meses de desactualización.
Palabras faltantes
Por simple que parezca, había mucho en juego. Los co-fundadores de Google, Larry Page y Sergey Brin, estaban negociando un acuerdo para impulsar un motor de búsqueda para Yahoo y habían prometido entregar un índice diez veces más grande que el que tenían en ese momento. Uno capaz de mantener los contenidos actualizados constantemente. Sin embargo, si fallaban la compañía que en ese entonces estaba recién comenzando a surgir, corría el riesgo de perderlo todo. Fue en ese momento crítico que Jeff Dean y Sanjay Ghemawat, ambos ingenieros recientemente incorporadosa la compañía, entraron en acción.
Durante horas y días se instalaron uno al lado del otro en un solo computador a codificar los complejos códigos que tejían el motor de búsqueda de un entonces prematuro Google. Así, comenzaron a detectar que habían palabras faltantes en el índice mientras que otras estaban fuera de su sitio, por lo que ambos decidieron convertir aquella infraestructura informática en un código binario compuesto por una serie de ceros y unos (0 y 1).
Una vez hecho esto, se dieron cuenta de que, en aquella inmensa columna binaria, habían dígitos que debían ser ceros en lugar de unos, y viceversa. Por lo que cuando por fin juntaron todas las palabras mal escritas, identificaron un patrón: los chips de memoria en sus máquinas de alguna forma habían sido vulnerados.
Por otro lado, a aquella explicación lógica se sumaron extraños factores ambientales. Cuando una supernova explota, su onda expansiva crea partículas que se dispersan en todas las direcciones, y en estos casos, los científicos creen que hay una pequeña posibilidad de que una de las partículas errantes, conocida como rayo cósmico, pueda golpear el chip de un computador en la Tierra, cambiando un código de cero a uno, por ejemplo.
Juntos Jeff y Sanjay escribieron un código para compensar los errores, y poco después, completaron el nuevo índice de búsqueda que permitió solucionar el problema y sentar las bases para el éxito de Google en la actualidad. El dúo de ingenieros continuó construyendo proyectos de gran importancia para la compañía en el futuro, y su perseverancia y trabajo en equipo no sólo les permitió forjar una amistad que conservan hasta hoy, sino una reputación como los mejores creativos de la segunda empresa más poderosa del mundo: hoy Jeff Dean es jefe de proyectos de inteligencia artificial en Google, mientras que Ghemawat continúa innovando en el motor de búsqueda como miembro principal en el grupo de infraestructura de sistemas.