La hora de los líderes ambiciosos

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Durante esta semana, Naciones Unidas se convertirá en una gran caja de resonancia medioambiental. Ahí, en la casa de las naciones del planeta, desfilarán por su testera líderes de todos los rincones del planeta para alertar respecto de la emergencia climática que afecta al planeta.

Será un encuentro en donde se escucharán de manera reiterada la necesidad de actuar y enfrentar la situación. Esa, y no la ambición concreta y urgente plasmada en metas claras y rápidas, será la tónica.

En este contexto de crisis climática, lamentablemente los líderes del mundo no han estado a la altura del desafío que enfrenta la humanidad.

En efecto, mientras las voces de los políticos del planeta llenan hojas de discursos bien estructurados, en las calles del orbe han sido los ciudadanos y muy especialmente los jóvenes quienes se han encargado de dejar en claro la enorme distancia que existe entre el cuidadoso juego político que implica el orden mundial versus la necesidad de actuar de manera decidida.

Por eso el impacto mundial de la activista Greta Thunberg, la adolescente que desde su protesta en un comienzo minúscula ahora ha logrado dar un bofetazo de realidad y urgencia a los líderes del planeta que no saben muy bien de qué manera una muchacha nórdica ha sido capaz de aunar el grito de millones de jóvenes contra la inacción de sus líderes y el llamado a la acción ante la emergencia climática..

No se necesitan más advertencias de la ciencia ni discursos en estrados de seda, sino acción, plazos concretos y ambición. Y, por cierto, líderes que estén a la altura.

Hace un año el presidente Piñera, desde el estrado de Naciones Unidas exponía la crítica realidad que viven miles de compatriotas en las zonas de sacrificio, en especial en Quintero-Puchuncaví. Era cuando decía: "Ratificamos un compromiso con nuestros compatriotas, cambiar la historia de esas dos localidades y de muchas otras".

Un año después, la historia, lejos de haber cambiado, es la misma de siempre, con escuelas en vez de empresas que deben cerrar y con decenas de chilenos envenenados que siguen llegando a los centros de atención médica, que a su vez, están cada día en peores condiciones. Vergonzoso, un año después nadie sabe con qué están envenenando a estos chilenos. Menos hay claridad respecto de los responsables.

Con pena e indignación vemos que la respuesta del presidente Piñera para las zonas de sacrificio ha sido que el carbón siga afectando la vida de estos chilenos por otros 20 años.

¿Es la ambición que mostraría un verdadero líder climático? Para nada. Donde debemos apuntar ahora, es poner fin al carbón y a los combustibles fósiles con una apuesta clara y jugada por las energías limpias y renovables. No hay otro camino si se quiere estar a la altura del desafío que enfrentamos.

En pocos momentos la humanidad ha enfrentado una situación límite como la que hoy nos afecta. La crisis climática impone liderazgos potentes, claros y ambiciosos. Por eso es que es momento de ver y diferenciar el material del que están hechos nuestros políticos.

Solo los que entiendan la magnitud del desafío podrán ubicarse como esos líderes imprescindibles que a futuro recordarán Greta y los millones de jóvenes que hoy están en las calles del mundo.

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