La insólita teoría de conspiración que vincula a las antenas 5G y el coronavirus

antena 5g

En el Reino Unido se han quemado antenas, se golpea a los técnicos que las instalan y se amenaza a autoridades, todo por un cuestionable video que apunta a esta nueva tecnología como culpable de expandir el virus. Nada más lejos de la realidad.


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Será 10 veces más veloz que las conexiones 4G, promete acelerar la velocidad de datos móviles de 100 Mbps a 10 Gbps y competirá incluso con las redes de fibra óptica más veloces, ayudando impulsar áreas como la telemedicina. Es la tecnología 5G, que en el mundo se encuentra en plena expansión y que desde 2019 se encuentra presente en más de 24 países como China, Corea del Sur, EE.UU., Reino Unido, España y otros.

Considerando que está más enfocada en empresas que el consumidor final, tiene una enorme importancia estratégica. El año pasado la administración Trump anunció un plan para “ganar la carrera” del 5G contra China, en una industria que en los próximos cinco años añadirá 25 mil millones de dispositivos enmarcados en el Internet de las Cosas, alcanzando el 20% de las conexiones totales. Hoy, los más importantes fabricantes de smartphones como Samsung o Huawei ya tienen en el mercado dispositivos con 5G, y se espera que Apple haga lo mismo con su próximo iPhone.

Pero según los seguidores de una cuestionable teoría de conspiración, esta avanzada tecnología -aún lejos de ser implementada en Chile- podría estar ayudando a la expansión del Covid-19, enfermedad que actualmente tiene en el mundo más de 1,5 millones de personas infectadas y se acerca a los 85 mil muertos.

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El salto cuántico

"Antes de cada pandemia de los últimos 150 años, hubo un salto cuántico en la electrificación de la Tierra".

Así comienza el video publicado el 18 de marzo por el Dr. Thomas Cowan, que en 10 minutos explica en una pizarra cómo las pandemias están vinculadas a la “electrificación” de la Tierra, y la forma en que la tecnología 5G que se instala en las antenas ayuda a la propagación del temible virus.

En el video, Cowan afirmaba que Wuhan, ciudad donde se inició el nuevo brote de coronavirus, fue la primera ciudad con 5G en el mundo. Esto en teoría coincidía con la llegada de esta tecnología a China en octubre de 2019, dos meses antes que comenzara la pandemia. Además, añadía las fechas de implementación de otras tecnologías como las ondas de radio en 1916 y la gripe española en 1918; el 3G y el Sars en 2003; y el 4G y la gripe porcina en 2009.

La bomba ya había explotado. Hasta su eliminación de YouTube, el video había sido visto por 660 mil usuarios y compartido miles de veces.

La otra pandemia

Así, estas afirmaciones comenzaron a diseminarse como un verdadero virus cuando llegaron a Facebook, Instagram y WhatsApp, comprobado terreno fértil para noticias falsas.

En decenas de foros se compartió la fotografía de un póster acusando a las torres de redes 5G de ser “la verdadera causa de la muerte del virus”, y el video se multiplicaba sin control. Usuarios crearon un mapa de calor haciendo coincidir arbitrariamente y sin fuente alguna los lugares con redes 5G en Estados Unidos y los casos de coronavirus en el país. Por otro lado, influencers de Instagram y celebridades como una actriz y un boxeador ingleses prefirieron compartir el contenido para hacerlo viral y llenarse de seguidores antes que verificar la información. En Birmingham (Reino Unido) la locura fue más allá y vándalos quemaron una de las torres 5G.

Mientras tanto, elaborados textos añadían los ingredientes faltantes para la engañosa ecuación (nuevo orden mundial, etc), afirmando que una vacuna tenía el poder de ser “activada” mediante las ondas de estas antenas. Se crearon grupos de Facebook “anti 5G” en donde se aseguraba que la radiación supuestamente hace que se eleve la temperatura del cuerpo humano y se debilite el sistema inmune, mientras que una petición colectiva en change.org llegó a 100 mil firmas para detener la “siniestra” tecnología.

En el Reino Unido (60 mil casos, 7 mil muertos) la teoría pasó de las redes sociales a la realidad. Esta semana se han denunciado ataques contra 20 antenas por grupos organizados que además, están agrediendo a los técnicos que las instalan, e incluso amenazaron al alcalde de Liverpool por dudar de la conspiración.

Reacciones

No es la primera vez que una tecnología como esta se ve envuelta en una de estas locas teorías. Como respuesta, Facebook se encuentra eliminando todo vínculo con el video del Dr. Cowan, la petición de change.org fue sacada de la plataforma, y Google también se sumó, borrando no sólo el video original, sino todo rastro del contenido en YouTube.

Cabe destacar que el video se enmarcó en una conferencia organizada por un grupo llamado “Humans for Humanity Coalition” evento donde se reunieron grupos anti vacunas y en el que también estaba incluido el desacreditado investigador Andrew Wakefield, creador de un polémico estudio que relacionó la vacuna MMR con el autismo en niños, y que fue retirado en 2010.

Cowan en la actualidad se encuentra operando en libertad condicional y con limitaciones en la práctica de la medicina, después que en 2017 le ofreciera un medicamento sin licencia a una paciente con cáncer de mama sin informarle que no era aprobado para su uso. De hecho, ni siquiera había visto a la paciente en persona ni revisó su expediente médico completo, de acuerdo con documentos de la Junta Médica de California.

De hecho, el científico es autor de varios libros que promueven refutadas ideas contrarias a la medicina convencional, incluyendo discutibles argumentos contra la inmunización de los niños.

Además, entre otras imprecisiones el video afirmaba que la pandemia de gripe española de 1918 coincidió con la llegada de la radio, pero la primera estación de radio comercial, XWA de Montreal, comenzó a transmitir en 1920. También se asegura que Wuhan, donde se inició el brote, fue la primera ciudad cubierta por 5G. Pero varias ciudades en Corea del Sur y EE.UU. ya contaban con esta tecnología antes que en China.

Incluso, países igualmente golpeados por la pandemia como Irán, Japón y Malasia, no tienen red 5G. Ni hablar de Latinoamérica, donde estas antenas no existen.

Para aclarar el asunto, en una declaración conjunta, las redes británicas EE, O2, Three y Vodafone indicaron que "no hay evidencia científica de ningún vínculo entre 5G y el coronavirus. No sólo estas afirmaciones carecen de fundamento, sino que son perjudiciales para las personas y las empresas que dependen la continuidad de nuestros servicios ". Brendan Carr, comisionado de la Comisión Federal de Comunicaciones de EE.UU. le respondió a una de las celebridades que compartió en su cuenta de Twitter sobre la curiosa teoría.

Historia conocida

A pesar de las conspiraciones, no existe ninguna prueba que la red 5G (o cualquier otra) pueda ser perjudicial, ya sea con el coronavirus o en general en relación a la salud de las personas.

La Organización Mundial de la Salud cuenta con un apartado especial para quienes tengan dudas sobre la implementación de esta tecnología que ya en la época del 3G o 4G, consideraba los riesgos aún no comprobados de la radiación de las antenas.

Todo esto bien lo sabe Pedro Huichalaf, Abogado de la Universidad de Valparaíso con Magíster en Derecho Informático y de las Telecomunicaciones de la Universidad de Chile, especializado en Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información y Comunicaciones, y Subsecretario de Telecomunicaciones (Subtel) entre 2014 y 2016.

En su época en la Subtel y en plena expansión del 4G, Huichalaf se enfrentó con los temores sobre la posibilidad que la radiación de las antenas provocara daños en la salud: “He visto personas o grupos que han intentado vincular el tema del efecto de las antenas y las ondas radioélectricas con algunas situaciones especificas, como cáncer, daño a las abejas o aves”, señala.

“Pasó lo mismo que con el mito del marcapasos que se acelera, cuando en definitiva este aparato es mecánico y las redes son inalámbricas”.

“Se han hecho muchos estudios de estas ondas que generan datos y hay ondas inocuas como la radio, tv y otras como el láser o rayos x que sí aplican ciertos efectos. En el caso de las antenas, cuando implementamos el 4G se discutió la potencia aceptada para le emisión radioeléctrica, y se hizo una reglamentación”, cuenta.

“Al no existir pruebas concluyentes ni estudios, Chile instauró una postura donde se aplicó un principio precautorio, y en el que se tomaron a los 10 países con menos emisiones para hacer un promedio bajo, siempre con emisiones más bajas. Son normas de emisión muy estrictas”, añade. “Hasta ahora no hay análisis perjudiciales ni inocuos”.

Huichalaf explica la instalación de una antena no es una tarea que se tome a la ligera. Antes, las empresas deben presentar un proyecto técnico donde la Subtel suma la potencia de todas las antenas en el sector. Si esta potencia sobrepasa la norma, el proyecto se cancela.

“En la práctica se hace un doble chequeo: la empresa presenta el proyecto técnico y después, con la antena ya instalada se realizan nuevamente las mediciones respectivas. Siempre son concordantes”, apunta.

Asimismo, el experto asevera que ante dudas, cualquier persona puede solicitar a la Subtel la medición de la potencia de las antenas.

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