Ante las bajas temperaturas propias de la nueva estación del año que comienza y los efectos que el aumento de calefacción tienen en el medioambiente, quisiera hacer un llamado de atención con relación a la planificación de las ciudades chilenas, desde la perspectiva del diseño urbano. El último informe de la calidad del aire respecto al material particulado 2,5 -Air quality report 2021 PM2,5 establece el período de deterioro de la calidad del aire entre los meses de mayo a septiembre, lo que coincide con la etapa más dura del invierno en nuestro país, principalmente en las ciudades del sur, muchas de ellas lamentablemente liderando este ranking. Además, señala a la combustión de leña cómo la principal fuente de contaminación, la que además se usa indiscriminadamente fuera de parámetros de certificación en la mayoría de las zonas urbanas del sur.
Existen condiciones básicas que se han olvidado, variables que podrían ser determinantes para mejorar la calidad del aire en los ambientes construidos. En este escenario, se pueden inferir lineamientos que aparecen como piezas clave para mejorar la crítica situación ambiental.
Primero, el uso del conocimiento científico disponible para la toma de decisiones en la planificación de nuestras ciudades. Existen factores, tales como las variables climáticas, la ubicación geográfica, los usos de suelo, y la morfología de la ciudad en relación con los vientos predominantes. Todos ellos son clave para mejorar la calidad del aire en los ambientes urbanos.
En segundo lugar, la problemática de la contaminación ambiental es, asimismo, responsabilidad de la población. De esta manera, la educación ambiental y la alfabetización en sustentabilidad simplemente no pueden postergarse más. Es necesario entregarla de manera transversal en todos los rangos etarios y grupos socioeconómicos.
En tercer lugar, estimular el uso y traspaso hacia energías limpias, entendiendo que no son un lujo y, por ende, su acceso no debiera estar condicionado. los recambios de artefactos, sin duda, son insuficientes, lo que es absolutamente contradictorio con las necesidades y urgencias ambientales que vivimos a nivel local y global. Asimismo, la eficiencia térmica de las viviendas para la reducción del consumo energético debiera tomar un lugar preponderante para la reducción de consumo energético en los hogares.
Es fundamental acordar de manera honesta la real urgencia de tomar medidas concretas que generen un cambio de dirección en nuestras ciudades frente a la crisis ambiental. Es momento de dejar el actuar contradictorio en relación con las necesidades y urgencias ambientales que vivimos a nivel local y global.
*Académica y codirectora del Observatorio de Paisaje y Sustentabilidad, Escuela de Arquitectura UDP. MSc. Renovación y rediseño de áreas urbanas TUDelft.