La temporada de lluvia, aunque escasas en el último tiempo, llegó para la zona central y sur. En tiempos de pandemia por coronavirus la pregunta surge: ¿es positivo o negativo? ¿Lava esa agua el virus de las calles? ¿O el frío invierno se volverá en contra, como pasa con la influenza cada año?
Nicolás Muena, virólogo de la Fundación Ciencia & Vida, aclara que la lluvia no tendría el efecto limpiador que podría pensarse. “El virus se transmite principalmente por microgotitas que se expelen al toser o estornudar, a través del contacto estrecho entre personas, de manera que el virus no queda flotando en el aire. Así la lluvia no sería ningún factor relevante en cuando a la limpieza del aire”, explica.
Pero eso no quiere decir que el agua caída no sea un factor en la pandemia, pues lo es de manera indirecta. Claudio Castillo, académico de Salud Pública de la Universidad de Santiago, comenta que “no es propiamente el frío o la lluvia lo que genera mayor o menos circulación del virus, sino los efectos que generan. Las personas se hacinan más, buscando abrigo. Así no se pueden cumplir las recomendaciones de distancia física. También la gente se lava menos las manos, porque el agua está fría, pensando en quienes tienen menores ingresos y no tienen agua caliente en el lavamanos. Y se producen aglomeraciones también, por ejemplo, cuando se abren albergues para las personas en situación de calle”.
Muena agrega que otro factor donde influye la lluvia es la polución. “La contaminación de las ciudades tiene partículas muy pequeñas, menos de 2,5 micrones, que como las de la combustión del cigarro o de leña, pueden entrar a los alveolos y complicar enfermedades respiratorias como neumonías producida por una infección viral. Existen estudios que muestran una correlación entre lugares donde hay mucha contaminación y la cantidad de enfermedades respiratorias”.
Pero la lluvia no solo limpia el aire, sino también las superficies. Al respecto, Muena declara que la incidencia es muy menor, de acuerdo a los últimos estudios. “Hay gente que decía que la lluvia podría limpiar las superficies contaminadas, como los juegos o las bancas de los parques o la calle. Sin embargo, hace muy poco tiempo la CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos) hizo una investigación en superficies inanimadas, que también se hizo en España en productos de supermercado, y ambos muestran que el virus se transmite muy poco. Y a eso hay que sumar que el agua solamente tiene un efecto de dilusión y no de romper las partículas del virus, como el jabón”.
El frío, en tanto, ¿es factor, al menos de manera indirecta? Desde la Usach, Castillo manifiesta que “no hay estudios que sean concluyentes sobre si el factor climático incide o no, porque hemos visto que el virus ha circulado en distintos continentes, con diferentes climas y estaciones del año”.
Muena complementa que sí es cierto que en el frío el virus vive más, o mejor dicho, “las bajas temperaturas favorecen la estabilidad del coronavirus, eso pasa con todos los virus". Y agrega: "Pasa también que con el frío le gente tiende a concentrarse más en espacios cerrados y a ventilar menos, cierran las ventanas de las casas, de las micros, con menos circulación de aire se pueden concentrar las microgotitas que transmiten el Covid. Y es preocupante también que el tiempo frío aumenta la incidencia de enfermedades respiratorias de otro tipo, como el sincicial, tal vez hoy no, porque los niños no van al colegio, pero sí la influenza, el metaneurovirus, el adenovirus y otros, que saturen un sistema de salud muy estresado”.