A pesar de que se le atribuye a Michael Hart la creación del libro digital, fue la maestra de origen gallego, Ángela Ruiz Robles, quien fue su precursora en 1949. Doña Angelita, como le llamaban sus alumnos, nació en marzo de 1895 en Villamamín, provincia de León, España.
Ruiz Robles estudió en la Escuela de Maestras de León, lugar donde impartió clases por primera vez, y donde comenzaría a desarrollar sus primeras innovaciones: el sistema taquigráfico y el atlas científico-gramatical.
De personalidad entusiasta, con sentido comunitario y siempre buscando alternativas de enseñanza que fueran más lúdicas para sus alumnos, dictaba clases a los obreros y vecinos que en su mayoría eran analfabetos.
Con el objetivo de aliviar la enseñanza, y que con el mínimo esfuerzo se consiguieran los máximos conocimientos, Doña Angelita creó lo que fue patentado como "Procedimiento mecánico, eléctrico y a presión de aire para lectura de libros", en 1949. Este sistema permitiría mostrar a los alumnos las distintas materias mediante un mecanismo de pulsación a través de láminas con dibujos que se iluminaban cuando los presionaban con el dedo, apareciendo un texto educativo.
Otras características de este prototipo incluían su fácil manejo y liviano peso, ya que Ruiz Robles se preocupaba de la cantidad de libros que sus alumnos cargaban. Además, permitía el aumento de tamaño de las letras pequeñas, la posibilidad de utilizar tintas luminiscentes para poder ser leídos en la oscuridad, y que el material fuera impermeable para evitar el deterioro por la humedad.
Pese a la innovadora idea, esta no brindó frutos y solo se realizaron algunas láminas con diseños. Pero este comienzo le permitió la creación de su proyecto estrella: la Enciclopedia Mecánica, considerada un precursor del libro electrónico.
En esa época, Doña Angelita era profesora en una escuela en El Ferrol, y consideraba que los métodos de enseñanza estaban obsoletos. No concebía que la educación se tratara de memorizar contenidos una y otra vez. Por otra parte, le preocupaban las altas cifras de analfabetismo, sobre todo en la población femenina.
Tomando como base su primer prototipo de libro mecánico, creó un soporte que permitía leer diferentes contenidos cambiando unos carretes que llevaban escrita la información. El dispositivo constaba de dos partes fundamentales para su uso. Una de ellas contenía una serie de bobinas en las que iban enrollados los temas de las asignaturas, en las que también incorporó idiomas como el inglés, francés, y la gramática española. La otra parte del prototipo incluía el abecedario y números, para que así los alumnos pudieran formar palabras o textos mediante la presión sus dedos.
La Enciclopedia mecánica se habría como un libro y se podía leer tanto de forma vertical como horizontal. El dispositivo se guardaba en un maletín, también creado por Doña Angelita, donde los alumnos llevarían bobinas intercambiables para cada asignatura.
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Ángela Ruiz Robles con su Enciclopedia Mecánica[/caption]
Esta pieza fue finalmente patentada en 1962 y el Ministerio de Educación y Ciencias de España lo autorizó para que fuera incorporado en las aulas. Sin embargo, Ruiz Robles no encontró financiación para poder desarrollarlo, logrando crear solo un ejemplar, el cual fue elaborado con materiales como bronce, zinc y madera, teniendo un peso de 4 kilos, una altura de 24 centímetro por 22 centímetros de ancho y 6 de fondo.
Ocho años más tarde, Doña Angelita recibió una propuesta desde Washington, Estados Unidos, para desarrollar el dispositivo, pero ella quería que fuera primero creado y utilizado en su país. Fue así como al siguiente año, el Instituto Técnico de Especialistas en Mecánica Aplicada S.A, realizó un presupuesto, cambiando algunos materiales por plástico, nylon y acero. Sin embargo, la inversión inicial era unos 600 euros actuales, lo que para ese entonces, era imposible de pagar para la maestra.
Fue así como la Enciclopedia mecánica nunca llegó a ser utilizada por los niños, pero sí condujo a la creación del dispositivo electrónico que hoy es conocido para leer, escribir y almacenar libros.
Ángela Ruiz Robles falleció a los 80 años, el 27 de octubre de 1975 en Ferrol, luego de una vida centrada en mejorar la educación en su país y reconocida por el Ministerio de Educación, universidades españolas y entidades en Francia y Bélgica.
Su vida y la importancia de sus innovaciones condujeron a que la Sociedad Científica Informática de España creara el Premio Ángela Ruiz Robles en su honor, y en 2016 Google le dedicó un doodle en conmemoración del aniversario de su nacimiento. Desde el 2012, sus obras y trayectoria pueden verse en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología de A Coruña, donde está expuesto el prototipo original.