La mujer que lidera la lucha de la ONU contra el cambio climático: "Chile nos da una última chance para que los países reduzcan sus emisiones
Mexicana y diplomática de oficio, la secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático delinea el rol de Chile en la máxima cita ambiental del planeta.
El 9 de mayo de 1992, en el marco de la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, 50 países decidieron crear un organismo al alero de la ONU para combatir el cambio climático, en ese punto, un fenómeno global que ya tenía una amplia evidencia científica y un sonoro respaldo ciudadano.
Fue el nacimiento de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) un tratado ambiental que entre sus principales atribuciones tuvo la creación de la Conferencia de las Partes, o COP, una reunión anual de sus miembros (o partes) para enfrentar el cambio climático.
Desde 2016 que el organismo es liderado por la mexicana Patricia Espinosa, quien acumula tres décadas de una prolifera carrera diplomática, que incluye haber sido secretaria de Relaciones Exteriores de México entre 2006 y 2012 y embajadora de su país en Alemania.
En diciembre, Chile realizará la versión número 25 de la COP, reunión a la que asistirán unas 20 mil personas, entre delegaciones de 196 países y representantes de ONG, en busca que los países acuerden acciones concretas para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero, que están calentando el planeta.
Desde Bonn, Espinosa contextualiza la importancia de esta cita para el país y el planeta.
-¿Cuál es la relevancia de las Conferencias de las Partes?
Hoy los efectos del cambio climático son el principal reto de la humanidad. Y que en el marco de la ONU haya un proceso permanente y continuo que permite mantener la atención sobre este problema, y reunir al mundo completo de manera sistemática, es una buena noticia. Estamos hablando de la supervivencia de la especie humana.
-¿Cuáles son los objetivos específicos que se pretenden conseguir en la COP25?
Los objetivos específicos están plasmados en el Acuerdo de Paris (2015), para limitar el calentamiento global a 1,5 grados. El año pasado, un grupo intergubernamental de expertos emitió un informe que habla de las consecuencias de mantener el calentamiento global en 1,5 grados o 2 grados. Es indispensable que no sobrepase los 1,5 grados. Eso implica que necesitamos una acción más ambiciosa de todos los países. La conferencia en Chile tiene como objetivo dar impulso a esta ambición para que todos los países, empresas, organizaciones de la sociedad civil tomen acciones. Reducir las emisiones implica un cambio radical en nuestra forma de vida.
-¿Qué consecuencias veríamos si la temperatura del planeta aumenta en 2 grados?
El panel habla de diferencias fundamentales. Por ejemplo, la acidificación de los océanos puede provocar la eliminación de los corales y la extinción de muchas especies. También habrá consecuencias en la agricultura y por tanto afectaría la seguridad alimentaria en el mundo.
-¿Qué tan cerca estamos de esa meta?
Estamos todavía muy lejos. La temperatura hoy se ha incrementado casi un grado. Chile nos da una última chance para que los países puedan cumplir sus compromisos e incrementar sus metas para que reduzcan sus emisiones.
Organización en Chile
Chile se comprometió como país organizador de la COP25 con un año de anticipación, luego de que Brasil decidiera retirar su candidatura a la realización de la cumbre. Esto implica que el gobierno debe enfrentar una serie de desafíos organizativos.
-¿Cuál es el rol que juega ONU Cambio Climático en la organización de la COP25?
Esta es una conferencia anual de Las Naciones Unidas, bajo su mandato y eso implica una serie de consideraciones. Trabajamos de manera muy estrecha con las autoridades locales para asegurar el buen funcionamiento y buscar el nivel de seguridad necesario para una conferencia de esta naturaleza, ya que el recinto queda bajo la responsabilidad al cien por ciento de la ONU. Por eso hay que firmar con el gobierno de Chile lo que se conoce como un "acuerdo de sede", que establece las responsabilidades de la ONU y las del país organizativo. También el Secretariado tiene la tarea de apoyar al equipo del gobierno de Chile, que va a estar encargado de los distintos temas de la negociación.
-La ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, envió una carta a la Secretaría pidiendo que se retrasara la realización de la cumbre para 2020, lo que fue desestimado, ¿cuáles fueron las razones?
En el Secretariado estamos muy agradecidos por el esfuerzo que está haciendo el gobierno de Chile, por asumir este compromiso con tan poco tiempo de anticipación. La ministra ha estado involucrada desde el principio y la intención de esa solicitud era buscar condiciones que fueran más favorables. No obstante, algunas delegaciones no estuvieron en posibilidad de apoyar la propuesta de Chile de posponer la conferencia para enero de 2020, ya que tienen una agenda de reuniones muy complicadas y definidas con mucha anticipación.
-Uno de los mayores desafíos es conseguir financiamiento para la cumbre. Se aprobó una ley que permite invertir US$35 millones, pero se requieren cerca de US$100 millones, ¿cómo se podría conseguir el resto de los recursos?
En la gran mayoría de los casos, se busca el patrocinio de agentes del sector privado y, cuando se trata de países en desarrollo, también se puede recibir algún tipo de apoyo de países donantes como Alemania, Italia, Reino Unido, Noruega, o Canadá. Si bien el costo económico es importante, la visibilidad y la proyección del país a nivel internacional que se deriva de un evento de esta naturaleza es realmente sobresaliente.
-¿Cuántas personas estiman podrían venir a la COP25?
En Polonia (2018) hubo unas 23 mil personas que recogieron sus acreditaciones y participaron. Es correcto hablar de unos 20 mil asistentes.
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