Más de 16 meses sin poder ir al teatro, ver espectáculos de danza o ballet, y menos aún de poder asistir a recitales. Esas han sido las consecuencias en la cultura de la crisis sanitaria.
La nostalgia por esa vida pre pandemia es grande. Una reciente encuesta de Puntoticket, junto a empresas, productoras y recintos del sector del entretenimiento, lo confirma: El 84% del público está dispuesto a volver a un show en pandemia.
Las últimas cifras del informe anual de Estadísticas Culturales 2019, publicadas en diciembre 2020, del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, reafirman como esas actividades son parte importante de la vida de muchos y muchas.
En conciertos de música popular, por ejemplo, el informe señala que el número de espectadores fue de 1.351.022 durante 2019. En el caso del teatro infantil la cifra alcanza los 698.239. En teatro adulto fue de 960.636. Para el ballet, la cifra fue 209.605. En danza moderna o contemporánea 280.016, en danza regional y/o folclórica 564.314 y los asistentes a la ópera llegaron a 93.874.
El panorama es incierto, al igual que la situación epidemiológica. ¿Cómo reanudar esas actividades? ¿Cuándo volveran los conciertos? Una nueva iniciativa denominada “La Música Ensaya”, proyecto científico artístico, busca una salida a esa interrogante y crear protocolos seguros para espectáculos en vivo en pandemia.
La iniciativa de la Universidad de Chile, con su Hospital Clínico y la Facultad de Artes a través de la Carrera de Ingeniería en Sonido, junto con la Sociedad Chilena de Autores e Intérpretes Musicales (SCD) y con la colaboración de la Asociación Nacional de Gastronomía Entretención y Cultura (ANAGEC), explorará de manera rigurosa y científica la posibilidad de hacer conciertos con el resguardo sanitario, y con mediciones que lleven a conclusiones y proposiciones sustentables para la convivencia de esos espectáculos en la crisis sanitaria.
Ennio Vivaldi, rector de la Universidad de Chile, dice que este proyecto conjunto con el Hospital Clínico de la U. de Chile y SCD permitirá constatar la posibilidad de hacer con total seguridad espectáculos como conciertos o funciones de teatro, “en la medida en que se respeten protocolos muy estrictos y se tomen medidas con fundamento científico”.
Actividades que tienen una doble trascendencia, por una parte, agrega Vivaldi “apoyar a un sector de la ciudadania que es muy querido por todos, que son los artistas y que se han visto severamente perjudicados por la imposibilidad de tener sus conciertos, sus obras de teatro, en recintos cerrados, pero por otra parte es tremendamente importante para la población en general”.
La pandemia ha perjudicado la salud mental. “Y una de las formas que tenemos de mejorar ese aspecto es a través de disfrutar la música, el arte, el teatro”, destaca Vivaldi. En la medida en que podamos asistir a conciertos, poder ver funciones de teatro, “impactará también en la forma como podremos sobrellevar la pandemia”, dice el rector de la U. de Chile.
Más que entretención. Es una forma de conectarse e involucrarse con el mundo. Ya sea música, teatro, o danza, diversos estudios lo indican: mejoran el bienestar físico y mental. Por ejemplo, un trabajo de las universidades Queen Mary de Londres y Brunel de Uxbridge y publicado en The Lancet, mostró que la música puede ayudar a mitigar el dolor, lo que se traduce en menos medicamentos y mayor bienestar.
Vida cultural en pandemia
En el mundo se han desarrollado diversos ensayos para contar con protocolos sanitarios que hagan viables conciertos y actividades similares en pandemia, explica el inmunólogo director del Centro de VIH del hospital Clínico Universidad de Chile, Alejando Afani, parte de la iniciativa.
“En Chile realizaremos tres experimentos, en los que llevamos bastante tiempo trabajando, es un proyecto científico artístico que necesitamos que sea exitoso para dar cabida a que poco a poco se realicen eventos culturales y que sirva de modelo para la región”, explica el especialista en inmunología.
La base de esta experiencia está en investigaciones extranjeras. Una de ellas, es RESTART-19 de la Facultad de Medicina de la U. de Halle (Alemania), que analizó el riesgo de transmisión de Covid-19 en grandes eventos deportivos y culturales en espacios interiores.
Gracias a la simulación de tres conciertos, en tres escenarios diferentes y con un total de 4.000 asistentes, RESTART-19 determinó que reducir la capacidad del lugar, tener múltiples entradas y ventilación adecuada, impactan en reducir los contagios.
El estudio alemán recomienda que las áreas de espera sean al aire libre, el uso de mascarillas en el concierto y personal que asegure que las personas cumplan con las reglas de higiene. “Los eventos tienen el potencial de alimentar la epidemia al propagar patógenos, pero si se mantiene un concepto de higiene, el riesgo es muy bajo”, señaló el investigador a cargo Rafael Mikolajczyk, del Instituto de Epidemiología Médica de la U. de Halle.
Experiencias en España desde diciembre del 2020 revelan resultados similares. En un estudio a 465 asistentes a un concierto experimental, ninguno resultó contagiado con Covid-19. En países como Portugal, Holanda e Inglaterra, experimentos de 500 a 1.500, también se probó la eficacia de medidas óptimas en conciertos en pandemia.
Esas investigaciones no se han hecho en América Latina. Por lo que el trabajo en Chile podrá servir de antecedente, dice Afani, quien resalta las condiciones actuales del país con más del 60% de la población inmunizada con dos dosis y baja en la positividad, que permiten estas pruebas.
¿Cómo será el estudio en Chile? “El objetivo central es generar ensayos para lograr un protocolo y condiciones óptimas para la correcta realización de conciertos en vivo y actividades similares evitando posibles rebrotes”, dice Afani.
Serán tres los conciertos. El primero, el jueves 19 de agosto con 200 asistentes con dos dosis de vacuna, se efecturará en la Sala SCD Egaña (La Reina, Santiago), donde el grupo nacional Chancho en Piedra será el encargado del espectáculo. La actividad será gratuita y la convocatoria se hará en las redes y web de la SCD (scd.cl).
Felipe Ilabaca, integrante de Chancho en Piedra reconoce el honor participar de un estudio tan relevante, “la primera acción real y concreta para buscar las formas en que la música pueda volver en serio a ocupar el sitial que merece”.
Tal cómo se han abierto opciones para el turismo, la gastronomía o el deporte, Ilabaca dice que “la música también necesita su espacio y su oportunidad para mostrar que puede desarrollarse en pandemia con los resguardos necesarios”.
A través de estos ensayos clínicos se podrá dar continuidad a la música, subraya Rodrigo Osorio, Presidente SCD: “Y darle continuidad a la música es permitir que existan alternativas bajo las cuales se puedan seguir desarrollando eventos indistintamente de la condición que se encuentre en el plan Paso a Paso”.
Actualmente, por ejemplo, el cambio entre Fase 2 y Fase 3, dice Osorio hace muy difícil la planificación con aforos más contundentes de 500, 1.000 personas o más. Gracias a la información de este estudio se pueden dar alternativas al Ministerio de Salud para que los espectáculos se realicen indistintamente de la Fase de una localidad determinada.
“Nosotros queremos que la música esté presente en los escenarios, que la gente vaya a ver en condiciones seguras los eventos y queremos darle continuidad, viabilidad y sustentabilidad al mundo de la música, las artes y el espectáculo”, dice Osorio.
Medidas sanitarias
Como estudio científico deben cumplirse normas y etapas a cargo de la U. de Chile. Entre ellas, la toma de PCR previo al concierto, que los asistentes cuenten con esquema de vacunación completo y el pase de movilidad activo, el uso de mascarillas en todo momento y sin excepción, higienización de espacios (sanitización de butacas y escenario antes del concierto); higienización de manos, medición de CO2 a través de medidores creados por la U. de Chile (ver infografía), además de presentar al comité de ética institucional el consentimiento informado.
Afani añade que ocho días luego al concierto a todos los asistentes se les tomará nuevamente PCR y todas esas indicaciones serán explicadas a los asistentes en una reunión por Zoom. Cuando se tengan los resultados y análisis de esa primera experiencia, se avanzará en un segundo y tercer evento.
Afani señala que la iniciativa ya se la comunicaron al Ministerio de Salud, a quienes enviaron el proyecto escrito.
“Si esto funciona exitosamente, como esperamos, haremos un segundo y un tercer evento y así poder dar cabida a que se reinstalen otras actividades culturales, como el teatro, para darle seguridad a los artistas y a los asistentes”, explica Afani.
Es importante, añade Afani que hacer estas actividades no implica un ambiente de absoluta normalidad, “sino que estamos en una desescalada de actividades y que se premia a quienes tienen pase de movilidad, para que tomen las medidas de autocuidado”.
Los resultados del primer ensayo clínico serán dados a conocer en septiembre. Las fechas de las siguientes actividades son flexibles y dependerán del estado general de la situación de positividad.
El segundo concierto sería para 400 personas, con fechas probables entre el 23 de agosto y el 10 de septiembre, en el Club Amanda, orientado a población con dos dosis de vacuna. El tercero, para más de 500 personas, con fecha probable post fiestas patrias, sería para un público con una o dos dosis de vacunas.
“Necesitamos urgentemente volver a sentirnos útiles para una sociedad acongojada”, dice Ilabaca sobre las esperanzas que hay en este estudio. Entre las muchas cosas que evidenció la pandemia, añade quizás una de las más importantes fue la necesidad de buscar referentes en la cultura y las artes, “específicamente en la música, para encontrar un vehículo que ayudara a expresar, entender e interpretar emociones tan fuertes como las que hemos vivido”.
Quedó clara la necesidad, señala Ilabaca “de volver a sentirnos parte de una sociedad viva y conectada en su devenir”. Y en eso la música y los músicos han jugado un rol fundamental, “pues esa característica articuladora es condición inherente a nuestro oficio”. Pero para volver a sentirse completamente parte de la comunidad las y los músicos necesitan volver a los escenarios en vivo, dice “pues tal conexión sólo es parcial en la virtualidad”.