El 2 de marzo de 1972, la Nasa lanzó la nave Pioneer 10, primera sonda que atravesó el cinturón de asteroides y que llegó hasta el planeta Júpiter, el objetivo principal de su misión.

La nave, que cumple 50 años de viaje, siguió su camino hacia el confín del Sistema Solar hasta que se perdió contacto con ella en 2003 cuando se encontraba a 12.000 millones de kilómetros de la Tierra. En la actualidad, la nave se dirige hacia la estrella Aldebarán, en la constelación de Tauro, adonde llegará dentro de 1.690.000 años.

Constelación de Tauro.

Lo que hace célebre a esta nave es que contiene una placa inscrita con un mensaje simbólico que informa a la civilización extraterrestre que pudiese interceptar la sonda acerca del ser humano y su lugar de procedencia, la Tierra, una especie de “mensaje en una botella” interestelar. Esta placa fue fabricada en aluminio anodizado en oro, debido a que este elemento tiene ciertas propiedades que hacen que se degrade mínimamente, informa Wikipedia.

En la placa aparece, a la derecha, la imagen de la sonda con el único fin de dar proporción a las dos figuras humanas dibujadas delante, una femenina y otra masculina.

A la izquierda, figuran un haz de líneas que parten radialmente de un mismo punto; ese punto es el planeta Tierra; las líneas indican la dirección de los púlsares más significativos cercanos a nuestro sistema solar y en cada uno, en sistema de numeración binario, la secuencia de pulsos de cada uno; este apartado constituye nuestro “domicilio” en el Universo; una civilización técnicamente avanzada, con conocimiento de los púlsares, podría interpretar la placa.

La ilustración que carga la Pionner 10, por siu algún día es encontrada por una civilización alienígena.

En la parte inferior se representa un esquema del Sistema Solar, con los planetas ordenados según su distancia respecto al Sol y con una indicación de la ruta inicial de la Pioneer 10.

Arriba del conjunto, a la izquierda, se muestra, también con indicaciones en sistema binario, el espín de una molécula de hidrógeno, el elemento más común en el Universo.

La placa fue diseñada y popularizada por el astrónomo y divulgador científico estadounidense Carl Sagan y por el también astrónomo estadounidense Frank Drake. Fueron dibujadas por Linda Salzman Sagan.