
La Niña cerca de su fin: informe advierte llegada de nuevo fenómeno que modificará el clima del país
Análisis de la Universidad San Sebastián revela algunas claves del otoño y la influencia de La Niña y El Niño.

Chile entró de lleno en el otoño, una estación marcada por un clima inestable. Días de calor y días de frío y lluvia conviven durante la semana. El último fin de semana pasado fue prueba de aquello; el sábado fue una jornada calurosa, mientras que el domingo fue lluvioso, estableciendo el inicio de otoño con más agua caída en la última década.
Bajo este escenario, la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad San Sebastián dio a conocer su último informe hidroclimático, el que entrega pistas de cómo será el clima en el país durante el otoño y los próximos meses.
El documento sostiene que en abril de 2025, las condiciones de La Niña continúan en salida, y se espera una transición a un estado neutral del Fenómeno Niña-Niño (ENSO) en el próximo mes. También se prevé que estas condiciones neutrales persistan durante el invierno del hemisferio sur, con una probabilidad del 62% entre junio y agosto de 2025.
La Niña cerca de su fin: informe advierte llegada de nuevo fenómeno que modificará el clima del país
Paula Santibáñez, directora del Observatorio Climático de la Facultad de Ciencias de la Naturaleza USS, y autora del estudio, señala que aunque actualmente se espera que las condiciones neutrales prevalezcan, no se puede descartar completamente la formación de un evento de El Niño desde la primavera hacia finales de 2025.
Las lluvias continuarían siendo inferiores al promedio histórico en regiones desde Valparaíso hasta Magallanes. La persistencia del déficit hídrico seguirá siendo un problema importante, especialmente en la zona central, lo que implica que las estrategias de gestión del agua deberán continuar vigentes, indica Santibáñez.

Se espera que los episodios de calor intenso sean menos frecuentes que en meses anteriores, pero aún se prevén días cálidos intercalados con descensos transitorios de temperatura, típicos de la transición estacional. “Entre marzo de 2024 y 2025 se produjo una disminución significativa en la cobertura vegetal de diversas áreas de la zona central de Chile, particularmente en valles interiores y sectores precordilleranos con intensa actividad agrícola”, indica esta última.
Raúl Cordero, climatólogo de la Universidad de Santiago, establece que gracias al debilitamiento de La Niña los riesgos de que este sea un año hiperárido van a la baja. “Esto hace menos probable que este sea un otoño o invierno de récords absolutos negativos. Aunque el alza de la temperatura superficial del Pacífico tropical registrada en los últimas semanas mejora nuestros chances de precipitaciones, nadie está en condiciones de asegurar que tendremos récords positivos de precipitaciones. En resumen, aunque aún incierto, el panorama en lo que se refiere a la lluvia, ha ido mejorando progresivamente en los últimas semanas”.
En cuanto a la posible aparición de El Niño, los pronósticos actuales indican una probabilidad baja durante el resto del año. Específicamente, las estimaciones sugieren que la posibilidad de desarrollar un evento de El Niño aumenta gradualmente desde un 1% en el período de abril a junio hasta un 20% entre noviembre de 2025 y enero de 2026, señala el estudio.
Informe revela cómo estará el clima en Chile: calentamiento del Pacífico
Es importante destacar que las predicciones realizadas durante la primavera suelen tener una mayor incertidumbre debido a la conocida “barrera de previsibilidad de primavera”. Por lo tanto, aunque actualmente se espera que las condiciones neutrales prevalezcan, no se puede descartar completamente la formación de un evento de El Niño hacia finales de 2025, explica Santibáñez.
“La transición a condiciones neutrales podría implicar una recuperación parcial de los patrones de lluvia habituales. Sin embargo, es esencial considerar que, en el contexto del cambio climático, las tendencias históricas están siendo alteradas, introduciendo incertidumbre en las proyecciones climáticas”, agrega la responsable del informe.
Cordero señala que el marcado debilitamiento de La Niña ha mejorado las chances de que este sea un año extraordinariamente seco, al menos en la zona central. “A esto se suma El Niño costero, es decir, el calentamiento anómalo en el Pacífico tropical oriental. La influencia de El Niño costero en las precipitaciones no está clara como en el caso de El Niño, pero sería sorpresivo que este otoño fuese particularmente seco en Chile central-sur, considerando las temperaturas en el Pacífico”.
Además, estudios recientes indican que las “megasequías” han aumentado en duración e intensidad en los últimos 40 años, afectando regiones como Chile. Esto subraya la necesidad de implementar estrategias de adaptación y gestión sostenible de los recursos hídricos, independientemente de las fluctuaciones de fenómenos como La Niña, argumenta Santibáñez.
Esta evolución de El Niño a La Niña, está influyendo en los patrones climáticos observados en el país, revela el informe.
Las recientes lluvias en la Región Metropolitana interrumpieron una prolongada sequía de más de 150 días. Sin embargo, a pesar de este evento puntual, se prevé que en abril las lluvias continúen siendo inferiores al promedio histórico en regiones desde Valparaíso hasta Magallanes. La persistencia del déficit hídrico seguirá siendo un problema importante especialmente en la zona central, lo que implica que las estrategias de gestión del agua deberán continuar vigentes, argumenta Santibáñez.

Es importante destacar que, aunque la transición a condiciones neutrales podría favorecer cierta normalización de las lluvias, la influencia del cambio climático sigue agregando incertidumbre a estas proyecciones.
Con respecto a la temperatura, el informe señala que la zona Central (Valparaíso, Región Metropolitana, O’Higgins) registrará temperaturas diurnas que oscilarán entre 23 °C y 29 °C, con mínimas que podrían descender hasta 4 °C en noches despejadas. Aunque se espera que los episodios de calor intenso sean menos frecuentes que en meses anteriores, aún se prevén días cálidos intercalados con descensos transitorios de temperatura, típicos de la transición estacional. Por ejemplo, en Rancagua, se anticipan temperaturas máximas entre 23 °C y 29 °C durante la primera quincena de abril.
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