Varios estudios encontraron evidencia de que el virus Covid-19 puede permanecer suspendido en el aire en partículas de aerosol y transmitirse por vías aérea. Esto plantea la interrogante de cuál es el rol de los sistemas de ventilación y aire acondicionado en la propagación del coronavirus.
Al respecto, la Federación de Asociaciones Europeas de Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado REHVA redactó un documento sobre cómo operar las instalaciones térmicas y de ventilación durante la actual pandemia. La recomendación principal es aumentar la ventilación y la extracción, asegurando una ventilación con aire proveniente 100% exterior sin permitir recirculación para ayudar a controlar la transmisión aérea de Covid-19 en edificios.
Es importante aplicar estas medidas en edificios comerciales equipados de sistema de ventilación, para asegurar calidad de aire a clientes y trabajadores, a pesar del costo que ello pueda implicar el consumo de energía con la llegada del invierno.
Los edificios residenciales en Chile, en su gran mayoría no cuentan con sistemas de ventilación controlada, o están solo equipados de extractores de aire en baños por lo que no tienen problema de recirculación de aire viciado. Además, su alta tasa de infiltración hace que el aire interior se renueva de manera natural.
Sin embargo, es muy importante que, aún en los meses fríos, se abran las ventanas en distintos momentos del día para que las viviendas puedan mantener su aire limpio, no solo del posible virus, sino también de los contaminantes intradomiciliarios que pueden agudizar enfermedades respiratorias de cualquier índole.
Apuntando a lo mismo, la Sociedad Estadounidense de Ingenieros de Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado ASHRAE sostiene que existen “varias estrategias efectivas para controlar la transmisión” incluyendo particularmente “flujos direccionales de aire, presurización de zonas, sistema central de filtración e irradiación germicida ultravioleta (UVGI)”, pero recuerda que los “espacios interiores no acondicionados pueden causar a las personas estrés térmico que puede amenazar directamente su vida y que también puede reducir su resistencia a las infecciones”.
Proporcionar un aire sano y saludable para los ocupantes de edificios debe ser una prioridad en esta crisis sanitaria, cuando alrededor de 6 millones de personas están confinados en casa. Para eso es urgente actualizar los estándares pocos exigentes del Articulo 4.1.10 de la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones OGUC (que cumplirán 15 años en 2022), y añadir nuevas normas que definen y exigen el uso adecuado de ventilación mecánica dentro de estas regulaciones térmicas para facilitar un control eficiente de la temperatura y humedad relativa interior, a la vez que disminuir la contaminación intradomiciliaria.
* Investigador Centro de Desarrollo Urbano Sustentable y de la Facultad de Arquitectura UC