Mirar nuestro teléfono, el computador, la televisión y otros dispositivos es algo que hacemos cotidianamente y por muchas horas. Estos aparatos emiten una luz azul, que también está presente en fuentes naturales como el sol. Así pues, un 25% de la luz blanca es, en realidad luz azul, un componente natural y necesario.
Sin embargo, la luz visible de los LED y las pantallas tiene un porcentaje mucho mayor que las luces naturales, lo que puede provocar fatiga y estrés visual por su alta energía.
Un reciente estudio publicado en la revista Frontiers in Aging reveló un nuevo problema: la exposición crónica de luz azul está afectando nuestras funciones celulares básicas, y con ello acelerando nuestro envejecimiento.
La investigación se llevó a cabo en una mosca de la fruta, un organismo análogo apropiado porque compartimos los mismos químicos de señalización en las células. “Existe la posibilidad de que la luz azul tenga efectos negativos en los humanos”, dijo en un comunicado Jadwiga Giebultowicz, profesora en la Universidad Estatal de Oregon, EE.UU y autora principal de este estudio.
El envejecimiento a nivel celular ocurre cuando las células dejan de repararse y de producir nuevas células sanas, lo que afecta no solo en la apariencia, sino también todo el cuerpo. Esto sumado a los efectos que ya se conocían, como que el uso excesivo de pantallas se ha relacionado con la obesidad y con problemas psicológicos.
“La exposición excesiva a la luz azul de los dispositivos cotidianos, como televisores, computadores portátiles y teléfonos, puede tener efectos perjudiciales en una amplia gama de células de nuestro cuerpo, desde la piel y las células grasas hasta las neuronas sensoriales”, afirmó Giebultowicz.
El nuevo estudio identificó a los metabolitos como un indicador esencial de la función celular y demostró que estos se alteran significativamente ante la exposición de luz azul. “Comparamos los niveles de metabolitos en las moscas expuestas a la luz azul durante dos semanas con las mantenidas en completa oscuridad”, explicó Giebultowicz.
Más específicamente, vieron que los niveles de succinato en las moscas aumentaban bajo una luz azul excesiva. “El succinato es esencial para producir el combustible para la función y el crecimiento de cada célula”, explicó Giebultowicz, y agregó que “otro descubrimiento preocupante fue que las moléculas responsables de la comunicación entre las neuronas, como el glutamato, se encuentran en el nivel más bajo después de la exposición a la luz azul”.
Anteriormente los investigadores del estado de Oregon ya habían demostrado que cuando se exponía a la mosca de la fruta a luz azul, los genes protectores del estrés se disparaban, mientras que las que se mantenían en la oscuridad vivían más tiempo.
Los cambios registrados por los investigadores sugieren que las células al ser expuestas a luz azul constante operan a un nivel subóptimo, y eso puede causar su muerte prematura.
“Los seres humanos en las sociedades avanzadas están expuestos a la luz azul a través de la iluminación LED durante la mayor parte de sus horas de vigilia”, explica la autora del estudio. “Nuestro estudio sugiere que evitar la exposición excesiva a la luz azul puede ser una buena estrategia antienvejecimiento”
Pero pese a estas conclusiones, los investigadores concluyen que hay que estudiar estos efectos en los humanos, ya que las moscas fueron expuestas a dosis de luz azul “bastante fuertes” y la mitad de la vida de la mosca, lo que equivale en humanos a unos 35 años continuos de exposición.
Además, hacen el alcance de que los humanos estamos expuestos a luces menos intensas, por lo que el daño celular puede ser menor.
“Los resultados de este estudio sugieren que se necesita investigación futura con células humanas para establecer hasta qué punto las células humanas pueden mostrar cambios similares en los metabolitos involucrados en la producción de energía en respuesta a una exposición excesiva a la luz azul”, finalizó Giebultowicz.
Mientras tanto, hay algunas cosas que las personas pueden hacer para apaciguar la luz azul, como usar anteojos con filtro azul certificado para proteger las retinas y algunos teléfonos y las computadoras pueden configurar el dispositivo para bloquear las emisiones azules.