La probabilidad de contagio es de 0,01%: cómo actúa el Covid en las superficies y qué tan necesaria es la desinfección
Al inicio de la pandemia, varios estudios hablaron de la viabilidad del virus en superficies. Actualmente, el panorama es diferente.
La pandemia del Covid-19 fue declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una emergencia de preocupación internacional el 30 de enero de 2020. Desde entonces, dos años después ya existen millones de contagios alrededor del mundo.
A pesar de esto, algunos países están dejando de lado varías medidas sanitarias. Unos eliminándolas por completo, mientras que otros dan libertades con ciertas limitaciones.
Al inicio de la pandemia, una de las practicas más comunes adoptadas para prevenir los contagios, además del uso de mascarillas y el lavado de manos, era la desinfección de las superficies, debido a la viabilidad del virus en estos medios. Sin embargo, las personas han olvidado lentamente esta medida.
Actualmente, se comprobó que el riesgo de infección por fómites –cualquier objeto inanimado que puede ser contaminado por un virus y transportarlo– es bajo y que la mayor probabilidad de contagio es a través de la exposición de gotitas respiratorias que portan el virus, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Entonces, ¿cuántas son las posibilidades de infectarme con SARS- CoV-2 por tocar una superficie contaminada? Según Intramed, esta probabilidad se reduce a 1 en 10.000, es decir, un 0.01%.
El infectólogo y académico de la Universidad de Santiago, Ignacio Silva afirma que al inicio de la pandemia se tomó la desinfección como una medida de precaución, pero que “hasta la fecha se ha visto que esta vía de contagio es muy poco efectiva”. Además, la campaña de higiene, como el lavado de manos y el uso de alcohol gel, “también ha disminuido enormemente esta probabilidad”.
Efecto de las mucinas en la infectividad
Un investigación reciente destaca el rol de la mucosa para frenar el contagio del virus por fómites, relacionando el mismo mecanismo que usa el Covid-19 para expandirse por vía aérea, pero en este caso, ante distintas superficies.
El estudio utilizó saliva de vaca –que es similar a la saliva humana– y otro tipo de virus, el coronavirus humano OC43, el cual tendría una estructura similar al Covid-19, según los investigadores. El OC43 puede infectar tanto personas como a bovinos, en la población humana es considerado endémico y causa infecciones leves del tracto respiratorio, aunque también puede llegar a dar complicaciones graves.
Para generar los fómites, el virus fue diluido y administrado a medios completos o soluciones suplementadas con mucinas –una de las principales proteínas salivales y parte de la barrera mucosa– en concentraciones que representaran su presencia natural en la saliva y mucosa: entre 0,1% y 5%.
Aplicaron estas muestras en variadas superficies y esperaron distintos lapsus de tiempo hasta que estas gotas creadas se evaporaran. Luego se sometieron a cultivos celulares para ver si el virus infectaba las muestras y esperaron cinco días.
¿El resultado? El virus tenía casi un 96% de menos de probabilidades de infectar a un individuo por contacto directo de fómites, a causa de la mucina en un 2,5%. En una concentración de 5% las posibilidades se redujeron aún más, presentando un 99,9%. Mientras que las muestras sin mucina permanecieron altamente infecciosas.
De este modo, se encontró que las mucinas bovinas podrían inhibir la infección de células vivas, además de tener un rol importante y complejo en la defensa de los huéspedes.
El infectólogo Ignacio Silva relaciona a la mucosa –de la boca, los ojos o la nariz– como una puerta de entrada del virus en caso de que alguien con SARS-CoV-2 expela estas partículas virales.
Otros estudios han demostrado que el virus puede quedarse mucho tiempo en mesas, vidrios, metales o plásticos. Sin embargo, los investigadores señalan que “el papel de las mucinas y su estructura molecular no se han caracterizado bien en los estudios de transmisión de coronavirus. Los estudios de laboratorio que predicen altas tasas de transmisión por fómites no se han traducido en infecciones del mundo real, y las mucinas pueden ser una de las culpables”.
¿A qué se debe esto?
El coronavirus tiene unas proteínas, llamadas proteínas Spike, que son las que les permiten adherirse a las células del huésped. Las mutaciones en estas proteínas son las causantes de que variantes como Ómicron sean más transmisibles.
En el estudio que involucró a OC43, el coronavirus bovino, se demostró que estas proteínas se “llenaban” después de unos minutos por la presencia de estas otras proteínas presentes en la mucosa. Esta unión se vería estimulada mientras se pierde el liquido circundante y se empiezan a secar las gotas.
Mientras que, cuando el virus está por vía aérea, sigue húmedo y aún tiene proteínas libres que se pueden unir a las células sanas.
Según estos resultados, desinfectar las superficies no sería una gran necesidad.
Respecto al Covid-19, la infectóloga de la Clínica Santa María, Claudia Cortés, afirma que “las medidas de prevención del coronavirus pandémico, que es lo importante y que es lo que hay que recalcar, es el uso de mascarilla y la ventilación de los espacios. Este es un virus que se transmite mayoritariamente por vía aérea y no por contacto”, por lo tanto no tiene ningún sentido desinfectar, por ejemplo, las suelas de los zapatos.
Así mismo, Cortés destaca que es difícil extrapolar este estudio a seres humanos o a otros coronavirus como es el SARS-CoV-2.
Mientras que Silva afirma que “el tema de la desinfección de superficies debería ser habitual, no solo por el Covid, por distintas infecciones respiratorias y gastrointestinales que se pueden contagiar a través de superficies contaminadas. Así que es una buena práctica para mantener (…), pero no tiene un gran impacto en la transmisión del Covid”.
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