Ser padre hoy no es siempre sinónimo de involucrarse en el cuidado de hijos o hijas. Lo evidencia la elevada cifra de deudores de pensiones de alimentos en Chile. Una realidad que desnudó en 2020 la aprobación del primer retiro del 10% de las AFP: Tan solo el 16% de los padres separados, divorciados o que no viven con la madre de sus hijos, cumplen mensualmente ese compromiso. El resto, el 84%, no paga o no lo hace a tiempo.
No hay participación equitativa en cuidado y crianza. Ello pese a que en 2013 se realizó una importante modificación al Código Civil y otros textos legales gracias a la Ley 20.680, que establece la corresponsabilidad parental, e indica que, “ambos padres, vivan juntos o separados, participarán en forma activa, equitativa y permanente en la crianza y educación de sus hijos”. Antes se establecía legalmente que era tarea exclusiva de la madre.
Sin embargo, en la práctica son principalmente las mujeres las que cuidan, crían y hacen tareas domésticas. Muchos estudios e investigaciones lo demuestran. Lo dejó en claro en 2020, el realizado por el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales en conjunto con ONU Mujeres y el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género: el 38% de los hombres destina cero horas semanales a tareas domésticas, el 57% cero al cuidado de niños y el 71% cero al apoyo escolar de sus hijos.
La plena participación de los hombres en tareas de cuidados es una revolución necesaria. Una tarea urgente, clave para el desarrollo de familias y sociedades, sostiene el último informe State of the World’s Fathers 2021 (El Estado de los Padres en el Mundo) publicado el 15 de junio y realizado por Promundo Global y MenCare International, que cuenta con ediciones previas en 2015, 2017 y 2019.
Impactar las estructuras de poder, las políticas y las normas sociales en torno al trabajo de cuidados y promover la igualdad de género, es lo que el informe busca. A nivel mundial, las mujeres realizan de tres a diez veces más trabajo doméstico y de cuidados no remunerado que los hombres. A ese ritmo, dice el reporte, al mundo le faltan 92 años para lograr la igualdad de género en el trabajo de cuidados no remunerado.
Paternaje
State of the World’s Fathers 2021 se publicó junto con el lanzamiento de la Campaña de Paternidad MenCare Chile bajo el lema “Cuidar también es tarea de hombres”.
Una frase sencilla, pero que involucra un gran cambio. Pensada en un contexto de pandemia, el llamado es a “estar presente y disponible, equilibrando trabajo y paternidad, con corresponsabilidad, y atento a las necesidades de sus hijos e hijas”, indica Francisco Aguayo investigador en paternidad, director de EME. El llamado es a deconstruir la idea de que el cuidado es un asunto principalmente de las mujeres.
Douglas Mendoza Coordinador de la campaña MenCare América Latina, enfatiza que hoy uno de los grandes desafíos es que los hombres se sientan parte del cuidado integral de sus hijos e hijas, e introducir el concepto de Paternaje, es decir, “la promoción de paternidades activas y amorosas”. Conectarse y comprometerse con hijos e hijas desde que nacen.
A través del paternaje, dice Mendoza, se busca dejar en claro que hay diversos modos en que hombres se inician en los cuidados. Además, que la paternidad no nace exclusivamente de un asunto biológico. “Ya sea con sobrinos, sobrinas, ahijadas, ahijados, o niños que cuidan que no son sus hijos, ellos cuidan. Lo que queremos reconocer es que la paternidad no se inicia con el nacimiento del hijo, sino con el proceso de cuidar a niños y niñas. El paternaje visibiliza esos cuidados”, subraya.
La actual distribución de cuidados es insostenible y desigual. Y la pandemia, al igual que en otras áreas, implicó una crisis, aclara Aguayo: “Estudios en pandemia muestran que tres cuartos de las tareas de cuidado fueron absorbidos por las madres. Previo a esto mucha gente pensaba desde el sentido común que la igualdad de género se alcanzó, pero las cifras muestran otra cosa. Por eso queremos colocar esa idea de que las funciones de cuidado y crianza también son tareas de los papás”.
¿Por qué el cambio es tan lento? Hay una serie de razones subyacentes, detalla el estudio de Promundo Global. Se incluyen entre otros: siglos de políticas, normas laborales, discursos y currículos educativos que han reforzado la norma de que el trabajo de cuidados no remunerado es mayoritariamente de mujeres y responsabilidad de las niñas, “mientras que la participación en la fuerza laboral o la generación de ingresos se considera responsabilidad de los hombres, incluso dado que las mujeres son cada vez más parte de la fuerza laboral remunerada”.
“Las políticas en América Latina son maternalistas depositan o refuerzan en las madres todo el tema del cuidado, y los hombres son colocados en el mundo del trabajo”, señala Aguayo.
En ese sentido, State of the World’s Fathers 2021 propone promocionar ese cuidado o paternaje, en especial en tiempos de pandemia. “Para que los hombres puedan involucrarse en los cuidados necesitamos licencias de paternidades equitativas y no transferibles, para que tengan un tiempo remunerado para cuidar a sus hijos recién nacidos, donde no sean las madres las únicas que cuiden y ellos”, dice Mendoza.
En Chile, por ejemplo, para 2019, a siete años de la Ley de Posnatal Parental, que busca que los hombres cuiden a sus hijos recién nacidos, solo se habían registrado 1.556 traspasos a hombres, es decir, el 0,23% del total de permisos de postnatal parental iniciados hasta esa fecha.
Otro punto, son políticas sociales que estimulen a que sean ellos cuiden a niños y niñas. “También son importantes las condiciones laborales, que para que ellos puedan asistir a controles pre natales, a las vacunas, a escuelas”, dice Mendoza. Ayudaría en ese sentido, añade, que hombres en puestos públicos rindan cuenta del tiempo que usan para cuidar a sus hijos y cómo se involucran.
Revolución urgente
Un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) encontró que antes a la pandemia, el 42% de las mujeres en edad de trabajar dijo que sus responsabilidades de cuidado y trabajo doméstico no remuneradas los dejó incapaces de realizar un trabajo remunerado, en comparación con solo 6% de los hombres.
En Chile, datos del Instituto Nacional de Estadísticas señalan que en trimestre octubre-diciembre de 2020, un 33,9% de las mujeres declaró como razón principal para no participar en el mercado laboral motivos familiares permanentes. Solo un 1,7% de los hombres da esa razón, y para ellos la principal es estar estudiando (38,4%).
“Si queremos disminuir la desigualdad social los hombres tenemos que involucrarnos en el trabajo de cuidado y asumirlo de la misma manera que las mujeres para que ellas tengan más oportunidades laborales”, indica Mendoza.
Se debe insistir desde la política pública como, por ejemplo, transformar los sistemas de salud para que los hombres se acerquen al cuidado de salud de sus hijos. Hoy solo se promueve un vínculo madre e hijo, ellos necesitan participar en el parto humanizado, ejemplifica Mendoza.
“Que se promueva además una política de salud masculina, donde los hombres nos acerquemos a las unidades de salud para cuidarnos y así poder cuidar a hijos e hijas. El cuidado tiene que ser un tema político, al cual los hombres debemos destinar más tiempo”.
Cuidar es algo que se socializa. Y ha sido considerado un dominio de las mujeres, explica Aguayo, algo que es aún peor en las tareas domésticas, tal como los estudios dejan en claro.
“Los hombres entran en el espacio de los cuidados, pero solo en algunas áreas. Las tareas de cuidado permanente son resueltas por las mujeres, ellas hacen lo más pesado y permanente. Sacar la basura, comprar, esas son las cosas que hacen los hombres con más frecuencia”, dice Aguayo.
En un momento como actual, resalta Aguayo, con relevantes cambios históricos, “una de las cosas en juego son las relaciones de género”. El feminismo por muchos años ha interpelado a los hombres para que no ejerzan violencia. Pero también para que se involucren activamente en tareas domésticas. “Es un momento histórico para avanzar en instituciones que permitan eso, que nos permita tener postnatales masculinos más largos, por ejemplo. Necesitamos más servicios de consejería y ayuda en salud mental, porque con la pandemia esto explotó”.