Chile enfrenta una compleja situación hídrica, agravada debido a que el 76% de la superficie del país está afectada por sequía, desertificación y suelo degradado.
En este contexto, donde cada chileno tiene asociada una huella hídrica diaria de 3.200 litros de agua, nuestro país se ubica dentro de las 30 naciones con mayor riesgo hídrico en el mundo al año 2025. La enorme riqueza del país está en sus 24.000 glaciares, los que representan el 82% de los glaciares del continente. "Lamentablemente los estamos destruyendo cuando debieran ser tratados como oro hídrico.
Pese a que el agua cubre el 70% de la superficie del planeta, el 97% de ella es salada. Solo el 2,5% del agua de la Tierra es dulce, pero con un problema extra: el 90% de ella está congelada. En definitiva, la humanidad depende del 0,5% del agua dulce de depósitos subterráneos y del minúsculo 0,01 de ríos y lagos.
El problema es que, a nivel global, el uso del agua se ha ido incrementando un 1% anual desde los años 80 del siglo pasado. Las razones se explican en el aumento de la población, el desarrollo económico y modificaciones en los modelos de consumo.
En este contexto, y según el Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos No dejar a nadie atrás, se proyecta que el incremento de un 1% por año se mantendrá, al menos, hasta el 2050, lo que representa un aumento del 20 al 30% por encima del nivel actual de uso y consumo del agua.
Está claro: el agua es un bien escasísimo. Y por eso, en la actualidad, más de 2.000 millones de personas viven en países que sufren una fuerte escasez del elemento.
Otro dato revelador que da cuenta de la actual crisis hídrica: 4.000 millones de personas padecen una grave escasez de agua durante al menos un mes al año.
Hoy, tres de cada diez personas en el mundo no tienen acceso a agua potable segura.
Lo preocupante es que los niveles de escasez de agua seguirán aumentando a medida que aumenta su demanda y se intensifiquen los efectos del cambio climático. De hecho, 21 de los 37 principales acuíferos del mundo se están agotando y 13 de ya están en niveles críticos debido a su uso intensivo.
¿Cómo entender la la magnitud del desafío? Por ejemplo, graficando que cada persona requiere entre 2 y 5 litros diarios para beber, pero para producir los alimentos que necesita diariamente se deben gastar entre 3.000 y 5.000 litros de agua. Por esto, la agricultura es el mayor consumidor de agua y, a nivel mundial, usa alrededor del 70% del recurso que se extrae de las diversas fuentes.
Y, enfrentados a una situación de cambio climático, la situación de disponibilidad no hará más que agravarse.
Así, por ejemplo, investigadores del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 de la Universidad de Chile han realizado simulaciones de precipitaciones para Chile evaluando diferentes escenarios de emisiones de efecto invernadero y determinaron que para el 2060 la zona central enfrentará sequías que afectarán de manera especial los cultivos de trigo, lo que equivaldrá a un 52% de ellos, con un monto asociado de 690 millones de dólares.
A todo este complejo panorama se suma el actual Código de Aguas, el cual se ha encargado de "entregar" derechos de aprovechamiento de forma gratuita y a perpetuidad en todo el país constituyendo una vergüenza nacional. Se trata de una legislación que no responde de manera adecuada a la incertidumbre y disminución del agua que plantea el cambio climático, por lo que agrava la emergencia hídrica que vivimos, vulnerando día a día los derechos humanos más básicos de miles de personas.
En medio de este escenario, hay que considerar la enorme riqueza estratégica que Chile posee en sus más de 24.000 glaciares, lo que representa el 82% de los glaciares del continente. Por eso es inentendible que hoy buena parte de nuestros glaciares están siendo amenazados por distintos proyectos mineros. Los estamos destruyendo cuando debieran ser tratados como oro hídrico.
*Director nacional de Greenpeace en Chile