La Tierra pudo ser un mundo de agua hace 3.200 millones de años
Los hallazgos podrían ayudar a los científicos a comprender mejor cómo y dónde surgieron los organismos unicelulares por primera vez en la Tierra.
La Tierra primitiva, hogar de las primeras formas de vida del planeta, podría haber estado completamente cubierta de agua, según publican investigadores en la revista ‘Nature Geoscience’.
Su estudio aprovecha una peculiaridad de la química hidrotermal para sugerir que la superficie de la Tierra probablemente estaba completamente cubierta por un océano hace 3.200 millones de años.
Los hallazgos del grupo podrían ayudar a los científicos a comprender mejor cómo y dónde surgieron los organismos unicelulares por primera vez en la Tierra, destaca Boswell Wing, coautor de la investigación.
“La historia de la vida en la Tierra rastrea los nichos disponibles -apunta Wing, profesor asociado en el Departamento de Ciencias Geológicas de la Universidad de Colorado Boulder-. Si tienes un mundo cubierto por el océano, entonces los nichos secos simplemente no estarán disponibles”.
El estudio también alimenta un debate abierto sobre cómo podría haber sido la antigua Tierra: ¿era el planeta mucho más caliente de lo que es hoy?
“Aparentemente no había forma de avanzar en ese debate -reconoce el autor principal Benjamin Johnson, quien realizó la investigación durante un puesto postdoctoral en el laboratorio de Wing en CU Boulder-. Pensamos que probar algo diferente podría ser una buena idea”.
Para él y Wing, ese algo diferente se centró en un sitio geológico llamado el distrito Panorama, ubicado en el interior del noroeste de Australia. “En la actualidad hay colinas cubiertas de maleza y onduladas que están cortadas por lechos de ríos secos -señala Johnson, ahora profesor asistente en la Universidad Estatal de Iowa-. Es un lugar loco”.
También es el lugar de descanso para un trozo de corteza oceánica de 3.200 millones de años que se ha vuelto de lado. También es el lugar de descanso de un trozo de corteza oceánica de 3.200 millones de años de antigüedad que ha sido girado de lado.
En el transcurso de un día en Panorama, se puede caminar a través de lo que solía ser la capa exterior dura del planeta, desde la base de esa corteza hasta los lugares donde el agua una vez burbujeó a través del fondo marino por medio de respiraderos hidrotermales.
Los investigadores lo vieron como una oportunidad única para obtener pistas sobre la química del agua del océano de miles de millones de años atrás. “No hay muestras de agua oceánica realmente antigua por ahí, pero tenemos rocas que interactuaron con esa agua de mar y recordaron esa interacción”, explica Johnson.
El proceso, añade, es como analizar los granos de café para recopilar información sobre el agua que se vierte a través de él. Para hacer eso, los investigadores analizaron datos de más de 100 muestras de rocas de todo el terreno seco.
Buscaban, en particular, dos sabores diferentes, o isótopos, de oxígeno atrapado en la piedra: un átomo ligeramente más pesado llamado Oxígeno-18 y uno más ligero llamado Oxígeno-16.
Los autores descubrieron que la proporción de esos dos isótopos de oxígeno puede haber estado un poco fuera del agua de mar hace 3.200 millones de años, con solo una pizca más de átomos de oxígeno-18 de lo que verías hoy. “Aunque estas diferencias de masa parecen pequeñas, son súper sensibles”, apunta Wing.
Perdido en el mar
Wing explica que las masas de tierra de hoy están cubiertas por suelos ricos en arcilla que absorben desproporcionadamente los isótopos de oxígeno más pesados del agua, como vacíos minerales para el Oxígeno-18.
El equipo teorizó que la explicación más probable para ese exceso de Oxígeno-18 en los antiguos océanos era que simplemente no había continentes ricos en tierra para absorber los isótopos. Sin embargo, eso no significa que no haya zonas de tierra seca alrededor.
“No hay nada en lo que hayamos hecho que diga que no se pueden tener pequeños continentes que sobresalen de los océanos -admite Wing-. Simplemente no creemos que haya habido una formación de suelos continentales a escala global como la que tenemos hoy”.
Eso deja pendiente la gran pregunta de cuándo la tectónica de placas empujó los pedazos de roca que eventualmente se convertirían en los continentes. Wing y Johnson no están seguros pero planean explorar otras formaciones rocosas más jóvenes en sitios desde Arizona hasta Sudáfrica para ver si pueden detectar cuando las masas de tierra rugieron por primera vez en la escena. “Tratar de llenar ese vacío es realmente importante”, admite Johnson.
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