La triste historia del niño que murió por una ameba “devoradora de cerebros”: ¿qué tan común es este parásito en Chile?

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Imagen microscópica de la ameba. Foto: CDC

El menor falleció después de nadar en un lago y tragarse el microorganismo por la nariz, desde donde llegó hasta su cerebro. ¿Qué tan frecuente es su presencia en el país?


En plena temporada estival en el hemisferio norte, Tanner Lake Wall, un niño de 13 años, procedente de la ciudad de Palatka, en el estado de Florida en EE.UU., llegó hasta el un centro recreacional al norte de ese estado, que incluye un parque acuático y un lago.

El menor enfermó repentinamente, después de nadar en el lago junto a su familia y amigos. Internado de urgencia, el niño fue trasladado por sus padres al Centro Médico Comunitario de Putnam, donde los médicos diagnosticaron a Tanner con faringitis estreptocócica.

Sin embargo, los padres no estaban seguros del diagnóstico y veían con espanto como la condición de su hijo empeoraba velozmente. Ya conectado a soporte vital, los padres del menos desconectaron al niño y lo trasladaron a otro recinto, donde los médicos finalmente dieron con la causa exacta de su estado: Naegleria fowleri, una ameba parasitaria que ataca directamente al cerebro, y que por lo mismo, fue bautizada como “ameba devora cerebro”.

El menor, como la mayoría de estos pacientes, murió apenas unos días después de enfermar. “Era alguien con quien siempre querías estar”, dijo Travis Walls, padre del menor al sitio News4Jax sobre su hijo.

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Tanner Lake Wall, de 13 años.

Este microorganismo, según la Clínica Mayo, se encuentra en lagos y ríos de agua dulce, aunque también se pueden encontrar en el agua potable contaminada y en piscinas mal cloradas.

Pero las infecciones por esta bacteria son poco frecuentes. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC), desde 1962 se han reportado en ese país 146 casos, de los cuales solo cuatro pacientes sobrevivieron.

En Chile, aunque pocos, se han registrado algunos casos. Un estudio realizado en el año 2003, tomó muestras de ocho piscinas públicas en distintas profundidades y ubicación. En cinco de ellas se encontraron estas amebas. De las 64 muestras que se tomaron en total, se encontraron además, ocho casos de la presencia de Hartmannella vermiforme; seis de Vannella sp. y tres de Acanthamoeba.

Casos muy raros de esta ameba “devoradora de cerebros”

María Luz Endeiza, infectóloga pediátrica jefa del Vacunatorio de Clínica Universidad de los Andes, dice que "son casos muy raros y lamentablemente, se tienen que dar muchas malas coincidencias pero cuando ocurre no hay mucho que hacer desde el punto de vista médico. Existe tratamiento de rescate pero es un cuadro de muy mal pronóstico”.

Perla David, neuróloga de Clínica Dávila y Vidaintegra, dice que es un organismo unicelular que vive en aguas dulces, estancadas, en lugares calurosas. Los niños y jóvenes son los más afectados porque pasan mucho más tiempo en el agua. También se puede encontrar en piscinas, aguas termales”.

Explica que el microorganismo entra por la nariz, sigue hasta el cerebro donde habitualmente llegan después de una o dos semanas desde el contacto. "De dos a 15 días, la persona puede comenzar con náuseas, vómitos, desorientación, pérdida del equilibrio, somnolencia y convulsiones”.

Añade que el parásito produce una meningoencefalitis, una infeccióin que compromete cerebro y meninges que produce hipertensión endocraneana, por eso puede producir compromiso sensorial, de conciencia, sopor, sueño, rigidez de nuca y progresivamente lleva a la muerte

Se estima que sobre el 95% de estos pacientes fallece.

Endeiza señala que aunque los casos son raros, hay algunas formas de reducir el riesgo, como evitar bañarse en piscinas públicas, que no tengan filtración de agua o que no cambien a menudo el filtro, en pozas de aguas dulces, con aguas estancadas. “No tiene que ver con la cloración, porque se ha visto que pisicinas que cumplen con la norma de cloración pero que no filtran bien o acumulan mucha materia orgánica como hojas y ramas, también pueden tener amebas”, aclara.

Dice que el cloro es efectivo contra las amebas, pero en muy altas concentraciones.

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