Lammie: la solitaria elefanta que buscan rescatar del cautiverio

Animals at Joburg Zoo in Johannesburg
Elefanta Lamiie en el zoológico de Johannesburgo . Foto EFE

Desde que murió su último compañero, la elefanta del zoológico de Johannesburgo pasa sus días en confinamiento y soledad. Grupos animalistas de Sudáfrica buscan que Lammie pase sus últimos años fuera de las rejas del cautiverio.


La elefanta Lammie, nació en cautiverio. Tiene 39 años y se quedó sola en el zoológico de Johannesburgo, en Sudáfrica, cuando su compañero Kinkel murió el pasado septiembre. Desde entonces, grupos animalistas de Sudáfrica impulsan una campaña para que Lammie sea liberada y pueda pasar lo que le queda de vida en un santuario.

Las razones para su traslado van desde el carácter naturalmente social de los elefantes hasta las pobres condiciones que el zoológico de Johannesburgo tiene para ofrecer a estos enormes mamíferos, que en libertad necesitan recorrer unos 60 kilómetros al día.

"Los elefantes están muy cerca de los humanos respecto a cómo demuestran sus emociones y a cómo se organizan en grupos familiares. Y como los humanos, ellos lloran a los suyos", explicó a Efe Smaragda Louw, integrante de Ban Animal Trading, una de las asociaciones que impulsan esta iniciativa y que ofrecen, incluso, cubrir los costos del traslado.

"Son muy inteligentes, tienen una comunicación muy compleja y son altamente sociables", coincidió Karen Trendler, portavoz del Consejo Nacional de Sociedades por la Prevención de la Crueldad con los Animales, el órgano independiente que vela en Sudáfrica por hacer cumplir las leyes que protegen la fauna.

El zoológico, situado en uno de los suburbios del norte de Johannesburgo, se ha negado rotundamente a las peticiones y, hasta la fecha, su única alternativa ha sido la posibilidad de traer a otro elefante a vivir con Lammie. Además, afirman que, pese que hubo señales iniciales de angustia tras la pérdida de Kinkel, Lammie presenta ya un comportamiento normal y ningún signo típico de depresión.

"Ella lo está sobrellevando extremadamente bien. Ahora estamos evaluando con las autoridades pertinentes si le podemos conseguir un acompañante", contó a Efe Jenny Moodley, portavoz del departamento de parques de la ciudad.

Los defensores de los animales, sin embargo, tienen una opinión completamente contraria. "Tanto tener un solo elefante como tener dos que no tienen por qué llevarse bien es muy injusto", indicó Karen Trendler. Para que un elefante tenga un medio social cercano a su comportamiento natural, añadió esta experta, tiene que estar vinculado dentro de un grupo de al menos cuatro ejemplares, algo que no va a pasar en ningún caso en el zoo de Johannesburgo.

Adicionalmente, traer a otro paquidermo al recinto supondría forzar a ese animal a romper los lazos con su propio grupo social. "A otros animales en recintos pequeños les puedes dar lo que necesitan, a los elefantes no. No queremos acabar en la situación de que, de pronto, nos enteramos de que otro elefante viene en camino, no queremos que otro elefante pase por lo mismo", añadió Trendler.

Los grupos de defensa de los derechos de los animales argumentan también que hay múltiples reservas naturales en las cercanías de Johannesburgo, aptas para excursiones escolares de un día como las que se organizan al zoológico. "Los zoológicos dan al público un falso sentido de seguridad respecto a la conservación, porque los animales están ahí pero la verdad es que estamos diezmando sus ecosistemas. Lo que deberíamos hacer es invertir ese dinero en tratar de proteger su medio", subrayó Louw. Para dar visibilidad a la campaña por la liberación de Lammie, los activistas preparan una manifestación ante el zoo para el próximo 9 de febrero.

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