Las alcantarillas conocen todos tus secretos (incluso los que tú no sabes)
¿Sabes quién conoce todo de ti, de tu casa y de tu barrio? No te apresures en responder. Te daré una pista. No es una aplicación en redes sociales, no es un órgano de inteligencia, tampoco es tu familia... Es el alcantarillado. Ahí acaba todo lo que comes y lo que bebes. Todas las bacterias y virus que habitan tu cuerpo y todas las drogas, legales o no, que hayas consumido.
Las aguas residuales son un torrente, desprestigiado hasta hoy, pero con el correcto análisis, son un flujo permanente y rico en datos que permite conocer mucho de ti y tu entorno.
Lo anterior tiene tanta validez que por estos días en la Unión Europea están recomendando el monitoreo del sistema de evacuación de aguas de las ciudades, para detectar brotes de Covid-19 y sus variantes.
En Chile, hasta hace algunas semanas, se aplicó exitosamente una experiencia en este sentido, en la ciudad de Chillán, región de Ñuble y luego en Biobío (San Pedro de la Paz). Su bajo costo brinda una serie de ventajas y permite detectar con anticipación la presencia de coronavirus en sectores determinados. La experiencia es tan exitosa que se ha escalado a las 33 comunas de esta región.
El análisis de aguas servidas o poop testing, tiene muchas ventajas cuando hablamos de Covid 19. Primero porque antes de que una persona manifieste síntomas, ya elimina el virus en sus deposiciones, mientras que el test nasofaríngeo en PCR suele practicarse a quienes ya manifiestan síntomas. Los asintomáticos no se chequean, pues no sienten la necesidad. El test de antígeno que se ha masificado y es más rápido, no nos deja la posibilidad de saber qué variante es la que podría estar circulando. En este contexto y considerando que hoy la situación epidemiológica evidencia una disminución de casos y un relajamiento de las medidas que restringen la movilidad, el análisis de las aguas residuales es más relevante.
En los últimos días, y por la baja circulación viral, los testeos PCR y de antígenos que se realizan “en la superficie” también ha disminuido. Otra razón más para seguir analizando la presencia del virus Sars-CoV-2 en las aguas que, bajo nuestros pies, se llevan todos los desechos de nuestro organismo, virus incluido.
Afortunadamente, las personas van al baño, independiente de qué pase con la pandemia. Las deposiciones de toda una comuna se van a la cloaca, de donde se toman muestras cada día. Estas muestras se analizan en un laboratorio donde se comprueba si hay y en qué cantidad, presencia del virus. Eso nos ha permitido detectar, por ejemplo, que en Contulmo, región de Biobío, hay casos de la variante Lambda o Andina y que la Gamma, es predominante en la región.
La variante Delta, más contagiosa y grave, no se ha detectado aún en el sistema, presumiblemente porque no hay suficientes personas portantes. Pero hay personas contagiadas con ella, el análisis de aguas servidas será el primero en dar la alarma en caso de un brote Delta, antes que cualquier PCR o test de antígenos.
Es prioritario dar continuidad a este sistema de monitoreo, poco invasivo y de bajo costo. No es complejo encontrar en regiones los laboratorios capaces de hacer los muestreos y análisis. Las regiones de Atacama, Valparaíso, Metropolitana y Biobío, ya están preparadas.
¿La razón? El análisis de aguas residuales advierte en forma temprana de un brote de Covid, antes de que los contagiados se hagan un PCR y hayan diseminado el virus. Además, al ser un análisis macro, se puede dirigir el análisis más exhaustivo.
El alcantarillado conoce todos los secretos de una ciudad, y las políticas de salud o de consumo de medicamentos y drogas lícitas e ilícitas, pueden beneficiarse al saber qué pasa bajo del cemento.
* Seremi de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación para la Macrozona Centro Sur