Cynthia Downs y Ana Jiménez son dos investigadoras de las universidades de Hamilton College y de Colgate, respectivamente, las que se embarcaron en una pregunta que por décadas ha intrigado a los ecofisiologistas, campo en el que trabaja Downs: ¿por qué las aves son más longevas que los mamíferos?
Como buenas científicas, las investigadoras trataron de probar tesis. La primera era si aves y mamíferos presentan distintos patrones de metabolismo celular debido a sus diferentes requerimientos energéticos. Y, la segunda, consistió en intentar probar que las aves tienen mayores concentraciones de antioxidantes. Uno de los objetivos de Downs y Jiménez en este trabajo era mostrar que ambos tipos de especies sufren distinto daño por la concentración de antioxidantes.
¿Los resultados? Estos sugieren que en el caso de las aves los requerimientos de energía eran más bajos y la capacidad antioxidación era significativamente más alta. "Encontramos que las tasas celulares de uso de energía y las medidas de los componentes del estrés oxidativo no difirieron con el tamaño del cuerpo. También encontramos que la mayoría de los parámetros del estrés oxidativo se correlacionan significativamente con el aumento de la edad en los mamíferos, pero no en las aves", dicen las autoras en su informe.
Según las investigadoras, este es uno de los primeros estudios que cruzan estudios de estrés oxidativo en aves y mamíferos para intentar explicar las diferencias de longevidad en especies con igual masa corporal. Ahora las científicas se enfocarán en las divergencias dentro de las especies en estrés oxidativo y el vínculo de éste con las defensas inmunitarias.