Las dos viudas que intentarán hacer cumbre en el Everest
Las dos perdieron a sus maridos escalando la montaña más alta del mundo. Aún así, irán por una meta que sus parejas no pudieron cumplir.
Furdiki Sherpa y Nima Doma Sherpa nunca imaginaron que un día intentarían escalar el Everest, el monte en el que murieron sus maridos guías, en la "expedición de las dos viudas" que desafían las tradiciones patriarcales y la dominación masculina en el mundo del alpinismo.
Procedentes de la etnia nepalí de los sherpas, cuyas capacidades físicas en altura convierten el nombre en sinónimo de guía de alta montaña, las dos mujeres intentarán alcanzar el techo del mundo durante la corta temporada de primavera del Everest, que empieza en abril, con una aclimatación, antes del asalto final en mayo.
Semejante odisea era impensable para ellas hasta hace pocos años. "Los hombres son los que escalan. Nosotros teníamos otras cosas que hacer. Yo tenía una tienda de té y me ocupaba de mi familia. No se me ocurría subir montañas", explica a la AFP Furdiki, de 43 años, mientras se entrena en un muro de escalada en Katmandú.
[caption id="attachment_597932" align="alignnone" width="900"]
Furdiki Sherpa (a la izquierda) junto a Nima Doma Sherpa. FOTO: AFP[/caption]
Pero en 2013 se produce la tragedia. Su esposo muere en el Everest cuando instalaba material para permitir a los alpinistas llegar a la cima de 8.848 metros de altura.
Como ocurriera antes con tantas mujeres sherpas, Furdiki se encontró sola para hacer frente a las necesidades de su familia, con tres hijos y el estigma social de la viudez. En esta región, las viudas son a veces consideradas como portadoras de mala suerte, y quedan aisladas.
Avalancha
El año siguiente, en 2014, el marido de Nima Doma muere con otros 15 sherpas en una avalancha en un glaciar ubicado al pie de la montaña, un paso ineludible de la vía para escalar el Everest.
"Tras la muerte de nuestros maridos, pasamos meses llorando en nuestras casas, pensando en ellos. Pero debíamos ocuparnos de nuestras familias (...) No era fácil hacerlo, siendo viudas", dice Nima Doma, de 37 años.
Las dos mujeres buscan entonces trabajo como guías de excursiones para aficionados en Katmandú. Luego deciden llevar a cabo una formación más profesional como alpinistas, y rápidamente crece en ellas la idea de intentar escalar el Everest.
Para prepararse, las dos mujeres realizan con éxito en noviembre los ascensos del Island Peak y del Chulu Far East, dos cumbres de más de 6.000 metros de altura.
"Queremos escalar el Everest con un mensaje para las viudas y las mujeres solteras. No valemos menos que los demás, somos capaces de hacer lo que nos proponemos", afirma Nima Doma.
Tímida apertura a las mujeres
Esta "expedición de las dos viudas" se produce en un momento en que el mundo masculino del alpinismo se abre poco a poco a las mujeres.
En 2018, 18 mujeres alcanzaron la cima del Everest, una cifra récord, según las autoridades nepalíes encargadas de turismo. Pero es una proporción ínfima comparada con el total de 807 alpinistas hombres que coronaron el Everest el año pasado.
Cerca de 4.000 hombres sherpas hasta hoy llegaron a la cima del Everest, contra solamente 34 mujeres sherpas, según la base de datos de referencia Himalayan Database.
La alpinista profesional e Lhakpa Sherpa, de 44 años, ha conquistado el Everest nueve veces. Pero su caso es una verdadera excepción.
La sociedad de los sherpas, como otros grupos étnicos de Nepal, es conservadora y patriarcal. En este país, se espera de las mujeres y las niñas que se queden al cuidado de las casas, mientras los hombres van a la montaña.
Pero muchos de ellos nunca vuelven. Un tercio de los fallecimientos ocurridos en la historia del ascenso al Everest ha implicado a sherpas, según el Himalayan Database. Estos han dejado tras de sí a familias sin medios para sobrevivir.
Para las viudas, "es difícil y desconcertante, ya que dependen normalmente de sus maridos y no tienen educación escolar. De pronto se encuentran con la responsabilidad de mantener a un familia", describe Tsering Dolker Sherpa, de Juniper Fund, una ONG que ayuda a las familias de los trabajadores fallecidos en la montaña.
Para Dawa Yangzum Sherpa, una guía sherpa profesional, "Furdiki y Nima Doma se enfrentan a un doble desafío al llegar a este mundo del alpinismo: como mujeres, y como viudas".
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.