Viajó solo una vez, en un vuelo no tripulado, y estuvo muy lejos de alcanzar la regularidad que tuvieron sus pares estadounidenses. Por eso, muy pocos saben que los rusos tuvieron su propio programa de transbordadores, que despareció junto con el colapso de la Unión Soviética.
Los soviéticos llamaron a su orbitador el Burán (”tormenta de nieve” en ruso). Su desarrollo comenzó en 1976 en el Instituto Central de Aerohidrodinámica (TsAGI) ara hacer frente al programa del transbordador espacial estadounidense.
La cúpula soviética temía que este tipo de naves espaciales podría convertirse en una efectiva arma, especialmente porque en su desarrollo no solo estaba involucrada la Nasa, sino también efectiva desde el momento en que el Departamento de Defensa estadounidense comenzó a tomar parte en el proyecto.
La inteligencia rusa estimaba que el transbordador podría desestabilizar la balanza de poder militar establecida durante la Guerra Fría. Este proyecto se convirtió en el mayor y más caro de la historia de la exploración espacial soviética.
Como buena parte del programa espacial soviético, el proyecto fue desarrollado en absoluto secreto, y solo se hizo público en noviembre de 1988.
Se cree que el transbordador soviético era en realidad mejor que el estadounidense, pero debido a su similud con las naves de la Nasa y a que el debut del Burán fue posterior al del Columbia, muchos especularon que el espionaje podría haber jugado un papel importante en el desarrollo del transbordador soviético.
Sin embargo, cuando los soviéticos confirmaron que su par de la Nasa no sería usado con fines militares, los rusos perdieron interés en el desarrollo de su programa, especialmente por el alto costo que implicaba. Desde entonces, este primer transbordador y todas las instalaciones, desarrolladas a un costado del cosmódromo de Baikonur en Kazajistán, cayeron en desuso.
Revisa la imágenes del proyecto ruso dadas a conocer esta semana: