Si bien porque su sabor es más que agradable o porque contiene aditivos que hacen que queramos consumirlos a menudo, las bebidas azucaradas, como los jugos de fruta, son muy habituales en las dietas de las personas más jóvenes, sobre todo en adolescentes.

Pero contrariamente a la creencia popular, los beneficios de la actividad física no superan los riesgos de enfermedad cardiovascular asociados al consumo de bebidas azucaradas, según un nuevo estudio dirigido por la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de Harvard. Jean-Philippe Drouin-Chartier, profesor de la Facultad de Farmacia de la Universidad Laval, fue coautor.

Las peligrosas consecuencias de tomar solo dos latas de bebidas a la semana según un estudio

Las bebidas son la mayor fuente de azúcares añadidos en la dieta en muchos países. Su consumo se asocia con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, la principal causa de muerte en el mundo.

“Las estrategias de marketing de estos refrescos a menudo muestran a personas activas bebiendo estas bebidas. Sugiere que el consumo de bebidas azucaradas no tiene efectos negativos sobre la salud si se realiza actividad física. Nuestra investigación tenía como objetivo evaluar esta hipótesis”, afirmó Drouin-Chartier en un comunicado.

Para el estudio, los científicos utilizaron dos cohortes que sumaban alrededor de 100.000 adultos, seguidos durante unos 30 años. Los datos muestran que quienes consumían bebidas azucaradas más de dos veces por semana tenían un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, independientemente de sus niveles de actividad física.

El estudio encontró que incluso si los 150 minutos recomendados de actividad física semanal protegen contra las enfermedades cardiovasculares, no son suficientes para contrarrestar los efectos adversos de las bebidas azucaradas. “La actividad física reduce a la mitad el riesgo de enfermedad cardiovascular asociada con las bebidas azucaradas, pero no lo elimina por completo”, afirmó Drouin-Chartier.

La frecuencia de consumo considerada en el estudio (dos veces por semana) es relativamente baja, pero aún está significativamente asociada con el riesgo de enfermedad cardiovascular. Con su consumo diario, el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares es aún mayor.

Por este motivo, Drouin-Chartier subrayó la importancia de abordar la omnipresencia de las bebidas azucaradas en el entorno alimentario. Esta categoría incluye refrescos (con o sin cafeína), limonadas y cócteles de frutas. El estudio no consideró específicamente las bebidas energéticas, pero también tienden a estar endulzadas con azúcar.

En el caso de las bebidas endulzadas artificialmente, a menudo presentadas como una solución alternativa a las bebidas endulzadas con azúcar, su consumo no se asoció con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. “Reemplazar las bebidas azucaradas por bebidas dietéticas es bueno, porque reduce la cantidad de azúcar. Pero la mejor opción de bebida sigue siendo el agua”, explicó Drouin-Chartier.

“Nuestros hallazgos brindan más apoyo a las recomendaciones y políticas de salud pública para limitar la ingesta de bebidas azucaradas por parte de las personas, así como para alentar a las personas a alcanzar y mantener niveles adecuados de actividad física”, agregó la autora principal Lorena Pacheco, científica investigadora del Departamento. de Nutrición de la Escuela Chan de Harvard.

El estudio fue publicado en The American Journal of Clinical Nutrition.

Bebidas también aumentan posibilidad de contraer cáncer de cólon

Otro estudio, publicado en la revista Gut realizado por investigadores en Reino Unido, ha desvelado que la ingesta diaria de refrescos, puede duplicar las probabilidades de padecer cáncer de colon.

El cáncer de colón es el tumor más diagnosticado en el mundo y la segunda causa de muerte, y en concreto, afecta a uno de cada 15 hombres y una de cada 18 mujeres a lo largo de su vida. Asimismo, cabe destacar que el 90% de las personas con cáncer de colon tienen más de 50 años. Incluso, a fines de diciembre, esta enfermedad que la padecía el astro del fútbol brasileño, Pelé, provocó su deceso.

Imagen referencial.

Los científicos alertaron de que, por el momento, se trata de una posible relación pues no existen evidencias definitivas y aún han de realizarse más experimentos. En concreto, detectaron un aumento del 18% en el riesgo de sufrir cualquier tipo de cáncer en las personas que, como media diaria, consumieron 200 mililitros de una bebida azucarada -aquellas que contienen más del 5% de azúcar- o un zumo puro de fruta.

“La relación no es directa, sino que más bien las bebidas azucaradas suprimen la sensación de saciedad, promoviendo una ingesta calórica excesiva, e inician una respuesta glicémica rápida en nuestro organismo, lo cual a largo plazo puede inducir resistencia a la insulina, inflamación a nivel de organismo, obesidad y diabetes tipo 2, y todos estos son factores de riesgo del cáncer de colon. Además, la fructosa, que es un componente de muchas bebidas azucaradas, tendría efectos metabólicos adversos que incluyen un aumento en la permeabilidad intestinal, lo cual también promueve el desarrollo de cáncer colorrectal”, indicó en una nota a Qué Pasa el nutricionista y coordinador académico de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad de O’Higgins, Juan Pablo Espejo.

Bebidas energéticas

El consumo de las llamadas bebidas energéticas en nuestro país, ha ido en aumento desde su aparición. El promedio de consumo aumentó nueve veces entre 2010 a 2020, pasando de 0,4 a 3,6 litros mensuales per cápita, especialmente en jóvenes en período universitario.

Pero lo que la mayoría de las personas no sabe es que detrás de ese ofrecimiento de más “energía”, hay riesgos para la salud que se derivan de su consumo.

“No se recomienda el consumo de bebidas energéticas, porque una lata de medio litro de bebida energética contiene entre 50 y 60 gramos de azúcares añadidos, lo cual excede la cantidad de azúcar recomendada para un día entero”, agregó Juan Pablo Espejo.

El consumo de bebidas energéticas crece, pero el impacto del uso excesivo y crónico de tales productos en el sistema cardiovascular sigue siendo poco conocido.

Incluso si se consumen en sus versiones sin azúcar, las bebidas energéticas tienen muchos peligros potenciales; uno de sus componentes es la cafeína, la cual puede generar alteraciones en el ritmo de nuestro corazón, aumentar la frecuencia cardiaca y la presión arterial, ansiedad, insomnio, problemas digestivos y deshidratación. La guaraná, que también está presente en las bebidas energéticas, contiene cafeína, así que esto aumenta aún más su contenido total”, finalizó Espejo.