La preocupación por la situación económica es transversal a todos los segmentos socioeconómicos. En ese sentido no tendría que ver tanto con problemas económicos serios a nivel país.

Esto coincide con, primero el nivel de endeudamiento  y con lo que se llama inconsistencia posicional. Esto quiere decir que existe una percepción de una dificultad para mantener la propia posición social transversal a la sociedad, cualquiera sea esta (o cualquiera haya sido la trayectoria de movilidad social que siga una familia o individuo).

Esto se vincula con los esfuerzos individuales que debemos hacer para mantener nuestra posición, ya sea porque el Estado es mínimo y no entrega estándares de protección social adecuados, o ya sea que incluso las credenciales educativas resultan insuficientes, o por la pérdida de la centralidad del trabajo en la identidad de las personas.

En general, los chilenos manifiestan haber experimentado experiencias de movilidad social ascendente, en términos subjetivos, al menos. Entonces, todos sentimos que algo tenemos que perder y que depende de nosotros y sólo de nosotros (y nuestra capacidad de mejorar nuestra situación económica) poder mantener una posición social. En ese sentido, la situación económica es la principal herramienta para nuestro bienestar, consumo, protección social, estatus, etc. En ese contexto, la situación de las personas mayores de 50 años es muy elocuente: se les hace difícil la generación de ingresos, y es cuando más necesitan protección.

No deberíamos confundir esto con vulnerabilidad, puesto que, en rigor, eso podía ser válido para un segmento de la sociedad, aquél de los llamados "expobres" y que "mágicamente" han pasado a formar parte de las clases medias (usualmente con algún "apellido" a veces contradictorio), de acuerdo a los discursos del mismo Estado y del mercado (a través de publicidad y marketing). Esta situación de inseguridad generalizada que nos hace priorizar lo económico no necesariamente se vincula a lo vulnerable, es más bien a percibir que no se avanza, que el resto avanza más rápido, y que golpes nos puede precarizar.

Alejandro Marambio Tapia, académico de la Escuela de Sociología de la U. Católica del Maule e investigador del Centro de Estudios y Cohesión Social, COES.