Cuando algunos países comenzaban a levantar las medidas restrictivas como el uso de mascarilla y los aforos, la llegada de la variante Delta (B.1.617.2) del virus Sars-CoV-2 les hizo recordar que la pandemia de Covid-19 no se ha ido y que el virus puede mutar y volverse más contagioso.

Detectada por primera vez en India, en octubre de este año, la llegada de esta variante a Europa ha provocado un aumento imporante de casos. En el Reino Unido, por ejemplo, en solo un día de este semana se informó de más de 26 mil casos nuevos de Covid en 24 horas, la cifra más elevada desde el 27 de enero de este año. Se estima, que más del 90% de los nuevos casos son infecciones con la variante Delta.

En Israel y Australia, las autoridades decidieron retomar el uso de las mascarillas ante el incremento de los casos en las últimas semanas. Sidney y Melbourne, incluso tuvieron que instaurar nuevamente medidas de confinamiento.

Portugal decidió reponer el toque de queda que había levantado y puso pie en el acelerador para completar cuanto antes la vacunación de su población. Para ellos, la llegada de esta variante es la responsable de la cuarta ola de casos que están viviendo: el 54% de los casos secuenciados corresponde a Delta.

En Estados Unidos, uno de los estados que más ha aumentado los casos es California, donde casi el 60% de la población cuenta con el esquema de vacunación completo. A diario, detectan poco más de mil casos, lo que significa un aumento del 17% en las últimas dos semanas. .

¿Qué pasará en Chile?

El aumento de casos en el resto del mundo supone un nuevo escenario para el país cuando la transmisión se haga comunitaria. Hasta ahora, según los datos entregados por el Ministerio de Salud, solo se registran dos casos de variante Delta.

“Siguiendo el ejemplo de los países europeos, existe la posibilidad de generar una nueva ola de contagios con la introducción de nuevas variantes que ingresen al país. La diferencia, es que ellos habían alcanzado bajas tasas de contagios, y habían liberado restricciones significativamente, como el uso de mascarilla”, dice el doctor Ignacio Silva, infectólogo y académico de la Dirección de Postgrados de la Facultad de Medicina de la U. de Santiago.,

Para Lorena Tapia, pediatra infectóloga e investigadora del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile (ICBM), falta tener más información para saber qué puede ocurrir en Chile. “Debemos tener más información porque en Sudamérica no tenemos datos de un país vacunado con la vacuna que tenemos en Chile, por lo que hay que ver países que han ocupado similares vacunas. Lo que se sabe es que efectivamente, la variante Detla es más transmisible y eso trae un riesgo en la población de que aumenten los casos en un tiempo más corto. Si bien en algunos países donde la vacunación es alta como en Inglaterra e Israel los casos han aumentado, no ha aumentado tanto la gravedad”.

El riesgo de una nueva ola existe, por lo mismo, el llamado es a “mantener las medidas de cuidado por sobre todo y de vacunarse, tenemos que igual ir viendo en el tiempo cómo va circulando en nuestro país”, indica.

¿Quiénes serían los más afectados? “En una variante que tiene transmisión alta, los primeros que pudieran empezar a infectarse son los que todavía no se vacunan, porque así se comportan los virus, cuando encuentran población vacunada, los virus buscan a quienes están susceptibles de ser infectados y en ese caso, los no vacunados en nuestra población serían el principal grupo de riesgo. Y si dentro de esos no vacunados hay pacientes con factores de riesgo, podrán hacer casos graves”, responde la infectóloga del ICBM.

Según Silva, los principales contagiados graves serán todas las personas que no están vacunadas. “Hasta ahora, con la vacuna de Sinovac, no hay ningún estudio que demuestre que disminuye la efectividad. Es probable que disminuya la producción de anticuerpos neutralizantes con las variantes, pero no eso no significa que no sirva. Por eso es importante vacunar a la mayor cantidad de personas y completar los esquemas de vacunación sin dejar de las medidas básicas de prevención”.

FOTO: Andrés Pérez

Mascarillas, vacunas y distancia

A pesar de ser más contagiosa, los métodos de prevención siguen siendo los mismos y en eso coiciden todos los especialistas. “Se ha visto que estas medidas son igual de útiles para la variante Delta al igual que para otras variantes, y que las vacunas siguen siendo efectivas”, dice el infectólogo de la U. de Santiago.

“Lo importante es vacunarse y completar los esquemas de vacunación. Porque, si bien podría existir una disminución de la inmunidad con estas variantes, con las dos dosis se mantienen eficacias bastante buenas”, insiste Silva.

Es clave que cuando la transmisión de Delta sea comunitaria, un mayor porcentaje de la población esté vacunada con el esquema completo según el tipo de vacuna que le correspondió. “Lograr umbrales de vacunación lo más altos posibles, no seguir avanzando con los desconfinamientos, generar políticas de avance bien diseñadas con bases epidemiológicas”, es fundamental, señala Silva. En la medida que se relajen las medidas de cuidado y restrictivas, hay más probabilidades de ingresar a las comunidades, aun más en las no vacunadas, destaca.

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César Bustos, infectólogo de Clínica Universidad de los Andes, señala que Delta es una más de las cuatro variantes de preocupación que ha definido la Organización Mundial de Salud (OMS). “Las cuatro han demostrado ser transmisibles, capaces de causar mayor cantidad de contagios y colapsar el sistema sanitario debido a este mayor número” pero en todas ellas, los estudios han demostrado que las vacunas siguen protegiendo a la población”, señala.

Después de Delta vendrán otras variantes que la reemplazarán porque eso es lo que hace un virus, acumula errores en su replicación hasta que muta. “Mañana puede ser cualquier otra variante que predomine por sobre esta. Las variantes aparecen y van desplazando a las que predominaban. No tiene sentido alarmarse. Lo claro es que tenemos que aprender a vivir con el virus. Una persona que esta vacunada, que usa la mascarilla en forma correcta y que mantiene el distanciamiento físico, respeta los aforos, está protegida”, dice Bustos.

El infectólogo de la Clínica U. de los Andes, destaca que recién hace menos de seis meses se inició la vacunación de la población general. “Todavía no sabemos cuánto van a durar los anticuerpos y esa es solo una parte de la protección de las vacunas, porque aún no se estudia la inmunidad celular que pueden otorgar las vacunas. Es demasiado pronto para hablar de la efectividad de las vacunas a largo plazo”, dice.

¿Segunda o tercera ola?

Cada país tiene sus propios gráficos de casos nuevos de Covid-19. En Chile el grafico muestra que hubo claramente una primera ola, luego una disminución de casos y luego dos incrementos importantes pero sin mucha diferencia entre ellos. Hoy, sin la variante Delta circulando entre la población y con casi 11 millones de personas con su esquema de vacunación completa (70% de la población objetivo), los casos diarios están bajando.

“En Chile es difícil distinguir si hubo una segunda o tercera ola, o si hubo una segunda ola prolongada porque no alcanzó a existir quiebre significativo entre una y otra, por lo que a mí me parece que nunca logramos salir de la segunda ola y ahora hemos visto un descenso y esperemos que se mantenga, pero por supuesto, la llegada de esta variante puede hacer cambiar la situación, sobre todo si es que no se entrega el mensaje correcto de las medidas de autocuidado básico”, explica Silva.

Más que olas, dice la doctora Tapia, lo que se ha visto en el país “son rebrotes, recrudecimientos de la pandemia, porque tampoco alcanzan a llegar a cero, es más un aumento de casos, luego de este segundo brote que tuvimos. Tenemos que estar conscientes que independiente si suben o bajan los casos, debemos tener claro que el virus sigue circulando y tenemos que cuidarnos y vacunarnos”, insiste.