La primera vez que un hombre pisó la Luna, algunos pensaron que era ciencia ficción. Sin duda, nadie en 1969 hubiera podido pronosticar que, 50 años después, la exploración y la tecnología espacial estarían tan desarrolladas como para plantear misiones incluso más complejas, como el aterrizaje en un cometa o la llegada a Júpiter.
Pero la Luna siempre tuvo un magnetismo especial y por ello nunca se abandonó la idea de volver. Y a día de hoy, estamos más cerca que nunca. En el marco del programa Artemisa, la NASA prevé llevar astronautas a la Luna en 2024, a través de cinco misiones en las que instituciones y empresas de todo el mundo, incluida Airbus, estamos trabajando duramente.
Pero, ¿qué se necesita para llegar a la Luna, teniendo en cuenta que el mundo es hoy día bien distinto al de hace 50 años?
Ante todo, hay que considerar la gran crisis económica de la última década, que ha supuesto que se ahora se cuestione, justamente, cada céntimo de gasto público. Así que, lo primero que debemos hacer, antes de ir a la Luna, es explicar con claridad a la opinión pública la importancia de la inversión en investigación espacial, como uno de los factores que nos permitirán conseguir los objetivos marcados por las Naciones Unidas para este milenio.
A pesar de la gran aportación a la vida cotidiana desde la telefonía móvil a las previsiones meteorológicas existen gracias a los satélites-, la investigación espacial sigue considerándose un derroche. Muchos cuestionan la necesidad de explorar más allá de la Tierra, cuando bastantes problemas tenemos en nuestro planeta. Pero incluso en asuntos tan complejos como la pobreza o el medio ambiente, este sector tiene mucho que aportar, sobre todo considerando que para desarrollar misiones tan ambiciosas, se crearán nuevas tecnologías aplicables también en la Tierra.
El aspecto tecnológico es otro punto esencial para volver a la Luna. Desde el año 2000, el ser humano habita en el espacio de manera permanente, gracias al esfuerzo conjunto en la Estación Espacial Internacional (ISS). Desde entonces, gracias a ello, ha habido un gran desarrollo científico y tecnológico.
Pero, igualmente, seguimos teniendo que estudiar. Por ejemplo, está la necesidad de dominar la problemática del acoplamiento de vehículos espaciales en órbita, sobre todo si queremos regresar. Esto conlleva la necesidad de sistemas complejos de soporte de vida para los astronautas. También harán falta sondas automáticas a la Luna para estudiar desde su órbita los mejores sitios de alunizaje, su entorno, radiación, yacimientos de minerales, etc. Además del dominio de la tecnología de comunicación con la Tierra y de re-entrada en la atmósfera. En conclusión toda una batería de tecnologías que no tienen todas las empresas.
En este sentido, Airbus posee una experiencia única en todas ellas; desde el desarrollo del transbordador europeo ATV con guiado y atraque automático, pasando por la cápsula ARD de re-entrada, el soporte de vida en la ISS y las sondas interplanetarias.
Un último aspecto importante es que hay que contar con el personal adecuado. Desde matemáticos hasta químicos e ingenieros, todos tienen un rol esencial. Por tanto, es necesario que haya siempre más estudiantes, tanto chicos como chicas, que se quieran dedicar a este apasionante trabajo.
En conclusión, si queremos llegar a la Luna, todos, desde la administración pública hasta las empresas privadas, debemos poner nuestro granito de arena. Solamente juntos, podemos conseguirlo.
* Director del área de desarrollo espacial de Airbus para Latinoamérica.