Mientras un grupo de bomberos luchaban este martes en el suroeste de Francia para contener incendios forestales masivos, Gran Bretaña vivía su propio infierno: el país registró la temperatura más alta de su historia en medio de una ola de calor que está sufriendo casi todo el continente, especialmente el sur y Europa occidental.
El sur y el oeste de Alemania y Bélgica también sufrían con temperaturas potencialmente récord a medida que la ola de calor, que los científicos atribuyen al cambio climático, avanzó hacia el norte y el este.
La Met Office, el Servicio Meteorológico Nacional del Reino Unido dependiente del Ministerio de Defensa, escribió en un tuit que en varios sectores del país se registraron temperaturas de más de 40°C este el martes, por primera vez en Gran Bretaña, dijo el organismo.
La Policía de Reino Unido ya había informado más temprano, que había registrado por primera vez en la historia 40,2ºC en el aeropuerto de Heathrow de Londres, la temperatura más alta de la historia.
El récord se logró a las 12.50, a medida que Reino Unido atraviesa una fuerte ola de calor que ha llevado a algunas zonas de Gales a emitir la alerta roja por calor extremo, según informaciones del diario The Guardian.
Reino Unido es un país poco habituado al calor. Según Kiran Tota-Maharaj, ingeniería civil y ambiental de la Universidad de Aston, citado en el portal The Conversation, el cambio climático está intensificando las olas de calor, un país próspero con la capacidad y los recursos para adaptarse a temperaturas más cálidas.
”Aún así, se ha hecho muy poco en los últimos diez años para abordar el sobrecalentamiento en los edificios y el riesgo creciente para la infraestructura crítica. El país no está preparado para soportar temperaturas de más de 38°C de manera constante durante largos períodos, lo cual es más común en los países mediterráneos”, dijo.
Por ello, las autoridades han puesto a Reino Unido, que a menudo tiene dificultades para mantener los servicios de transporte clave cuando se ve afectada por un clima inesperado, en estado de “emergencia nacional”.
El ministro de Transporte, Grant Shapps, dijo que llevará muchos años mejorar por completo la infraestructura de Gran Bretaña para hacer frente a las temperaturas más altas, después de que al menos dos pistas de aterrizaje del aeropuerto mostraran signos de daños y algunas vías de tren se doblaran.
El país registró el lunes su noche más caliente con temperaturas que giran en torno a los 25ºC. No obstante, Scotland Yard ha alertado de que las altas temperaturas seguirán subiendo a lo largo de este martes.
El anterior récord, de 38,7ºC, se registró en 2019, y fue superado esta mañana tras detectarse 39,1ºC en Charlwood, en el condado de Surrey, al sur de Londres, marca que rápidamente fue quebrada en el propio Londres y otras zonas del país.
Así, la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA, por sus siglas en inglés) decidió incrementar la alerta de “advertencia de calor y salud” al nivel 4, el más alto posible.
España vive su propio infierno
La ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, ha reconocido en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que es necesario replantearse la respuesta ante los incendios. “Se trata de un verano trágico que hace que tengamos que replantearnos la respuesta a los incendios”, ha admitido.
El Gobierno cifró en 20.000 hectáreas quemadas por los incendios que han tenido lugar los últimos días, durante la segunda ola de calor -aunque según el recuento recopilado por Europa Press la cifra sería superior a las 40.200 hectáreas en cinco comunidades autónomas y sin contabilizar aún las de Galicia. Rodríguez también ha apuntado que se han quemado ya en lo que va de año 70.000 hectáreas, el doble de la media de la última década.
“La urgencia de estos días está siendo el drama de ver arder el campo, el monte, una verdadera tragedia medioambiental y la pérdida de vidas es una tragedia irreparable”, señaló Rodríguez que ha trasladado el pésame a los familiares de las dos personas fallecidas como consecuencia de estos incendios, un brigadista y un ganadero.
Según el Informe de Balance de la Situación de los incendios actuales que ha llegado este martes al Consejo de Ministros, en estos últimos incendios han sido evacuadas 8.000 personas. El Comité Nacional de Seguimiento estima en 39 los incendios, de los cuales 24 siguen activos.
Ante las circunstancias climatológicas “muy adversas”, la portavoz del Ejecutivo ha reiterado el compromiso del Gobierno “en la lucha contra el cambio climático y las tareas de extinción de incendios” y ha recordado que el pasado 21 de junio, en Consejo de Ministros, aprobaban la campaña contra incendios para “reforzar” los medios disponibles.
También ha lamentado que la ola de calor “está teniendo consecuencias en la salud”, por lo que pidió a la población para que, en estos momentos de altas temperaturas, sigan “con los protocolos de prudencia para evitar accidentes”.
Precisamente, una mujer de 89 años murió el martes tras sufrir un golpe de calor a primera hora de la tarde en una calle del madrileño distrito de Carabanchel. La anciana, que llevaba dos horas en la calle haciendo algunos trámites, se desvaneció sobre las 14.30 en la calle Carrero Juan Ramón, en el barrio de Abrantes. Al llegar los sanitarios del Samur-Protección Civil, encontraron a mujer al principio mareada y luego entró en paro cardíaco, informó un portavoz de Emergencias Madrid.
Otras zonas de Europa afectadas
Las autoridades públicas y el sector privado de Países Bajos ha comenzado a aplicar esta semana una serie de medidas extraordinarias destinadas a paliar los efectos de la ola de calor que azota el país, que han dejado temperaturas superiores a los 40 grados centígrados.
Entre estas medidas se incluye el esparcimiento de sal en las carreteras neerlandesas con el fin de refrescar el pavimento, que en circunstancias como las actuales puede llegar incluso a alcanzar los 50 grados centígrados.
Asimismo, los numerosos puentes móviles instalados en la capital, Ámsterdam, están siendo constantemente baldeados para refrigerar la estructura y evitar que, con la dilatación del acero, se atasquen.
La cadena de supermercados más grande del país, Albert Heijn, suspendió su servicio de entrega a domicilio para evitar que sus repartidores tengan que trabajar en estas condiciones, una medida que sin embargo no ha sido bien recibida por parte de los consumidores, que han criticado la decisión a través de redes sociales.
El servicio meteorológico de Países Bajos ha informado de que, a lo largo de estos días, se prevén temperaturas cercanas a los 40°C en el sur y sureste del país, e incluso también en zonas costeras, donde las condiciones climatológicas normalmente son más frescas.
Según el climatólogo de la U. de Santiago, Raúl Cordero, las causas inmediatas de esta ola de calor es una intrusion de aire desde el Sahara. “Estos sistemas tienen usualmente un rápidos tránsito pero, en esta ocasión, un configuración sinóptica hizo que esta masa se mantuviera relativamente inmóvil sobre el suroeste de Europa. Ahora que esa masa finalmente ha continuado su tránsito hacia el norte, causo extremos de temperatura inéditos en Reino Unido”, explica.