Quizás los poco lectores que se asomen a esta humilde columna se pregunten el porqué de su título, pensando que obviamente la Antártica es un sitio extremo, pero eso no es nada nuevo pues lo es siempre debido a su frío, fuertes vientos y condiciones climáticas extremas desde nuestra perspectiva de primates bípedos. Y sí, es cierto, desde nuestra perspectiva la Antártica es un entorno extremo y hostil, pero en este caso no me refiero a eso si no a los cambios dramáticos que está experimentando este continente debido a su magnitud, pero también a su celeridad.

Por ejemplo, este año 2023 que se termina tiene el dudoso orgullo de tener en su haber dos récords climáticos históricos. El primero se relaciona directamente con la Antártica y es que el invierno pasado (agosto-septiembre) se registró la menor extensión de hielo marino alrededor de la Antártica durante el invierno. En total se formaron 1,75 millones de km2 menos de hielo marino que la extensión promedio del hielo marino para el periodo 1981-2010.

A veces nos resulta difícil dimensionar estos números por su elevada magnitud, pero para visualizarlo mejor imagínense que hemos perdido, o dejado de generar, un trozo de hielo marino un poco más chico que Argentina. Alguien que lea estas líneas desde Arica pensará, con cierta razón, qué le importa si alrededor de la Antártica hay o no hielo marino durante el invierno. Sin embargo, ese impulso no podría estar más equivocado porque el océano que rodea a la Antártica es el principal motor de una corriente marina que intercambia calor a nivel planetario, regulando el clima de todo el planeta y contribuyendo de forma muy significativa a que otras partes del océano global, como las costas chilenas, sean productivas y se puedan desarrollar pesquerías que dan trabajo y ayudan a alimentar a una población mundial en constante crecimiento.

Esta corriente marina de la que hablamos comienza con el proceso de formación del hielo marino que genera en la Antártica las aguas más pesadas del océano global que se derraman desde la Antártica hacia el Atlántico, Índico y Pacífico alcanzado incluso el hemisferio norte y dando así comienzo a esta cinta transportadora planetaria de calor. Nunca me cansaré de repetirlo así que ahí va de nuevo, lo que ocurre en Antártica nunca se queda en Antártica.

El otro dudoso orgullo de 2023 es incluir el mes más cálido desde que tenemos registros. El pasado mes de septiembre el planeta a nivel global registro 1,44 grados Celsius más de temperatura en el aire que el promedio histórico que existe para ese mes desde que tenemos registros. Septiembre siguió a otros 3 meses record (junio, julio y agosto) donde olas de calor e incendios forestales asolaron el verano boreal. La combinación de ambos fenómenos generaba la hipótesis de que esta primavera-verano las aguas de la península antártica estuviese más cálidas que en años anteriores. Por suerte este año íbamos a regresar a Isla Rey Jorge y podríamos ayudar con nuestros humildes datos a responder a estas y otras preguntas.

Nuevamente, otro diciembre nos encontramos en la Base Profesor Julio Escudero del Instituto Antártico Chileno. Lo primero que nos llamó la atención al llegar es que este año la Isla Rey Jorge tiene una mayor cobertura de nieve y que está durando más tiempo que las dos temporadas anteriores.

En principio esto parece un contrasentido si consideramos lo que comenté más arriba, pero igual que lo que ocurre en la Antártica llega a otras zonas del globo lo que ocurre en otras zonas del globo también llega aquí. Es posible que el fenómeno del Niño que comenzó en julio de este año trajese hasta esta zona masas de aire con mayor humedad que precipitó sobre la isla en forma de nieve durante el inverno austral.

Algo similar a lo ocurrido en el Chile central durante agosto sólo que a esa latitud fueron lluvias torrenciales en lugar de nevadas. Aún hay muchos datos que revisar y variables a estudiar, pero sabemos que estas conexiones atmosféricas han ocurrido con anterioridad así que como dice la película es hora de interrogar a nuestros ¨sospechosos de siempre¨.

Parece que 2023 se niega a terminar sin darnos más sorpresas, así que además de haber una mayor cobertura de nieve que en años anteriores, la misma está durando más en parte porque la temperatura del aire está siendo algo menor que los últimos dos diciembres mientras que una gran nubosidad oculta el sol y reduciendo la radiación que alcanza el hielo y la nieve sobre Rey Jorge.

Por eso y en contra de la primera idea que teníamos, este año de momento la temperatura del mar en bahía Fildes está aumentado a un ritmo menor que en 2022 y de forma análoga registramos una menor entrada de agua dulce desde los glaciares que rodean la bahía. Todavía es pronto para decir si esta tendencia se mantendrá durante el verano una vez se termine la primavera, pero ya es obvio que un año atrás las aguas superficiales de nuestra bahía estaban más cálidas y presentaban un mayor aporte de agua de deshielo.

Aún nos quedan misterios por responder sobre esta Antártica Extrema, así que no se pierdan las próximas entregas.

* El Dr. Juan Höfer, es oceanógrafo del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh) y académico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV).