Hace poco más de 100 años, en 1914, comenzó la Primera Guerra Mundial, un conflicto que marcó el inicio del uso de gases tóxicos, entre ellos el gas lacrimógeno, protagonista excluyente en las manifestaciones de Santiago durante los últimos días. ¿Qué es, dónde se fabrica y qué efectos tiene?
Marcela Garrido, urgencióloga de Clínica Universidad de los Andes, explica que "los síntomas que puede presentar una persona expuesta al gas lacrimógeno van desde lagrimeo hasta la dificultad respiratoria. Lo que con mayor frecuencia se afecta es la piel, los ojos y la mucosa respiratoria e incluso la gastrointestinal, así los síntomas están relacionados con el área afectada y estos pueden ser picazón o irritación de la piel u ocular, lagrimeo importante, visión borrosa y dificultad para respirar, lo que puede ser especialmente importante en personas con enfermedades pulmonares como el asma".
También se pueden presentar náuseas, dolor abdominal y diarrea. Cabe destacar que, en general, los efectos son transitorios, pudiendo durar desde minutos a un par de días, pero estos son más importantes cuando la exposición es en ambientes cerrados y no está claro el efecto ante exposiciones ambientales repetidas o prolongadas, agrega Garrido.
"Hay reportados casos de quemaduras por la bomba misma y también efectos mecánicos, dependiendo de dónde se reciba el golpe. Pero estos no son un efecto secundario al gas. También hay reportados casos graves sobre todo secundarios, a compromiso respiratorio", señala la especialista.
Sólo es disuasivo
Ricardo González, urgenciólogo de la Clínica Alemana, agrega que el uso de gas lacrimógeno es de carácter disuasivo. "No es mortal en la gran mayoría de las personas, aunque podría serlo en algún tipo de pacientes con alguna enfermedad de base, como los asmáticos. El gas actúa sobre los ojos, las vías respiratorias e irrita la piel, con una sensación de quemazón de 5 a 10 minutos. Hemos recibido algunos casos en la clínica, aunque es algo situacional por lo que estamos viviendo", dice.