Los retrasos en la recuperación de la capa de ozono podrían evitarse, según estudio
Investigación publicada en Nature revela que las emisiones globales de los gases que destruyen la capa de ozono han disminuido, y que la aplicación de las regulaciones por parte de China ayudó a esta baja.
El agujero en la capa protectora de ozono de la Tierra aún se está recuperando, y nuevos hallazgos científicos dados a conocer en dos estudios en la publicación Nature revelan que la recuperación pudo haber evitado importantes retrasos una vez que los científicos lo predijeron.
Los CFC (clorofluorocarbonos) son químicos que alguna vez se encontraron en todo tipo de elementos, desde laca para el cabello hasta refrigerantes que se sabe que destruyen la capa de ozono. El Protocolo de Montreal de 1987 ordenó que la producción de CFC debía haber concluido para 2010. Pero solo unos años más tarde, los niveles de CFC comenzaron a aumentar. Este incremento llevó a los científicos a anticipar un importante retraso en la recuperación de la capa de ozono, de dos a 18 años.
Pero según un nuevo estudio de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, las emisiones globales de CFC-11, un químico clave, disminuyeron a 52.000 toneladas métricas en 2019, lo que es comparable al promedio registrado entre 2008 y 2012, antes del inesperado aumento de las emisiones.
En el momento en que se descubrió, el incremento se atribuyó en gran medida a la producción no autorizada de productos químicos en China, pero en 2017 los investigadores determinaron que los equipos fabricados antes de que la prohibición entrara en vigor habían estado degradando y emanando importantes volúmenes de CFC hacia la atmósfera.
“Al parecer, se han evitado importantes retrasos en la recuperación de la capa de ozono, tal vez debido a los oportunos informes y posteriores medidas de la industria y el Gobierno en China”, escribieron los investigadores del estudio de NOAA.
En 2018 y 2019, China realizó inspecciones internas e hizo más estricta la aplicación de las regulaciones relativas a los clorofluorocarbonos, y un segundo nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Bristol, en el Reino Unido, sugiere que funcionaron. Mediante observaciones atmosféricas de Corea del Sur y Japón, los investigadores concluyeron que cerca de 60% de la disminución global de los CFC-11 provino de una reducción de las emisiones en la región oriental de China después de 2017.
“La disminución de las emisiones globales sugiere un importante descenso en la producción no informada de CFC-11”, escribieron los investigadores.
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