De acuerdo con la UNESCO, solo el 30% de las mujeres que eligen una carrera universitaria deciden estudiar temas relacionados con Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas. Mientras que, según el Banco Mundial, en América Latina menos del 10% de las personas que egresan de carreras STEM son mujeres.

Dentro de esas cifras ínfimas se encuentra Marcela Ruiz, bióloga marina oriunda de la ciudad de Valdivia, egresada de la Universidad Austral de Chile y magíster en Gestión Estratégica y Evaluación de Proyectos.

Su preparación desembocó en una carrera que actualmente la encuentra como socia fundadora y directora de “Acústica Marina” una empresa de base científica y tecnológica liderada por mujeres, que a través del desarrollo de tecnología hidroacústica se dedica a crear soluciones para ir en respuesta a problemáticas mundiales que dañan la salud de los océanos y su biodiversidad.

Asimismo, ser parte del Consejo Chile – Estados Unidos para la Ciencia, Tecnología e Innovación (STIC) y del equipo fundador de la Asociación de Mujeres Chilenas en Inteligencia Artificia, entre otras, la llevó a ser reconocida por Globant – una de las empresas de tecnología más importantes del mundo – con el Womens That Builds Awards.

Premios que reconocen a las mujeres de todo el mundo destacadas en ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas (STEAM).

Ruiz, fue premiada en la categoría Tech Entrepreneur (Emprendedora tecnológica), por ser una de las mujeres chilenas que más impacto genera con la tecnología como herramienta.

Ligada a la naturaleza desde siempre, Marcela, en conversación con Qué Pasa, recuerda sus inicios en la biología marina, cómo es ser mujer en un espacio liderado mayoritariamente por hombres y el importante trabajo de monitoreo en los océanos.

-¿Crees que a Chile, con su larga costa, le hace falta abrirse y trabajar más al campo de la biología marina?

Yo creo sinceramente que, nosotros estamos super al debe con nuestro océano para el país que tenemos, con sus condiciones costeras.

Biología Marina debería ser una carrera muy importante, como lo es en Australia, como lo es en Nueva Zelanda, como los es en Canadá, por ejemplo. Sin embargo, muy poca gente conoce la Biología Marina. Falta una cultura oceánica a nivel nacional.

Por lo tanto, ahí nosotros, si bien hemos tenido avances importantes respecto de la investigación científica, tenemos que considerar que solo el 20% del océano está estudiado a nivel mundial. Por lo tanto, la oportunidad que existe en esta carrera y en otras que se pueden vincular como la ingeniería acústica o la ingeniería matemática, es un mundo de oportunidades.

Marcela Ruiz.

-¿Que nos hace falta para lograr tener una mejor cultura oceánica?

Lo primero es que la política nacional oceánica, falta que permee a nivel social, que la gente se entere de qué es esto, que eso tenga una propuesta programática que llegue a los territorios, que llegue a las escuelas.

Por otro lado, falta inversión en el conocimiento de las ciencias del mar, y no solo para las universidades, al revés, sino para los emprendedores de base científica tecnológica, y falta un plan grande.

Si bien el hoy día tenemos el plan de las áreas marinas protegidas, esas áreas cuentan con muy pocos recursos para poder ejecutar lo que está en el papel. Por lo tanto, hay que salir de el papel a la acción y eso se con un plan estratégico nacional, que permee todas las áreas de la sociedad civil.

-¿Qué hace falta para que en Chile se implemente la Inteligencia Artificial como una herramienta principal en la biología marina y la investigación?

Falta la difusión, divulgación y vinculación. Es decir, como la gente, además de escuchar que la IA resuelve problemas, cómo lo ven de forma más táctica,

Cómo los niños ven esto en el colegio, cómo las niñas entienden que hay una oportunidad en estas áreas del conocimiento, en la economía. O cómo podemos impactar a conocer los problema con estas nuevas tecnologías o con estas nuevos conocimientos. Entonces, los planes estratégicos, deben empezar en el caso de las disciplinas STEM, a temprana edad.

A temprana edad es cuando los niños/as deben aprender a relacionaste con la ciencia con la tecnología desde el hacer, más que desde leerlo, entenderlo.

Ballena.

-¿Biología Marina era una carrera con sesgos de género?

No, en ese contexto biología marina es una carrera bien 50 y 50, por lo menos cuando yo estudié y creo que se mantiene. Por lo tanto, en ese sentido, no teníamos tanto sesgo.

Lo que sí, teníamos casi puros profesores de carrera hombre y una sola profesora mujer que era como referente. Y lo otro es que, siempre los jefes del laboratorio siempre fueron hombres, entonces a las mujeres siempre las tenían de ayudantes de laboratorio, no tenían las tesis principales.

-El mundo laboral, ¿fue más un camino con más dificultades por ser mujer en la ciencia?

Sí, yo empecé a trabajar en el servicio público, principalmente el área de fiscalización pesquera del Servicio Nacional de Pesca, donde trabajas en un ambiente super masculinizado, tanto porque te relacionas con pescadores artesanales que es un gremio muy machista y muy duro. Pero además, porque en ese tiempo, en estos estamentos públicos en la costa, todos era el hombre, y había había pocas oportunidades principalmente para nosotras.

-¿Cómo fundas Acústica Marina?

Acústica Marina nace de visiones de distintos profesionales amigos, que a través de la trans disciplina, junto a Roberto que es Ingeniero acústico, fuimos lo primeros, y empezamos a ver en el fondo el tema de la acústica en los mar y océanos, cómo se podía crear tecnología para medir y monitorearla, y desde ahí partimos, contactando a otros amigos de otras disciplinas para poder ver primero cómo se podía integrar la Inteligencia Artificial a la detección de estos eventos.

Así empezamos a armar un grupo de personas independientes, no ligados a una universidad, sino que un grupo de amigos haciendo preguntas de cómo resolver problemática en los océano, y que había un desafío importante. Pero que nuestro equipo tenía todas las capacidades para ir en respuesta a eso.

-¿Cómo funciona Acústica Marina?

Nosotros hacemos robots submarinos, y también hacemos proyectos que son mayores desafíos. De los rubros en que trabajamos principalmente son: la defensa nacional, en soluciones para la conservación marina.

Trabajamos con principalmente dos servicios que es medición y monitoreo, y el otro es detección de eventos sonoros de interés.

Por ejemplo, puede ser detección de cetáceos, o puede ser detección de eventos antropogénicos como embarcaciones.

-¿Cuáles son las problemáticas que dañan los océano o su biodiversidad más urgente a tratar hoy en día?

Las que tienen que ver con Acústica Marina, principalmente es la detección de pesca ilegal, porque lleva a los sobrexplotación pesquera, es decir a la disminución de los recursos marinos.

Por otro lado, la división monitoreo y evaluación continua del ruido submarino, nos va a permitir primero saber cuál es la tolerancia de la especies. Nos va a permitir avanzar en definir las rutas migratorias de las especies. Por lo tanto, cuáles son los lugares donde hay que estar marítimos y cuáles tenemos que proteger o intervenir menos. Además de poder alertar la presencia de embarcaciones para disminuir la colisión de cetáceos con embarcación.

Por último, la contaminación acústica marina que es un tema relativamente nuevo, pero que necesitamos saber cómo mitigarlo y para eso solamente lo vamos a poder saber con las evaluaciones que hagamos.

-¿Cómo te sentiste al recibir el este reconocimiento de Globant?

Para mí fue un memento muy alegre, ya que es es un reconocimiento, diría yo, a una trayectoria que es larga. Es una trayectoria de harto esfuerzo, de mucho trabajo, de mucho corazón.

Siempre he tratado de dejar algo más de lo que yo hago, y darlo a conocer para que realmente niñas se motiven. Trabajo mucho en iniciativas en niñas y adolescentes, entonces siento que es un reconocimiento a los que me conocen y conocen de esto, puedan decir: yo más adelante también puedo lograrlo.

También, siento que es un premio a todo el trabajo de todo el equipo de Acústica Marina, y si no existiera Acústica Marina, no existiría ese premio.

La competencia fue bien dura y ser de región también para mi es una manera de sensibilizar. Porque en el fondo, decir a nosotros nos cuesta mucho más, y así que las niñas de regiones también puedan ver que alguien como ellas logra un premio, también creo que es de impacto.