Para Marilú Acosta la clave de la Medicina del futuro no tiene que ver con los recursos o la falta de conocimiento, sino con el tiempo y la forma de optimizarlo. Sobre todo en Latinoamérica, región que, según ella, destaca por su desigualdad y diversidad de pueblos. Tras una pandemia que dejó lleno de desafíos a la Salud, Marilú Acosta, médica mexicana y experta en Salud Pública y Promoción de la Salud estará presente en el próximo evento “Celebrate Life: La ciencia nos cambia la vida”. Allí, ella discutirá cuáles son los desafíos para la Medicina en un futuro post pandémico.
Según cuenta, durante la pandemia del Sars-CoV2, la Medicina ha tenido sus puntos altos y bajos. “A todos nos tomó por sorpresa que fuese por coronavirus, de alguna manera estábamos más pendientes de la influenza. La sociedad se sorprendió de no tener una respuesta rápida, concreta y eficiente”, explicó Acosta.
Además, la experta en Salud Pública puso en tela de juicio que “estamos muy acostumbrados a lo instantáneo, a tener respuestas prontas”. Esto, según explica Acosta, ha sido una gran oportunidad de revalorizar métodos científicos, e incluso la función de los fármacos en las enfermedades. “Tenemos algunos medicamentos muy bien conocidos y bien probados para reducir la respuesta inmunológica, pero nos ha hecho repensar en absolutamente todo, en realidad”, agregó.
Casi en tiempo récord, en poco más de un año se logró sintetizar una vacuna contra la enfermedad provocada por esta nueva cepa de coronavirus. Quizás, atendiendo a la inmediatez, se superó la lógica de que una vacuna, o un fármaco nuevo en general, debería demorar más en su fase de desarrollo hasta la llegada al público. Sin embargo, Acosta defiende la idea de que el tiempo es clave en el desarrollo de nuevas drogas. “A mí me gustaría que se siguieran tardando cinco o diez años en probar cualquier fármaco nuevo. Tenemos que recordar que las vacunas que se están aplicando, hasta hace poco ya estaban negociando quitar la etiqueta de ‘para uso de emergencia’. No están terminadas las vacunas”.
Según detalla la científica mexicana, una de las razones por las que lleva tiempo hacer las vacunas no es por sintetizar la molécula, sino por hacer las distintas pruebas en individuos y comprobar los efectos tanto positivos como adversos que un medicamento pueda tener. “Si queremos establecer medicamentos que puedan funcionar seis meses o un año después de su creación, en lo que nos tendríamos que estar enfocando sería en tener una máquina del tiempo para ver los efectos adversos, benéficos, y regresar para decir que el fármaco funciona bien o no. Esa parte no la podemos obviar”, explicó.
Vacunas combinadas
“Creemos que una vez al año necesitaremos una nueva dosis”, declaró la subsecretaria de Salud, Paula Daza, a finales de octubre en una entrevista radial. Ante esto, surge la duda de si es posible realizar un esquema de vacunación combinado en un programa que ya es anual -como la vacuna contra la influenza, por ejemplo-. Pero, ¿qué tan factible sería eso?
Según Acosta, existen formulaciones que son multivalentes, es decir, que atacan a dos o más virus que provocan enfermedades distintas. Sin embargo, la doctora sincera que “el virus que produce la enfermedad del Covid-19 es nuevo. Estamos apresurándonos demasiado en el sentido de obtener una respuesta sobre si es factible tener una vacuna así. Son hipótesis, me parece bastante bueno desde un punto de vista logístico y biológico tener en un mismo vial la aplicación de dos vacunas. Pero eso es algo que se va a tener que determinar con el tiempo”.
La doctora defiende su postura argumentando que los virus, y sus respectivas vacunas, se pueden comportar de manera distinta ante las mismas condiciones. Podrían perder su eficacia si se las iguala a una misma temperatura, o podría generar reacciones adversas si es aplicada la vacuna contra el COVID-19, combinada con otra. Todo ese tipo de estudios lleva años, y precisamente ese es el factor que Acosta vuelve a destacar. “No es cosa de tecnología, porque la tenemos, es una cosa de tiempo”, comentó.
Más allá del desarrollo de vacunas, la pandemia ha mostrado el potencial para el desarrollo de aplicaciones farmacológicas, de diagnóstico y terapéuticas en este tiempo transcurrido. La telemedicina, por ejemplo, se vio potenciada durante estos meses de confinamiento. “Justamente la masividad de la pandemia en tan corto tiempo terminó regresando el poder de la salud a los propios pacientes. Una de las cosas que fue esencial en Covid-19 es la oxigenación. Los oxímetros no eran precisamente de dominio público, y no eran lo primero que pensabas al ir a una farmacia o al armar tu botiquín de primeros auxilios. En esta ocasión miles de personas en el mundo aprendieron a tomarse la oxigenación y a empoderarlos en su salud”, destacó la Dra. Acosta.
También, por la masividad y por la saturación de los servicios de salud, Acosta argumenta que las personas aprendieron a cuidarse solos, o ser cuidados por personas cercanas que no necesariamente son personal de salud. Ante esto, Marilú Acosta apuntó que “de a poco se les regresó el poder a los pacientes para revisar su propia salud, de revisar sus propios signos vitales. Me parece que es esencial, porque esa es la piedra angular de cómo va a cambiar la forma de hacer salud en el futuro”.
Asimismo, la investigadora explicó que “hoy hay muchísimos dispositivos que dan información sobre los signos vitales, que ahora se pueden encontrar en los aparatos móviles o computadoras.
América Latina y su rol en la Medicina del futuro
“Creo que una de las características más relevantes de América Latina es la desigualdad, de tener pueblos que hablan sus propios dialectos, que las ciudades importantes tienen una serie de servicios a la cuales tienen acceso y no necesariamente las tienen las zonas rurales. Esta diversidad le da una riqueza al reto de poder brindar servicios, aunque sea la misma salud”, reflexionó Acosta.
Para ella, una de las formas de promover una solución a la Salud desde Latinoamérica es cómo se puede empoderar a los y las pacientes, de todos los rincones posibles, en su Salud y así contrarrestar los niveles de desigualdad en acceso a este servicio. “Es uno de nuestros mayores retos, pero también una de nuestras mayores riquezas. Hay que tener en cuenta nuestra diversidad como fortaleza de la región”, cerró.
Marilú Acosta estará presente en “Celebrate Life: La ciencia nos cambia la vida”, un evento abierto y gratuito para toda América Latina y el Caribe. El encuentro será este próximo 24 de noviembre a las 11:30 de Chile.