La posibilidad de que el tradicional colegio de hombres, el Instituto Nacional sea mixto, es cada vez más cercana.
Pese a que a finales de marzo la comunidad del colegio manifestó su voluntad de que el recinto se mantuviera monogenérico, es decir, sólo para varones, en votación con el 54 por ciento de las preferencias, hoy eso cambió.
Los resultados entregados hoy por el Tricel indican que la opción mixta contó con un 57,18 por ciento de las preferencias, superando a la opción de dejar la institución monogenérica, que tuvo el 42,82 por ciento de los votos.
Es el desenlace de una batalla que inició hace casi tres años, Marina. "Quiero acceder a la educación del Instituto Nacional y encuentro que es injusto que solamente los hombres puedan dar la prueba y entrar a él", señalo en septiembre de 2016, la estudiante, entonces de 11 años, en cartas que escribió al rector del Instituto Nacional, a la alcaldesa de Santiago y a la ex Presidenta Michelle Bachelet, porque quería estudiar en ese liceo, noticia que dio a conocer en exclusiva La Tercera.
Ella escribió pidiéndoles autorización para rendir la prueba de admisión a dicho establecimiento."Tanto hombres como mujeres somos iguales en una manera intelectual, no inferiores ni superiores, sino que iguales", señalaba Marina. Desde el Mineduc respondieron a su carta señalando que para ser mixto el sostenedor debe pedir una modificación a su resolución de reconocimiento oficial, solicitando la incorporación del género femenino
[caption id="attachment_557408" align="aligncenter" width="638"]
Carta enviada por Marina en 2016[/caption]
En ese entonces, Marina tenía 11 años y estudiaba en la escuela Guillermo Matta, pero su sueño era ser alumna del Instituto Nacional, como fue su padre. "Me dijeron que una de las razones por las que no podía entrar era porque habían problemas de infraestructura en el colegio. Me frustré harto, porque tenía la esperanza de aunque sea dar la prueba de admisión", reconoció en entrevista a Qué Pasa en marzo pasado.
Hoy, Marina tiene 14 años y está estudiando en el Liceo Carmela Carvajal desde 2017. Reconoce que no quedó indiferente con respecto a la noticia del liceo Lastarria. Es un paso importante, admite. "Está muy bien, se tiene que empezar por algo. Es bueno que empiece el cambio y que sea el Lastarria que da el impulso para que otros lo hagan. Yo espero que el Instituto Nacional también sea mixto, sé que hay un proceso para hacerlo, pero espero que eso pase".
Luego de que se le negara rendir el examen de admisión en el Instituto Nacional, Marina optó por estudiar en otro liceo emblemático, el Carmela Carvajal. Dice que el cambio de pasar de un colegio mixto a uno solo de mujeres no ha sido un problema.
"Sé que se conoce como un liceo de niñas, pero también hay niños adentro. Tenemos muchos compañeros transgénero y eso también ha sido un tema. Incluso, el año pasado hicieron de un baño de profesores, uno para varones, para que se sintieran más cómodos", comenta.
A pesar de eso, insiste en que el Carmela Carvajal sea un establecimiento mixto. "Igual que el Instituto Nacional, debiera ser para niños y niñas. Se ha demostrado que el tema de las interacciones entre ambos es súper importante, porque al ir a un colegio segregado, a esos niños les va a costar que interaccionen con personas del otro género. Por ejemplo, a la hora de tener un trabajo, no te van a dividir en hombres y mujeres", señala.
[caption id="attachment_557693" align="aligncenter" width="900"]
Marina ahora estudia en el Carmela Carvajal. Foto: Patricio Fuentes[/caption]
Asegura que la clave para que los liceos de excelencia pasen a ser mixtos es concientizar a la gente. "Si logramos que los que están dentro del Instituto reflexionen sobre esto, se va a poder lograr".
Marina fue reconocida por el rector Fernando Soto como la única niña que ha solicitado ingresar al Instituto Nacional.
Cuenta que una vez le dijeron que el Instituto Nacional no podía ser para niñas y niños, porque la tradición es que es un colegio solo para varones. "En ese minuto me quedé pensando en que hay varias tradiciones que si siguieran, impedirían muchas cosas. Muchas mujeres no estarían estudiando, sino que estarían casadas y con hijos. Y yo creo que hay tradiciones que, simplemente, no pueden mantenerse".