Mario Hamuy suma otra estrella a su palmarés: es el único astrónomo chileno en ranking mundial que reúne a los principales científicos del mundo
El Premio Nacional de Ciencias Exactas fue incluido en el ranking anual de PLOS Biology, un selecto grupo que reúne al 2% de los principales científicos del mundo. Como vicepresidente y jefe de misión del Observatorio AURA en Chile, lidera la construcción del telescopio Vera C. Rubin y será testigo privilegiado del próximo lanzamiento del telescopio espacial James Webb.
Mario Andrés Hamuy Wackenhut, astrónomo de la Universidad de Chile, suma varios galardones y reconocimientos en su carrera. Uno de ellos, quizás el más importante: el Premio Nacional de Ciencias Exactas 2015. Pero su extensa bitácora, ahora agregó otro.
Fue reconocido por PLOS Biology, un importante ranking científico internacional. Este ránking es realizado por un grupo de académicos liderados por un investigador de la Universidad de Stanford. La medición recolecta toda la información de SCOPUS, de todos los investigadores que han publicado 5 o más papers en revistas científicas.
Del análisis de los 6,8 millones de científicos que cumplen este requisito se seleccionó al top 2%, unos 190 mil científicos, en el que el único astrónomo chileno es Mario Hamuy. “Me siento súper honrado en realidad de estar en este ranking”, dice el astrónomo.
“Es un estudio que consideró casi siete millones de investigadores en el mundo, y en el área de la astronomía 46 mil. Aparezco y tengo el honor de estar ahí. Me siento orgulloso, porque los otros nueve reconocidos son extranjeros. Esto me impulsa y me da entusiasmo para seguir trabajando con las nuevas generaciones”, reconoce Hamuy.
Hamuy es vicepresidente y jefe de Misión del Observatorio de AURA en Chile (AURA-O). El 31 de octubre, cumplió dos años en el cargo. “También es un orgullo representar al observatorio norteamericano en Chile, es una organización que opera por ejemplo el Instituto del Telescopio Espacial en Estados Unidos o el próximo telescopio James Webb, que se lanzará el 22 de diciembre (sucesor del Hubble). Representar a una organización tan potente, ha sido un gran honor”, señala Hamuy.
El contenedor del telescopio, que va en la parte más alta del cohete, ya está puesto en su lugar y también se están haciendo pruebas de vibraciones in situ, “para ver cuánto se mueve, y que no toque con las paredes internas del cohete. La separación es de unos pocos centímetros. Todo en un ambiente limpio, sin partículas de polvo, con los mas altos estándares de limpieza”, añade.
Saldrá desde la Guyana Francesa. “Estamos todos muy expectantes, porque son 30 años de trabajo y US$ 10 mil millones de inversión, no puede fallar nada. Este telescopio va doblado sobre sí mismo, es una configuración bien compacta que tiene que caber en la punta del cohete, y por lo tanto, una vez que esté en órbita, comenzará a desdoblarse”, explica el astrónomo.
Data center en La Serena
Tendrá muchos objetivos científicos, reconoce Hamuy, “pero nos apasiona a todos el estudio de las atmósferas de los exoplanetas, para saber si hay alguna evidencia de actividad biológica en ellos. En el momento que el telescopio está en órbita, después hay un viaje de 29 días para llegar a su destino final (un punto que está a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra), con más de 300 procesos secuenciales que todos deben funcionar a la perfección. Estará mucho más lejos que el telescopio Hubble y es más sensible, además de ser el telescopio más poderoso en la historia de la humanidad que se haya puesto en órbita. No hay precedentes”, señala.
Respecto al Observatorio Vera C. Rubin, actualmente en construcción en Cerro Pachón (Chile), confirma que comenzará a trabajar en 2024, y que tiene un diseño óptico único con un espejo grande de 8,4 metros. Tiene la gracia de que es un gran angular y por lo tanto, en una sola imagen con gran definición logra captar un campo en el cielo que es el equivalente a 36 veces lo que es la Luna llena, lo que es gigantesco”.
No obstante a lo ocurrido durante la pandemia, que demoró un poco los planes originales, “hace pocas semanas culminó el ensamblaje e integración de la montura sobre los rodamientos, que permiten moverla con la fuerza de cinco o seis personas, y estamos hablando de 500 toneladas. Por otro lado, la cámara digital, la más grande del mundo (Record Guinness), está en construcción en su etapa final en la Universidad de Stanford, donde se hace la integración final y llegará a Chile en unos meses. Tiene 3.200 millones de pixeles y 15 mil millones de megabytes por noche”, dice el astrónomo.
Esa información baja por fibra óptica a La Serena y es guardada y grabada en un data center que estamos construyendo ahí, “y al mismo tiempo a través de fibra óptica se transmiten datos a Estados Unidos, entonces habrán dos repositorios de datos espejo. El desafío es analizar los datos en tiempo real, analizar cada imagen que demora 15 segundos y ver qué ha cambiado en relación a las imágenes de archivo. El desafío es gigante”, revela Hamuy.
Eclipses y Covid-19
El formado en la Universidad de Chile siguió muy de cerca el eclipse lunar parcial de este madrugada y también lo hará con el eclipse solar total de diciembre en la Antártica. Reconoce que este último lo presenciará en Santiago, debido a la dificultad geográfica que representa. “Observar el eclipse desde allá es muy difícil, hay que llegar al glaciar Unión donde Chile tiene algunas instalaciones, y para hacerlo debes viajar en un avión de las Fuerzas Armadas. Será totalmente distinto a lo ocurrido en 2019 y 2020″.
Será diferente porque el Sol en la Antártica se ve muy bajo en el horizonte, “está unos pocos grados sobre éste. Si es que está despejado tendrán un horizonte maravilloso, con el relieve de los glaciares y la corona solar. En Santiago no se verá nada, desde Chile continental solo un poco desde Puerto Williams, el extremo sur de Latinoamérica”, explica Hamuy.
En relación al desarrollo de la ciencia y el Covid-19 en Chile, señala que “nuestras capacidades científicas se han puesto a disposición de la pandemia y a buscar soluciones para enfrentar este problema, en los protocolos para proteger a la población de la propagación del virus, y después en la búsqueda de una vacuna con ensayos para determinar cuál es la mejor combinación”.
Me siento orgulloso del trabajo que ha realizado la comunidad científica, así como también el Ministerio de Salud y el Colegio Médico. “Ha sido fundamental en lograr tener un relativo éxito, no se puede hablar de éxito frente a una pandemia donde fallecen compatriotas, pero mirando el contexto global del mundo, creo que ha sido un buen resultado el que ha logrado Chile, lo que se pudo conseguir en gran medida gracias a esas capacidades científicas”, considera Hamuy.
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