Un grupo de investigadores de la Universidad de Northwestern, en Estados Unidos, demostró que la bacteria Deinococcus radiodurans, apodada Conan la Bacteria, podría sobrevivir enterrada y permaneciendo inactiva bajo la superficie durante 280 millones de años en Marte.

Esto aumenta la probabilidad de que aún exista vida microbiana en el planeta rojo, y es que Conan la Bacteria es casi inmortal. Si bien aún no se ha encontrado evidencia de vida en el planeta rojo, los investigadores simularon las condiciones de Marte en un laboratorio para ver cómo podrían sobrevivir las bacterias y los hongos.

Se cree que Marte tenía, hace miles de millones de años, un entorno más habitable para la vida, pero hoy el planeta se parece cada vez más a un desierto helado. Las latitudes medias áridas del planeta tienen una temperatura promedio de menos 62 grados Celsius. Además, tiene una atmósfera muy delgada, por lo que está bajo la amenaza constante de la radiación.

Sabiendo esto, los investigadores probaron los efectos de la desecación (la eliminación de la humedad), la congelación y una simulación de lo que sería la radiación cósmica sobre seis especies de bacterias y hongos que se encuentran en la Tierra. Todo para simular la vida en Marte.

“No hay agua que fluya o agua significativa en la atmósfera marciana, por lo que las células y las esporas se secarían”, dijo el coautor del estudio Brian Hoffman, profesor de química Charles E. y Emma H. Morrison y profesor de biociencias moleculares en el Weinberg College de la Universidad Northwestern. de Artes y Ciencias, en un comunicado. “También se sabe que la temperatura de la superficie de Marte es más o menos similar a la del hielo seco, por lo que, de hecho, está profundamente congelada”.

Del experimento, hubo un claro ganador: Deinococcus radiodurans, o Conan la Bacteria. Esto debido a que la bacteria es poliextremófila, lo que significa que puede sobrevivir en condiciones adversas como la deshidratación, el ácido y las bajas temperaturas. El microbio es uno de los organismos más resistentes a la radiación conocidos por la ciencia y su naturaleza la hace adecuada para las condiciones de vida en Marte.

Los hallazgos mostraron que si la bacteria estuviera enterrada seca y congelada, protegida de la radiación ionizante y las partículas solares que bombardean la superficie marciana, probablemente podría sobrevivir a 140.000 unidades de radiación, 28.000 veces más que el nivel de exposición a la radiación que podría matar a un humano.

Imagen de Marte. Foto: NASA/JPL-Caltech.

Esta singular batería que parece una calabaza mirada desde arriba por un microscopio, sobrevivió pocas horas en la superficie marciana debido a la radiación. Pero se descubrió que si estaba enterrada a 10 centímetros debajo de la superficie, la supervivencia de la bacteria Conan aumentaba a 1,5 millones de años, y alrededor de 280 millones de años si estaba a 10 metros de profundidad. Esto significa que la evidencia de vida aún podría estar latente y enterrada debajo de la superficie de Marte.

En el estudio, publicado recientemente en la revista Astrobiology, los investigadores pudieron medir cuántos antioxidantes de manganeso se acumularon en las células de los microorganismos cuando fueron expuestos a la radiación. Cuantos más antioxidantes de manganeso encontró el equipo, más probable era que el microbio pudiera resistir la radiación y sobrevivir.

“Sugerimos que el derretimiento periódico podría permitir la repoblación y dispersión intermitente. Además, si alguna vez existió vida marciana, incluso si ahora no hay formas de vida viables en Marte, sus macromoléculas y virus sobrevivirían mucho, mucho más tiempo. Eso fortalece la probabilidad de que, si la vida alguna vez evolucionó en Marte, esto se revelará en futuras misiones”, dijo el autor del estudio Michael Daly, profesor de patología en la Universidad de Ciencias de la Salud de Servicios Uniformados y miembro del Comité de Protección Planetaria de las Academias Nacionales, en un comunicado.

Según un comunicado de prensa, aunque científicamente el hallazgo es crucial en torno a la posibilidad de confirmar que Marte alguna vez albergó vida, al mismo tiempo tiene implicancias tanto para devolver muestras marcianas a la Tierra como para aterrizar misiones tripuladas en Marte.

Un ejemplo son las muestras que recogerán futuras misiones, incluidas ExoMars (con el rover Rosalind Franklin) y Mars Life Explorer, que utilizará taladros para extraer materiales 2 metros por debajo de la superficie.

Los investigadores han llegado a la conclusión de que, si los microorganismos terrestres llegan al planeta, “la contaminación de Marte sería permanente, durante períodos de tiempo de miles de años”, dijo Hoffman.

“Esto podría complicar los esfuerzos científicos para buscar vida marciana. Asimismo, si los microbios evolucionaron en Marte, podrían ser capaces de sobrevivir hasta la actualidad. Eso significa que traer muestras de Marte podría contaminar la Tierra”, advierte Hoffman. La NASA y la ESA esperan traer a nuestro planeta polvo y rocas del planeta vecino a principios de la próxima década dentro de la misión de Retorno de Muestras de Marte.