Tras 11 años recién cumplidos, el rover Curiosity de la Nasa ha completado innumerables misiones en Marte con el propósito de investigar la geología y el clima en el planeta, así como buscar evidencia de habitabilidad pasada y actual.
Gracias a la investigación científica en la superficie de Marte, la evidencia ya ha dejado en claro que sí existió agua en el planeta, pero esto deja abiertas otras preguntas como ¿qué tipo de agua era?, ¿cómo fluía?, ¿era la cantidad necesaria para crear vida?
Las señales de vida que el rover de la Nasa descubrió en Marte
Aunque aún no está del todo claro, un nuevo hallazgo del rover Curiosity ha acercado a los científicos un poco más a la verdad sobre el misterioso planeta rojo. Se trata de un mosaico de grietas de barro seco en la superficie de Marte, que datan de hace 3800 a 3600 millones de años.
Estas grietas tienen un patrón hexagonal, y se han vuelto realmente emocionantes para el equipo científico de la misión ya que entrega la primera evidencia de ciclos húmedos-secos que ocurren en un Marte primitivo.
Los científicos no están totalmente seguros de cómo comenzó la vida en la Tierra, pero hay una teoría que predomina y dice que los ciclos persistentes de condiciones húmedas y secas ayudaron a ensamblar los complejos componentes químicos necesarios para la vida microbiana.
Un nuevo artículo en Nature detalla cómo el patrón hexagonal de estas grietas de barro ofrecen la primera evidencia de ciclos húmedos-secos que ocurren en Marte. “Estas grietas de lodo en particular se forman cuando las condiciones húmedas y secas ocurren repetidamente, tal vez estacionalmente”, dijo el autor principal del artículo, William Rapin, del Institut de Recherche en Astrophysique et Planétologie de Francia.
Se sabe que el clima actual del planeta es extremadamente seco, pero en el pasado se cree que tuvo un clima con estaciones cíclicas propicias para el desarrollo de la vida. A diferencia de la Tierra, Marte no tiene placas tectónicas, por lo que su superficie se ha conservado en buen estado por períodos mucho más antiguos que la historia del planeta.
“Es muy afortunado de nuestra parte tener un planeta como Marte cerca, que aún guarda un recuerdo de los procesos naturales que pueden haber llevado a la vida”, dijo Rapin.
El Curiosity se encuentra explorando un sitio llamado Gale Crater, y asciende gradualmente por las capas sedimentarias del monte Sharp, que se encuentra a 5 kilómetros de altura. En 2021, el rover detectó las grietas de barro después de perforar una muestra de un objetivo de roca apodado “Pontours”. Tras el estudio se descubrió que las exposiciones recurrentes al agua que crearon el barro de Pontours hicieron que las uniones de las grietas se ablandaran y adquirieran forma de Y, eventualmente formando un patrón hexagonal.
Según un comunicado de la NASA, las grietas hexagonales siguieron formándose aún cuando se depositaron nuevos sedimentos, lo que indica que las condiciones húmedo-seco continuaron durante largos períodos de tiempo.
Lo que han podido deducir los investigadores es que el diminuto tamaño de las grietas de al menos 10 centímetros de altura, indica que solo se mojaron unos pocos centímetros de la parte superior, lo que es incompatible con una fuente de agua subterránea.
Además, para formar los patrones hexagonales regulares los experimentos muestran que se necesitan al menos una docena de ciclos antes de comenzar a obtener los ángulos iguales en la unión, es decir, ciclos repeditos. Por lo que, solo por su forma parece ser que los mosaicos de grietas son el producto de inundaciones estacionales leves.
Evidencia necesaria para decir que hubo vida en Marte
“Esta es la primera evidencia tangible que hemos visto de que el antiguo clima de Marte tenía ciclos húmedos y secos tan regulares como los de la Tierra”, dijo Rapin, autor principal del estudio. “Pero aún más importante es que los ciclos húmedo-seco son útiles, tal vez incluso necesarios, para la evolución molecular que podría conducir a la vida”.
Para que existan formas de vida es necesaria una cantidad de agua adecuada: ni mucha ni poca. Resulta que el ciclo húmedo-seco puede crear condiciones favorables para producir pequeños bloques de construcción de moléculas complejas como las utilizadas por la vida en la Tierra.
Muchos de los bloques de construcción contienen los componentes de una molécula de agua, esto les permite experimentar reacciones donde estas dos partes se combinan, liberando una molécula de agua en el proceso.
La repetición de los ciclos de húmedo-seco permite que se produzcan nuevas reacciones, lo que podría dar lugar a moléculas cada vez más grandes y a que esas moléculas se desplacen a lugares con el agua permanente que probablemente se necesitaría para la formación de cosas como las células.
“Durante 11 años, hemos encontrado amplia evidencia de que el antiguo Marte podría haber albergado vida microbiana. Ahora, la misión ha encontrado evidencia de condiciones que también pueden haber promovido el origen de la vida”, dijo el científico del proyecto de la misión, Ashwin Vasavada, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en el sur de California.
El rover Curiosity ya ha recorrido más de 30 kilómetros en estos 11 años de historia y ha transmitido cientos de gigabytes de datos a la Tierra. Ahora, los científicos esperan con ansias los nuevos descubrimientos que proporcionará el robot en Marte.