Mascarillas: ¿cuáles funcionan mejor y cómo evitar comprar falsificadas?
La presencia de imitaciones de mascarillas en medio de la pandemia hace necesario saber si la que usamos para protegernos esta realmente certificada.
Desde el inicio de la pandemia en 2019, las mascarillas se han vuelto una barrera de protección importante en la población, siendo parte de una estrategia integral de medidas para suprimir la transmisión del Covid-19.
Durante aquellos primeros meses hubo un desabastecimiento de artículos de primera necesidad, entre los cuales figuraban las mascarillas. En algunos casos, este producto se encontró por precios muy elevados.
Sin embargo, ahora que las cantidades se regularon y es más fácil acceder a ellas. Pero junto con ello, uno de los problemas que existen es la falsificación de estas. Por eso, es importante saber cómo diferencias las imitaciones y.
Identificación y certificación
Una nota del The New York Times habla de cómo identificar las de mascarillas KN95, KF94 y N95, de modo que estas cumplan con las identificaciones visuales necesarias y certificaciones.
Los cubrebocas KN95 deben tener un texto que diga el nombre del fabricante, el modelo y “GB2626-2019″ –referencia a la norma de calidad China; si se da el caso de tener un 2006 en vez de los últimos cuatro dígitos se debe revisar la fecha de caducidad–. Mientras que, en el empaque de las KF94 debe especificarse el nombre del producto, del fabricante y distribuidor, además de decir “Made in Korea”, pues estas mascarillas no tienen texto estampado.
Respecto a las mascarillas N95, se afirma que –visualmente– casi todas poseen resortes y dos tiras elásticas pasan por la parte de atrás de la cabeza; las mascarillas de este modelo que se ajusten a las orejas tienen una probabilidad de ser falsas. Así mismo, estas deberán señalar el nombre de la empresa, el modelo, un estampado que diga NIOSHI y el número de lote, además de número de aprobación de prueba y certificación (TC) en cada producto.
Una guía de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) explica cómo identificar si las mascarillas N95 que los usuarios han adquirido, están aprobadas por el Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH).
En el documento se afirma que “la forma más fácil de saber si su N95 está aprobado por NIOSH es buscarlo en la Lista de equipos certificados (CEL) de NIOSH. Todos los respiradores aprobados por NIOSH tienen un número de aprobación de prueba y certificación (TC) (p. ej., TC 84A-XXXX), que debe estar impreso en el respirador”. De no encontrarse resultados, significa que el producto no está aprobado por NIOSH.
Dentro de los importadores en Chile certificados por el Instituto de Salud Pública (ISP) para la distribución de máscaras autofiltrantes –contando con NIOSH como organismo certificador– se encuentran: Dräger Chile Ltda., Vicsa Safety Comercial Ltda., 3M Chile S.A., entre otros.
Eficacia y protección de las mascarillas
Que una mascarilla proteja eficientemente de los contagios está relacionado con la filtración, el ajuste y la respiribilidad –es decir, si es confortable el inhalar y exhalar–. Por ejemplo, una mascarilla KN95 puede ser una de las mejores, “pero de las disponibles no todas se ajustan bien a rostros más pequeños y quedan grandes”, dijo la doctora Karina Bravo, investigadora del laboratorio LICTEX-Usach, en una nota a Qué Pasa.
Un documento publicado por la Universidad Emory explica que las mascarillas filtran gotas –siendo esta una de las formas de contagio del Covid-19, pues estas gotas se liberan por exhalación–, pero no partículas de aire.
“Las moléculas de aire como el dióxido de carbono (0,00065 micrones) y las de oxígeno (0,0005 micrones) son mucho más pequeñas que las gotas minúsculas (1 micrón). Es por esto que las moléculas de aire pasan a través de las mascarillas con mucha mayor facilidad”, dice el documento.
Las mascarillas están compuestas por fibras que detendrán el paso de estas gotas. Algunas tendrán colisiones frontales con las fibras, otras las rozan o las mueven las corrientes de aire hasta que terminan chocando y adhiriéndose a estos filamentos.
De esta forma, una bandana –por ejemplo– tiene menos fibras que un cubrebocas de tela tejida con capas múltiples, favoreciendo la protección. Sin embargo, una mascarilla con varias capas no tejidas tendrá más efectividad, como muestra la siguiente infografía de la Universidad Emory.
“Algunas mascarillas, como las de procedimiento y las N95, están hechas de fibras que llevan una carga de electricidad estática que jala las gotas hacia las fibras”, señala el documento.
Es así como en las pruebas de laboratorio las mascarillas N95 muestran eficiencia de filtración que va desde el 70 a 99%. En las KN95, esos valores van desde 35 a 99%. Para el caso de las mascarillas quirúrgicas de tres pliegues de adultos, los porcentajes de eficiencia van desde 22 a 99%, en las de niños también con tres pliegues van desde 17% a 99%. Y finalmente las mascarillas sociales (tela común) de 20 a 99%.
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